
En una extensa charla de bar, Revista Alrededores dialogó con el cantautor y músico auto gestionado León Rogani. De qué se trata su disco El Amor En Los Tiempos Del Call Center y el rol de las redes sociales a la hora de su difusión, son algunos de los ejes de la conversación. Antes del lanzamiento de su primer disco físico, León, nos presenta su mundo plagado de trenes, Internet y call center.
León Rogani vive en Burzaco, zona sur del conurbano bonaerense, cuya atmósfera rodea todas sus canciones. Clase 87, según la biografía de su cuenta en Twitter, se define como cancionista cachorro.
Aclara que no se siente parte del universo indie porque viene de “otro palo”. Su primer disco, El Amor En Los Tiempos Del Call Center esta disponible gratuitamente en Internet, tiene más de dos mil descargas y potenció su difusión a través de las redes sociales. El 16 de diciembre fue la presentación oficial de su versión en formato CD tradicional. Además, está cerca de terminar el segundo, La invención de la Noche, el cual también forma parte de una trilogía de composiciones con una temática en común. En esta primera parte, León se presenta, deja entrever su personalidad por medio de episodios de vida y comparte sus pensamientos. Timidez, convicciones e ideales que retratan a la persona por detrás del músico.
En una entrevista de reciente aparición, te caracterizan como “León Rogani: un pibe sensible”. ¿Compartes esa definición?
Sí, supongo que uno tiene que tener cierta sensibilidad sobre las cosas que pasan alrededor para poder escribir y componer música. Igualmente, sensible me suena a blandito y no me siento así en ese sentido. Porque vengo de otro palo y no tanto del palo cantautor. Ahora soy cantautor por una cosa circunstancial de la vida. Tampoco es que veo mi futuro tocando sólo con la guitarrita por siempre. De hecho, estoy armando cosas que no tienen nada que ver con el primer disco. Supongo igual que es una definición correcta más allá del doble significado de la palabra sensible como blandito, medio llorón.
¿Sientes entonces que no encajas en el estilo de cantautores acústicos como Coiffeur o Lisandro Aristimuño?
No, igualmente he escuchado. De hecho los dos primeros discos de Coiffeur me gustan. Los primeros tres de Lisandro también. No se si lo que hago se relaciona estrictamente con eso. Lo veo como que vengo por otro lado. Por ahí hay cosas en común en el uso del formato acústico. Por ejemplo, una similitud con Coiffeur en el rasguido medio violento en Vaivén. Pero no creo que mucho más.
¿Comenzaste en el mundo de la música por el lado del punk?
Claro, arranqué a los dieciséis en una banda de punk donde las canciones las hacía yo y no cantaba. Probamos otro chabón pero no me gustaba como hacía mis canciones, entonces forzosamente terminé cantando. No era la idea original, incluso yo la pasaba muy mal siendo cantante al principio. Por una cuestión de choque con el público. Era un pibe muy retraído en la secundaria. La música me terminó forzando a salir de la timidez. Después hicimos una banda de rock-reggae, Fuera de Foco, en la época de Intoxicados, No te Va gustar, ese estilo medio mixto entre lo rioplatense, el reggae y lo que se dice rock nacional. Después Polainas que era una mezcla de todo. Hacíamos covers de Ska-P, los Beatles, Strokes. Era una cosa bastante extraña.
¿Sientes que hoy por hoy perdiste bastante de tu timidez gracias a la música?
No, algo me queda. En uno de los últimos recitales que di, vino poca gente y cuando hay poca gente me pongo más nervioso que cuando vienen muchos. Siento mucho más su presencia y si se están distrayendo. Es distinto. Si no me estoy sintiendo cómodo no hablo. Por lo general soy de hacer chistes entre tema y tema. A veces me pasa de que no me siento cómodo, o me levanto mal o me siento distinto. Todas las fechas son diferentes. Hay mucho todavía de mi costado retraído. Cuando me pongo tímido casi no hablo, ni presento los temas, soy el chabón menos marketinero del mundo. No me se vender.
¿Qué alimentó tu disco El Amor En Los Tiempos Del Call Center?
Son todas experiencias personales salvo Las luces del cañaveral que creo que es un tema que no habla de nada. Después básicamente son dos historias de amor que tuve en los últimos siete años. Está muy presente el tema del tren, el 50 por ciento de mi vida me la paso en medios de transporte, y la totalidad de zona sur. Es algo que tiene mucho que ver con mi vida y, por ende, con las canciones. También el tema de la comunicación, las relaciones a distancia, por ejemplo Vaivén y Tres horas al sur retratan una historia que tuve con una mina que no vivía en Buenos Aires. Reflejan de qué forma la comunicación se mete en las canciones. Antes a lo mejor se complicaba salir con alguien que vivía en otra provincia y ahora con el tema de los celulares, Skype, es más cercano de alguna forma. No es lo mismo que la interacción personal, pero son cosas que ayudan y la mayoría de las canciones, estas once y las que completan la trilogía de El Amor En Los Tiempos Del Call Center, tienen que ver con eso. Historias de amor pero que en otra época, donde no existieran celulares, Internet, por ahí no hubieran existido. Cómo los aparatos intervienen en nuestras relaciones y de qué forma se transforma esa secuencia.
¿Qué opinas respecto a lo que se conoce dentro del rock y de la música como Indie?
El término Indie es una mentira. Surge para denominar a las bandas independientes en Inglaterra cuando el 99 por ciento de ellas lo eran. ¿Acá quién no es independiente? ¿Los que firmaron con Pop Art? ¿Estelares, Massacre? Todo el mundo es independiente acá. Después, se deformó a una cuestión de una estética en particular, gente vestida de determinada forma, que escuchan ciertas bandas. Yo me siento absolutamente alejado de esa definición. Además, también veo cuestiones clasistas, ni siquiera musicales, que tampoco me identifican. La relación entre los músicos y el público. Hay mucho flaco que se lo comió el personaje. Yo trato de alejarme de eso, intento tocar sólo con gente que me cae bien para evitar malos momentos.
Fuente Revista Alrededores