Octubre es el mes del trabajador social en Puerto Rico, sin embargo es muy poco lo que se habla sobre la importancia de la profesión para nuestra sociedad.
Hace dos semanas se celebró el primer encuentro de la Divulgación de Hallazgos de Investigación: Ideologías y Preferencias Profesionales de Estudiantes de Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR-RP). La actividad presentó varias investigaciones realizadas por profesionales del trabajo social.
Una de las ponencias, titulada Trayectoria del Trabajo Social Latinoamericano: Herramienta de Transformación, estuvo a cargo de la catedrática de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lasalle, Dagmar Guardiola Ortiz.
En su ponencia, la catedrática señaló que la profesión de trabajo social está siendo matizada por la situación colonial de Puerto Rico. “Me refiero a que la práctica del trabajo social se ubica en el contexto colonial histórico y actual, estrechamente vinculado a la pobreza, desigualdad y dependencia en sus diversas manifestaciones que continúan viviendo grandes sectores de nuestra población”, dijo.
Por otro lado, Guardiola Ortiz expresó que esta situación varía de acuerdo a los cambios que se generan en “la estructura política, económica y social del país a través de los periodos históricos que hemos atravesado durante aproximadamente 510 años de coloniaje primero”. Según la catedrática, la teoría que históricamente se ha utilizado para esta profesión ha provenido en gran medida de paradigmas eurocéntricos y occidentales, por lo que la práctica no corresponde al contexto de Puerto Rico. “Esta situación requiere romper con este esquema vigente para gestar la construcción de una transformación social que esté basado en un paradigma de igualdad, de ciudadanía incluyente, de justicia social y derechos humanos y, solidaridad, entre otros”, sentenció Guardiola Ortiz.
La educación es la clave
La catedrática dijo que la educación en Trabajo Social es indispensable para la superación de la pobreza y la desigualdad. “La misión de la profesión del Trabajo Social es la transformación, por lo que la formación académica y profesional en la región de América Latina y el Caribe se ubica en contextos, que aun cuando, en términos generales, se observa crecimiento y expansión económica (CEPAL, 2013), continúa siendo una región con altos niveles y formas de desigualdad”, expresó Guardiola Ortiz.
Ante esta situación, la catedrática reiteró que la educación en Trabajo Social tiene que estar dirigida a formar profesionales con un pensamiento crítico para lograr “transformar estructuras políticas, económicas, y sociales que generan la pobreza y desigualdad, vinculadas a la injusticia social, violación de derechos humanos, la exclusión y carencia de solidaridad, entre otros, en la región”.
Y cuando hablamos de educación, la teoría es imprescindible para formar futuros trabajadores sociales pero igual de importante es que esta sea llevada a la práctica.
“El Trabajo Social es una profesión de praxis. Nuestra formación académica-profesional está orientada a la acción transformadora en todos los escenarios (ya sea con familias, grupos, comunidades, organizaciones e instituciones, en la política social e investigación) en el que se desempeñan los trabajadores sociales. Existe un vínculo entre teoría-práctica que configuran una unidad indivisible del conocimiento; es relación dialéctica y no lineal; no es estática sino dinámica. La teoría debe fundamentarse/nutrirse del saber popular que es producto de la práctica profesional”, dijo la catedrática.
Guardiola Ortiz citó al argentino Natalio Kisnerman, quien postula que "… una práctica sin teoría solo conduce al activismo y, una teoría sin práctica se convierte en una mera especulación racionalista".
“Es decir, si la práctica no está fundamentada en la teoría se queda en discurso y activismo vacío. Si por el contrario, la teoría carece de insumo de la práctica, se queda en suposiciones sin base real”, afirmó la catedrática.