Luego de más de cuatro horas de deliberación y debate durante la primera asamblea estudiantil de este semestre en el Recinto de Río Piedras, de la Universidad de Puerto Rico (UPR), uno de los temas neurálgicos para la comunidad estudiantil quedó en el tintero y tendrá que discutirse en un próximo cónclave en abril.
El tema, que pasó inadvertido en la asamblea por falta de quórum en horas de la tarde, fue la discusión de la señalada reforma universitaria, elemento que genera diversas polémicas entre la comunidad de la UPR.
Ante este particular, el presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE), René Vargas, sostuvo que “se pudo ver que todavía hay una gran división en el estudiantado y se retomará en la próxima asamblea de estudiantes. Entiendo que la asamblea fue todo un éxito y veo una mayor madurez en el estudiantado”.
Precisamente, el resto de las mociones presentadas durante el final del cónclave serán levantadas en la próxima asamblea, ya que al momento de ser ratificadas no había quórum para ser aprobadas por el cuerpo estudiantil. De los 1,457 estudiantes con los que se iniciaron los trabajos, la asamblea finalizó con unos 491 alumnos a las 4:46 de la tarde.
Sin embargo, se logró aprobar un pronunciamiento en el que se rechaza la ley que estipula el voto electrónico como mecanismo de contabilización de la opinión estudiantil como modo de escrutinio de las decisiones tomadas en asambleas “presentes y futuras”.
Vargas manifestó que el voto electrónico puede acarrear un proceso de censura de las mociones a ser llevadas ante el estudiantado mediante una consulta electrónica.
“Como presidente del consejo, no puedo avalar una medida que le arrancaría al estudiantado sus derechos y limita la libertad de expresión estudiantil en la práctica”, indicó.
Otro de los temas de mayor interés fue el plan de seguridad propuesto por la administración universitaria del Recinto de Río Piedras. Sobre este particular, los estudiantes manifestaron que el plan se contradice al decir que cuenta con la participación del estudiantado, pues, según éstos, no se incluyó a este sector para redactar el proyecto. Asimismo, la asamblea avaló una moción para exigirle la renuncia a Julio Serrano, director de seguridad del Recinto.
Mientras, uno de los grandes consensos de la tarde fue la aprobación de la moción presentada por Lilliana Rivera Rodríguez, estudiante con necesidades especiales. Para ésta, la seguridad debe contemplar soluciones viables y creativas en términos de infraestructura y acceso.
“Queremos mejores accesos para el disfrute de las instalaciones deportivas del Recinto, así como el mantenimiento de ascensores y rampas”, señaló la estudiante de la Faculta de Humanidades.
La joven también propuso la instauración de un comité estudiantil que vele por los derechos de la población de estudiantes con necesidades especiales.