Lluvia de balas en México contra la prensa. Y el gatillo de la metralleta se ensaña ahora contra el periódico El Siglo de Torreón. Un grupo armado disparó a mansalva contra las instalaciones del diario y contra policías federales que se encontraban vigilando el edificio. El ataque dejó un muerto.
El edificio donde se ubica El Siglo de Torreón recibió 30 impactos de bala AK-47. Desde un vehículo no identificado se abrió fuego contra una de las entradas del inmueble y descargó una ráfaga a lo largo de la fachada principal. Hay un muerto y cuantiosos daños materiales.
La situación de inseguridad y violencia que enfrenta este medio de comunicación, al igual que otros en la Comarca Lagunera, ha alcanzado los máximos niveles. La lluvia de balas es el segundo ataque directo que sufre El Siglo de Torreón. En las primeras semanas de 2013, aconteció el secuestro de cinco trabajadores de este diario mexicano por parte del crimen organizado, entre los que se encontraban periodistas y personal administrativo.
Los medios firmantes del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia han reiterado su solidaridad con los colegas de El Siglo de Torreón y manifiestan su más enérgica condena a los repetidos ataques contra este medio.
En el comunicado se lee que “el nuevo atentado contra El Siglo de Torreón exhibe la inacción de las autoridades federales y locales para dar seguimiento a las agresiones contra la prensa y castigar a los perpetradores, así como la falta de aplicación de protocolos adecuados para brindar protección a medios que son objeto de ataques en forma recurrente. Evidencia la total indefensión en la que nos encontramos”.
Las instalaciones de El Siglo de Torreón fueron atacadas anteriormente, en los años 2009 y 2011. Estos hechos nunca fueron sancionados.
“Hacemos un llamado urgente a demostrar voluntad política para abatir la impunidad en los casos de asesinato, agresión y desaparición de periodistas, así como en los ataques directos a medios de comunicación. Los medios firmantes exigimos a los tres órdenes de gobierno y a los tres poderes de la Unión ponerse a trabajar, en el ámbito de competencia, para restablecer las garantías que permitan el ejercicio de las libertades de expresión y de prensa. No podemos permitir que la violencia imponga el silencio”.
“Tenemos miedo. Es natural, como cualquiera que estuviese en nuestra situación. Estamos tratando de digerir este mal trago”, decía a Radio Nederland el director del Siglo de Torreón, Javier Garza, en una entrevista realizada a principios de febrero.
El oficio más peligroso en México
“Hoy por hoy, el periodismo es el oficio más peligroso que se puede ejercer en México”, afirma José Gil Olmos, reportero del diario Proceso. Por su parte, la redactora de televisión Chihuahua, Patricia Caudillo, explica que la ley de periodistas surgió “como una exigencia del gremio, pero en la práctica no ha dado resultados”. Para la joven reportera, la corrupción “es el cáncer de México”, por lo que el Gobierno tendría que trabajar “por la protección de toda la ciudadanía”.
Según el redactor de Proceso, la ley de protección a periodistas “no va a servir de mucho”, puesto que a su juicio lo que hay que hacer para defender a los redactores y a la población civil “es combatir el crimen organizado y su vinculación con el poder político”.
“Es un poco contradictorio que las autoridades quieran apoyar a los periodistas cuando son las mismas autoridades quienes nos están atacando”, afirma la redactora del periódico Norte de Ciudad Juárez, Herika Martínez Prado.
Caudillo explica que muchos periodistas han sido víctimas de amenazas por parte de la policía, lo que lleva a los redactores a un estado de indefensión que les hace cuestionarse “y ahora qué hago, quién es mi aliado, quién me defiende”.