Si quieres cambiar el mundo, comienza por tu barrio. Las raíces echadas en el entorno donde te crías son inarraigables. Es un lugar donde sin duda alguna se esculpen rasgos de nuestro ser. Nuestras comunidades cargan consigo ricos elementos culturales que muchas veces merecen ser rescatados. Sin embargo, no se suele hacer trabajo de base continuo en muchos de nuestros barrios. Aquellas comunidades que han conseguido articular una cohesión comunitaria y donde el trabajo de base es efectivo cuentan con una fuerza indiscutible. Son comunidades unidas, que se cuidan los unos a los otros y tienen la capacidad de hacer frente a cualquier ataque a su integridad proveniente de cualquier esfera de la sociedad.
Santurce es un barrio sumamente heterogéneo. Este está compuesto en gran parte por gente de la clase trabajadora y asalariada de nuestro país, madres solteras e inmigrantes. Últimamente, Santurce ha estado ganando popularidad y se han llevado a cabo proyectos de embellecimiento, lo que ha incidido en una revaloración del espacio. ¿Qué es lo negativo de esto? A primera vista, el que el barrio se embellezca es positivo, por supuesto. Pero, sin un proyecto de embellecimiento que vaya de la mano con el empoderamiento de las comunidades nos enfrentamos a el grave peligro de la gentrificación. Esto es, el desplazo de las comunidades históricas de la ciudad por gente con mayores recursos.
Un ejemplo de este fenómeno lo es la expropiación forzada que sufrió el bario de San Mateo de Cangrejos para la construcción de Ciudadela, donde se desplaza a toda una comunidad que llevaba generaciones viviendo en el lugar para construir un edificio con costosas viviendas. Las personas expropiadas no cuentan con la capacidad adquisitiva para vivir en el nuevo edificio y se ven obligados a moverse a otros espacios. El proceso de embellecimiento sin empoderamiento también incide en otros desplazos forzados como lo es el encarecimiento de las rentas. En este caso, muchas familias se ven obligadas a retirarse de sus hogares por no tener la capacidad de pagarlos y son sustituidos. Así, la composición demográfica que históricamente ha caracterizado nuestro rico barrio está poco a poco transformándose.
El pasado 21 de noviembre de 2015 se llevó a cabo una actividad en la barriada Figueroa en Santurce con el título Santurce es lucha. En esta actividad el artista Osvaldo Martínez realizó un mural comunitario, donde la comunidad misma tuvo la oportunidad de participar y pintar. Además, la tallerista Frances Rivera ofreció talleres de dibujo a tiza para los niños y niñas de la comunidad. La calle Progreso mostró su verdadero rostro. De esta manera, el embellecimiento comunitario se llevó a cabo de la mano con talleres colectivos, lo que pretende crear una cohesión y un arraigo mayor del barrio.
Se podía ver a los niños buscando otros amigos y diciendo: “¡Mira, eso lo pinté yo!”, además, “eso nadie lo va a borrar, lo vamos a defender”. Con esto comienza una jornada del mismo nombre, Santurce es lucha, donde se continuará el trabajo de murales y talleres comunitarios con miras a que se convierta en un festival que la misma comunidad pueda organizar.
Es importante que este tipo de iniciativas comiencen desde abajo, desde las bases. Que no se pretenda ser un héroe que rescata una comunidad, sino un facilitador que la empodera. Que no dependamos de un gobierno que no nos representa ni esperemos nada de este. Que nos mantengamos a la izquierda con nuestra gente y que ese poder que consigamos confeccionar pueda eventualmente transformar nuestra sociedad.
El autor es profesor de Ciencias Sociales y Sociología en la UPR de Carolina.