Utilizar el medio tiempo del Super Bowl LI como escenario para manifestar oposición –o simplemente provocar la reflexión– sobre el estado político actual de Estados Unidos y el mundo no pareció sorprender a nadie. Sin embargo, al no todos participar explícitamente de esta militancia, algunos fanáticos se quedaron divagando entre cuán efectiva fue esa decisión, especialmente tras la presentación de Lady Gaga en el medio tiempo.
A solo horas de culminada la presentación artística de esta artista, los artículos periodísticos y analíticos que cuestionan si los 13 minutos de “show” contuvieron un mensaje político no se hicieron esperar.
Por alguna razón, desde hace varias semanas la expectativa apuntaba a que la cantante tomaría una postura tajante sobre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Incluso, una más fuerte que haber apoyado abiertamente a Hillary Clinton durante las elecciones y de expresarse en múltiples ocasiones en contra de la opresión y la intolerancia promovida por el magnate multimillonario.
– “Lady Gaga plays the hits, steers clear of politics during #SuperBowl halftime show”, describió FOX News en su titular.
– “Lady Gaga heavy on the hits, light on the politics”, aseguró The Guardian.
Igualmente, muchos televidentes expresaron su agradecimiento a la cantante por no “irse por lo político” durante la presentación. Sin embargo, su mensaje no pretendía ser explícito.
Previo al partido, Lady Gaga lo advirtió a los medios:
“Las únicas afirmaciones que haré durante el medio tiempo serán los mismos que hecho consistentemente a lo largo de mi carrera. Creo en la pasión por la inclusión y creo en el espíritu de la igualdad”.
De entrada, son dos términos que la administración actual en el gobierno estadounidense ha transgredido.
¿Qué más hizo Lady Gaga? Comenzó con entonar God Bless America y This Is Your Land en el techo del estadio –abierto solo para su presentación– mientras 300 drones, auspiciados por Intel, dibujaban la bandera de los Estados Unidos en el cielo, cual estrellas de la noche.
La canción de Woody Guthrie históricamente se ha percibido como un himno más del patriotismo estadounidense, pero también ha sido empleada en el activismo político, pues su creador la escribió con ese propósito:
“As I went walking I saw a sign there / And on the sign it said “No Trespassing.” / But on the other side it didn’t say nothing, / That side was made for you and me.
Nobody living can ever stop me, / As I go walking that freedom highway; / Nobody living can ever make me turn back / This land was made for you and me.”
En esta introducción de un minuto, la cantante enunció “One Nation under God, indivisible, with liberty and justice for all” en su mejor tono condescendiente, como queriendo decir “¿cuán difícil es recordarlo?”. Es un llamado al juramento a la bandera de los Estados Unidos, por tanto una alusión a honrar la base ideológica en la que se construyó la nación.
Luego, Lady Gaga se lanzó al escenario y, entre los éxitos que cantó, dedicó tiempo considerable a Born This Way, su oda a la diversidad y autoaceptación.
“No matter gay, straight, or bi, lesbian, transgender life, I’m on the right track baby, I was born to survive”, cantó frente a millones de personas.
Entre ellos se encontraba el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, quien se ha postulado en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo y de leyes que protejan a este grupo. Incluso, se le ha ligado a las “terapias de conversión”, procedimiento cuyo fin es “devolverle” la heterosexualidad a estas personas.
La realidad es que, aunque no tan explícito como muchos esperaban, la cantante logró reafirmar el mensaje que ha llevado a lo largo de los años y que tantos miles han expresado desde que Trump lanzó su candidatura. Sin embargo, resta la pregunta de por qué los norteamericanos deseaban desesperadamente que una cantante pop tomara una postura sobre la situación política actual de su país, materia para otro estudio.
Tanta expectativa impulsó los ratings de esta programación especial. Según datos compartidos esta mañana, la presentación de medio tiempo tuvo más audiencia que el propio juego entre los New England Patriots y los Atlanta Falcons. Esta es la cuarta vez al hilo que el espectáculo del halftime sobrepasa los niveles de audiencia del partido.
Esto se une a que, en los últimos cuatro años, la mitad de las presentaciones artísticas han cargado con un posturas políticas (Beyoncé en el 2013 y Coldplay junto a Beyoncé en el 2016).
