El candente sol de ayer no logró sofocar el reclamo de equidad del arco iris, de aquellas diez mil personas, según datos oficiales, que marcharon en la Decimonovena Parada de Orgullo Gay de Puerto Rico. Y con ellos turistas, niños y muchos curiosos mostraron su respaldo al ícono multicolor que une a una comunidad que implora un trato inclusivo. Eran personas de todos los sectores sociales los que coincidieron allí y levantaron su bandera. Unos en carrozas VIP y muchos más a pie; unos con bondo y tacas y muchos más con la cara brillosa por esa gota gorda que-inevitablemente-caía. Durante el ya tradicional recorrido por la Avenida Ashford, distintos grupos comprometidos con la erradicación del “fundamentalismo” vociferaron la obligación de respetar el principio constitucional que separa la Iglesia del Estado. Que se considere este cisma para así evitar imponer preceptos religiosos en la forma de hacer leyes. Precisamente, esta idea fue la que matizó las consigas, este fue el pregón que aglutinó a la comunidad que exige su espacio como ciudadanos de un mundo diverso. Los “derechos de nosotros, son derechos de seres humanos”, dijo hacia el pintoresco y variado gentío José Joaquín Muliaelli, miembro de la Coalición Orgullo Arcoiris (COA). Asimismo, Liza Gallardo, subcoordinadora de esta colectividad, expresó la necesidad de tolerancia sobre las decisiones de los individuos, “esto no quiere decir que no haya fe”. La líder reconoció que vivimos en una sociedad plural, y que las diferencias sobre preferencias sexuales, religiosas o políticas no pueden minar los derechos de las personas. “Debe ser un llamado de todas la comunidades, no sólo con nosotros discriminan”, enfatizó Gallardo. Cerca del polémico complejo Paseo Caribe en San Juan y por segundo año consecutivo, miembros del Partido Popular Democrático (PPD) aguardaron a los manifestantes para apoyar las exigencias de igualdad y no al discrimen. Este fue el caso del ex secretario de la Cámara de Representantes, Néstor Duprey, quien señaló la importancia de respetar los derechos constitucionales: “esto lo tenemos que defender todos”, dijo. También, Duprey hizo hincapié en la separación de Iglesia y Estado, pero sobre todo, en el respeto a la diversidad. Por su parte José Alfredo Hernández Mayoral, ex candidato primarista a Comisionado Residente en Washington, indicó que apoya la lucha porque “hay que derrumbar prejuicios”. Otros líderes de la pava, como el representante Luis Vega Ramos, coincidieron en que sus presencias abonan a la obtención de una sociedad más justa. Entre la algarabía y la festividad multicromática, el malestar se hizo sentir. Un grupo de jóvenes alzaron pancartas con la fotografía oficial de varios legisladores del Partido Nuevo Progresista (PNP) que han emitido declaraciones en las que rechazan nombramientos de jefes de agencias basados, principalmente, en conceptos cristianos.
Se leía el nombre del político y un mensaje que aludía a que estos líderes “odian” al pueblo. De los rostros que más incitaron a los asistentes, el de presidente del Senado, Tomás Rivera Schatz, y el de la senadora Evelyn Vázquez, quienes se mostraron en contra del nombramiento de Johanne Vélez como Procuradora de la Mujer. Esto porque ella defendía la legislación vigente sobre el derecho al aborto. Los abogados Rafael Mayoral y Rafael Ruiz Ayala de la fundación Artículo II y No a la 99, explicaron que la presencia de políticos en la marcha, a pesar de no ser año electoral, se debe a la fuerza y organización de la comunidad lésbica, homosexual, bisexual, transgénero y transexual (LHBTT). Para los activistas, los políticos reconocen el poder electoral de este sector. Haciendo eco de la pluralidad y tras la inscripción: “No hay libertad política sin libertad sexual”, miembros del Movimiento al Socialismo (MAS) también desfilaron desde el Parque del Indio en Condado, hasta el Parque del Tercer Milenio en la Playa del Escambrón. Rafael Bernabé, portavoz del MAS, se alegró de ver como cada año la marcha va adquiriendo mayor respaldo popular, y recalcó la importancia de que la gente salga a la calle a exigir sus derechos. “Todos debemos estar aquí”, sentenció. Para el transformista Alex Soto, la propia comunidad homosexual no puede “autodiscriminarse”. El artista indicó que los distintos sectores de la LHBTT tienen que dejar a un lado los estereotipos y los juicios dañinos que “nos separan”. Soto añadió que las divisiones no deben existir, “somos gay, una sola comunidad”. Asimismo, achacó a la crisis económica el que un número considerable de dueños de discotecas o clubes nocturnos no hayan podido participar del evento.
Representantes de la cultura, como el colectivo literario Homoerótica y la cantante Mima, también apoyaron la iniciativa que el próximo año cumple su vigésimo aniversario. Por su parte y levantando su derecho a libre expresarse, un grupo del sector religioso del País se apostó en uno de los tramos del recorrido con un letrero que afirmaba que “practicar la homosexualidad es pecado”, acto que desencadenó abucheos de la muchedumbre. Por esta misma línea una señora de 75 años que no quiso dar su nombre, dijo que “respeta que las personas piensen distinto y que cada uno haga con su vida lo que quiera”. Sin embargo, “ellos (los homosexuales) se las verán con Dios”, aclaró mientras- con su dedo índice- señalaba al cielo. Según indicaron los organizadores del evento, la parada del orgullo gay en la Isla es una actividad que no genera fondos y en la que nadie cobra por los servicios ofrecidos. El dinero recaudado se utiliza para costear la inversión de ese mismo día, la que se estima en unos diez mil dólares. Inclusive, señalaron que aún se está pagando la deuda del pasado año.
José Alfredo Hernández Mayoral calificó de “inconsecuentes” las expresiones del gobernador, Luis Fortuño, y del presidente del Senado, Tomás Rivera Schatz, en las que menosprecian y minimizan la marcha del pasado viernes, denominada primera Asamblea del Pueblo, en la que según el estimado de la Policía participaron entre 40 y 100 mil personas repudiando las medidas de “rescate financiero” de la administración actual. Néstor Duprey dijo que es dañino que no se reconozca el reclamo del pueblo.