
Las vías que construyeron los militares aún perduran. Sus suelos alguna vez fueron marcados por las botas de cientos de soldados. Cada zanja era para sembrar un nuevo edificio que resguardaba armas de fuego. Hoy, la Subestación Experimental Agrícola de Gurabo es hogar de investigadores, profesores, trabajadores y estudiantes. Lo que alguna vez fue el Campamento Militar O’Reilly se ha convertido en el pulmón del Municipio de Gurabo.
En total son 493 cuerdas repletas de árboles, diversos frutos, en fin, vida que hace respirar a un pequeño pueblo de concreto. El lugar es parte de la Estación Experimental Agrícola de la Universidad de Puerto Rico (EEA), un programa que tiene su sede en el Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto de Mayagüez y que propicia el desarrollo de la agricultura en el País, a través de varias iniciativas.
Este programa cuenta con subestaciones experimentales en varios municipios de la Isla, además de Gurabo, entre los que se encuentran: Aguadilla, Isabela, Corozal, Adjuntas y Lajas. En total, de acuerdo al agrónomo Carlos Ortiz, suponen unas 3,000 cuerdas de terreno.
Ortiz es catedrático del Recinto Universitario de Mayagüez y lleva 30 años trabajando como investigador en la EEA. Ha dedicado su vida a esos terrenos que, según nos explicó, tienen un papel crucial en el desarrollo agrícola de Puerto Rico y en donde se han gestado iniciativas de investigación que cruzan nuestros mares. Sin embargo, hoy reconoce que la crisis fiscal que enfrentamos pone en riesgo la existencia de estas preciadas tierras.
Puerto Rico, detalla el Informe Económico del Gobernador 2016, tiene una deuda pública de $64,254 millones. Las arcas del Estado están faltas de liquidez, los sistemas de retiro quebrados y un sistema de salud posiblemente se quede sin fondos para fin de año. Como respuesta a la incapacidad administrativa de los partidos de turno, el Gobierno de los Estados Unidos ha impuesto una Junta de Control Fiscal (JCF), que lleva las riendas del País desde el 2016.
La JCF, creada por la Ley Promesa (por sus siglas en inglés), tiene mayor poder que cualquier funcionario del Estado Libre Asociado. Sus decisiones, como quedó plasmado en el Título V de esta pieza legislativa, están por encima de cualquier ley creada por el Senado y Cámara local. Entre sus poderes —queda evidenciado en el inciso V— tiene la capacidad de vender cualquier activo del País para pagar la deuda pública, incluyendo los recursos naturales.
La Universidad de Puerto Rico, creada por la Ley 1 del 1966, está también bajo los poderes de la JCF. A petición del ente fiscalizador el, gobierno de Ricardo Rosselló Nevares ha propuesto un recorte de $450 millones a la Institución. Bajo este panorama, dice Ortiz, las tierras de la EEA están en peligro de ser vendidas o cedidas ya sea para cumplir con los ajustes fiscales del sistema universitario o para pagar la deuda pública.
Además de las tierras pertenecientes a la estación, el doctor Ortiz identificó al Jardín Botánico de Río Piedras como otro activo importante que podría ser usado por la UPR o el gobierno para abonar a la deuda del Estado.
El Jardín Botánico de Río Piedras, explicó Ortiz, fue la primera Estación Agrícola de Puerto Rico, mucho antes de que el programa le perteneciera a la UPR. Este espacio fue cedido al gobierno por la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico y, en 1914, se convirtió en la Estación Experimental Insular. Más adelante, a consecuencia de la acelerada urbanización de San Juan, el espacio fue transformado en lo que es hoy.
“La Universidad tiene la potestad de vender sus activos. Nosotros haremos lo posible para que eso no pase. Es un activo importante, es un activo que nosotros debemos conservar”, mencionó el catedrático.
Aportaciones de la EEA
Para contrarrestar esta acción, el agrónomo señaló que es importante concienciar a la población sobre el aporte social de la EEA. Originalmente, en la Subestación de Gurabo, cedida a la Universidad en el 1953, se establecieron tres actividades agrícolas: siembra de tabaco, una vaquería experimental y la caña de azúcar.