Anuncios también toman posturas
No cabe duda que, en la noche más esperada por millones de personas, especialmente fanáticos del fútbol americano, el Super Bowl sirve de plataforma para reafirmar políticas colectivas e implantar un modo de pensar. Este año, los cañones iban enfilados en contra de las políticas impuestas por el presidente Trump.
Como el espectáculo mediático no se limita al partido y la presentación artística de medio tiempo, el mensaje pro inclusión, pro igualdad y de tolerancia se extrapoló a las pausas comerciales.
La marca de cervezas Budweiser, por ejemplo, llevaba algunos días dando de qué hablar por su anuncio Born The Hard Way. En él, recrearon cómo el cofundador de la marca emigró de Alemania a Estados Unidos en los 1800’s.
A pesar de que la compañía negó que el anuncio fuera una manifestación política, este surgió en medio del debate sobre la constitucionalidad del veto migratorio que Trump impuso para prohibir el ingreso de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana a los Estados Unidos.
El anuncio es un ejemplo de tantos otros productos hechos en Estados Unidos por inmigrantes, quienes llegaron hasta la nación para probar de primera mano el tan asegurado “sueño americano” en la autoproclamada “tierra de la libertad”. Así como Budweiser, los fundadores de grandes corporaciones como Google, AT&T, eBay, Facebook y Tesla, por mencionar algunos, provienen de primeras o segundas generaciones de familias inmigrantes.
Por otro lado, la compañía de alojamiento AirB&B compró un espacio a último minuto para pautarse en el Super Bowl con un anuncio que destaca la diversidad de los seres humanos−en género, color de piel y preferencias religiosas, entre otras−y promueve la aceptación de todos estos elementos que componen la identidad de las personas.
“Nosotros creemos que, sin importar quién eres, de dónde eres, a quién amas o a quién veneras, todos pertenecemos. El mundo es más hermoso mientras más aceptes”, lee el texto mostrado encima de cada rostro.
Más adelante en la noche, la manufacturera alemana de automóviles Audi se unió al pulseo político con un anuncio que reafirmaba el compromiso del gremio con la paga igualitaria entre mujeres y hombres.
El anuncio −llamado Daughter− es narrado por un padre quien se cuestiona cómo le dirá a su hija que, a pesar de que ella cuenta con una buena educación, grandes talentos y es inteligente, siempre será considerada como un ser inferior ante todos los hombres que se enfrente.
Esta publicidad tiene una resonancia particular con las políticas de Trump respecto a la mujer, elemento central durante toda su campaña rumbo a la Casa Blanca, se caracterizó por su trato despectivo e irrespetuoso. Ahora, como primer ejecutivo, la presencia femenina en su gabinete de gobierno es diminuta (al igual que en términos de diversidad).
El presidente también firmó la prohibición del financiamiento por parte del gobierno estadounidense a las organizaciones internacionales no gubernamentales que realizan o promueven abortos.
Esta y otras acciones han servido de base para protestas multitudinarias alrededor del mundo para mostrar oposición. Según los datos, el pasado 21 de enero se registraron 673 marchas y casi cinco millones de participantes entre todos los continentes a estos efectos.
Así como Budweiser, AirB&B y Audi, otras compañías se sumaron a los “political statements”, como Coca-Cola. Estos últimos revivieron su comercial estrenado en el Super Bowl del 2014 que presenta una rendición multicultural a la canción “America The Beautiful” para enfatizar la diversidad.
Todos estos esfuerzos están mediados por una fuerza económica, ya que pautarse en este magno evento por 30 segundos tenía un costo de $5 millones este año y en los espectáculos de medio tiempo también se invierten grandes sumas de dinero. Las grandes corporaciones, al pensar estratégicamente, deben inclinarse por lo que redundará en ganancias para su empresa.
No obstante, esta plataforma mediática llamada “Super Bowl” ha servido de escenario para manifestar políticas contestatarias en la nación norteamericana.
Tal vez este año era necesario subrayar estos mensajes porque desafían abiertamente el contexto político actual. Tal vez sea necesario recalcar que en los Estados Unidos y en el mundo debe imperar la tolerancia y el respeto. Quizás resultaba impostergable utilizar la plataforma mediática más grande para recordar que en el mundo del espectáculo hay espacio para todos.