
Nueva Orleáns, Louisiana. – El dicho ‘la cura resulta más mala que la enfermedad’ es una forma de describir lo que algunas personas experimentan al consumir una pastilla para calmar el dolor: resulta, pero efectos secundarios como acidez estomacal, sensación de mareo o cansancio, pueden llegar a ser tan problemáticos como el dolor en sí. “Las pastillas alivian una cosa y empeoran otra”, dijo Alicia Ramírez, colombiana de 65 años y residente de Virginia, quien asegura los analgésicos le afectan el estómago y por eso prefiere a veces incluso aguantar el dolor antes de recurrir a ellos. Es el caso del acetaminofén, un tipo de analgésico y antipirético ampliamente usado para calmar el dolor y bajar la fiebre, la preocupación son sus potenciales efectos tóxicos en el hígado. En junio, un panel de consejería de la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA), sugirió prohibir ciertas prescripciones médicas para aliviar el dolor que contenían acetaminofén debido a su potencial riesgo a la salud del hígado cuando es consumido en cantidades altas. En respuesta, científicos de la Universidad de Nueva Orleáns, están desarrollando un proceso para producir grandes cantidades de una forma más segura de este analgésico, según lo reportó esta semana la American Chemical Society (ACS). Se trata de una nueva forma de acetaminofén descubierta por Mark Trudell y sus colegas del departamento de química de la universidad que tiene igual potencia que el medicamento original, pero que presenta menor riesgo de toxicidad para el hígado. Hasta ahora, los científicos habían tenido dificultad para producir esta sustancia en cantidades adecuadas para una producción industrial a gran escala. En estudios de laboratorio, sin embargo, este grupo de científicos utilizó un nuevo método, sencillo y eficiente, capaz de producir cantidades multigrados de la sustancia con un 99 por ciento de pureza. Los científicos dijeron que, de ser necesario, este proceso puede ser producido a una escala mucho más grande. Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), este analgésico trabaja enfriando al cuerpo y haciendo que éste cambie la manera en cómo percibe el dolor. Actualmente el acetaminofén se puede obtener sin prescripción médica para aliviar el dolor de cabeza, dolores musculares, dolores menstruales, resfríos y dolor de garganta, dolor de muela, dolor de espalda, para aliviar reacciones a las vacunas y para reducir la fiebre. También se le usa para aliviar los dolores producidos por enfermedades como la osteoatritis. Puede acceder al artículo original en: www.conciencianews.com