Ahora mismo, según nos explicó el doctor Ortiz, su mayor énfasis es producir farináceos como guineo, batata, plátano y yautía. Los investigadores que laboran en la estación buscan mejorar todos los procesos agrícolas de los frutos que allí se cultivan, para el beneficio de los agricultores puertorriqueños.
De la misma forma, la Subestación Experimental de Gurabo pone a disposición de agricultores noveles predios de tierra por varios años para que aprendan el oficio de sembrar y mejoren sus técnicas administrativas. Este programa sirve como una “práctica” para quienes deseen aventurarse en la agricultura.
Asimismo, uno de los aportes principales que destacó Ortiz de la EEA fue el desarrollo de tecnología para producir caña de azúcar. De acuerdo al agrónomo, los avances realizados en Puerto Rico aportaron muchísimo al fortalecimiento de las grandes industrias de la caña en República Dominicana, Colombia y Guatemala.
También fue en la EEA donde se identificó la hierba estrella, traída de África y usada como alimento estándar para el ganado lechero en las regiones tropicales. En Gurabo, además, se han hecho trabajos de índole médico-veterinario, en los que se han identificado patógenos que afectan directamente las vacas productoras de leche.
En la Subestación de Gurabo también se encuentra una vaquería que data de la década de los ’60, declarada como sitio y zona histórica por la Junta de Planificación y el Instituto de Cultura Puertorriqueña, ya que fue diseñada por el arquitecto Henry Klumb.
Por otra parte, según datos de la Universidad de Puerto Rico, el Jardín Botánico de Río Piedras ocupa 289 cuerdas de terreno en las que habitan más de 30,000 plantas, algunas en peligro de extinción. Es un centro educativo y de investigación científica en el que, además, se llevan a cabo actividades sociales, talleres, seminarios y conferencias.
Las amenazas no son nuevas
Las tierras de la Subestación Experimental Agrícola de Gurabo se han visto amenazadas en el pasado. El gobierno municipal, en el año 2011, intentó, a través de una resolución aprobada en la legislatura y firmada por el exgobernador Luis Fortuño, apropiarse de 50 cuerdas de terreno con el propósito de construir una escuela, viviendas y un hospital.
Aunque la Junta de Síndicos también avaló la transacción aprobada en el gobierno, el traspaso de la propiedad nunca se firmó, así que Gurabo no pudo apropiarse de las tierras. Ortiz no duda que en tiempos de crisis, en aras de generar liquidez para el Municipio, esta petición vuelva. “Esa petición siempre ha existido y va a volver”, sostuvo.
No obstante, él y todo el equipo de la EEA están en planes de modificar sus operaciones para hacer accesibles todos estos espacios naturales y que el público puertorriqueño los aprecie. La idea, comentó el agrónomo, es abrir las subestaciones a la comunidad, ya sea creando espacios de reunión y recreación, así como aportando más terreno para jóvenes que quieran lanzarse a la agricultura.
Este reportaje es parte de la serie especial Diálogo Verde 2017, en la que se analiza el impacto de la ley federal Promesa en el medio ambiente puertorriqueño.
Sigue aquí la serie especial:
1. Empeñado nuestro patrimonio natural bajo Promesa
2. A merced de Promesa las reservas naturales y terrenos agrícolas
3. ¿La antesala de Promesa? Venden y destruyen terrenos protegidos
4. Amenazada la supervivencia de los puertorriqueños por Promesa
5. JCF: Incertidumbre ecológica, esqueletos sin transparencia y poemas de conspiración (1ra. parte)
6. JCF: Incertidumbre ecológica, esqueletos sin transparencia y poemas de conspiración (2ra. parte)
7. “Proyectos críticos”: crecimiento económico cueste lo que cueste
8. JCF: Incertidumbre ecológica, esqueletos sin transparencia y poemas de conspiración (3ra. parte)
9. A la expectativa los residentes del Caño Martín Peña
10. Extensión de la PR-22 y el cuento del fracaso como progreso
11. Aguirre Offshore Gas Port, ¿un proyecto esencial?
12. Luquillo y el “desarrollo integral” bajo Promesa
13. Nuevamente en peligro el Corredor Ecológico
14. Los bonos y la naturaleza: en riesgo los recursos más vulnerables
15. Urge la defensa de la zona kárstica ante Promesa
16. Vulnerables las tierras agrícolas bajo Promesa (Parte I)
17. Urge la defensa de la zona kárstica ante Promesa