
Hay ocasiones en las que uno va al cine a ver una película, sin mayor pretensión que la de sentir adrenalina y disfrutar de enfrentamientos de proporciones épicas. Esto es lo que promete la nueva versión del film Clash of the Titans. Una historia de acción y aventura que fusiona elementos de mitología y el espectáculo hollywoodense de los efectos especiales más avanzados. El argumento se basa en la película original de 1980 del mismo nombre. El semidios Perseo, hijo de Zeus, realiza un heróico viaje para encontrar una manera de acabar con el colosal monstruo llamado el Kraken, que ha sido liberado por los dioses olímpicos como castigo por la soberbia humana. En el camino se enfrenta a seres míticos como escorpiones gigantes o la gorgona Medusa. Para los que vieron la original de los ochentas, esta nueva versión cumple con revivir un clásico del pasado, añadiéndole un valor agregado gracias a la nueva tecnología disponible en materia de efectos especiales, aunque quizás para los más fanáticos, moleste un poco los cambios en la historia o el rediseño de algunas criaturas como la Medusa, Caronte o el Kraken, ya que el departamento de arte se tomó la licencia de crear nuevas versiones de estos seres para esta nueva puesta en escena. Para aquellos a los que les es totalmente nueva la historia, podrán disfrutar de un film épico que cumple con lo que prometió su trailer: casi dos horas de aventura gloriosa y fantástica. Para los fanáticos y conocedores de mitología, sin embargo, puede ocasionar cierto malestar el que la historia no sea fiel a los mitos griegos. Cosas como la inclusión del Kraken, que pertenece realmente a las mitologías escandinavas o nórdicas, o el que sea Perseo y no Orión quien se enfrenta a los escorpiones gigantes, puede indignar a los entendidos en mitología griega. Pero si nos hacemos la vista gorda a este tipo de detalles y asumimos el film como un texto de ficción que simplemente toma prestado material de los mitos antiguos, la película llega a ser sumamente entretenida. Pero el elemento que me parece el ingrediente que hace de esta produccion una experiencia genial es que sobrepasa las expectativas intelectuales de la audiencia. Clash of the Titans no sólo es un viaje lleno de emoción, adrenalina y testosterona, sino que tiene excelentes actuaciones y además, en su discurso se cuela un mensaje de cómo se gobierna y domina mediante el miedo. Una práctica recurrente utilizada durante siglos por reyes, gobiernos y religiones. El Kraken es liberado por Hades para que los humanos vuelvan a creer en el Olimpo y le rezen a Zeus por su protección, de la misma forma en la que Iglesias y gobiernos han creado enemigos y castigos eternos para que los súbditos se mantengan fieles por medio del temor. Lo interesante de la moraleja es que al final, hay también una crítica a la soberbia humana e incluso una reivindicación para el dios padre. Un detalle nefasto de la película, sin embargo, es la tecnología 3D. No vale la pena el gasto adicional de la taquilla para ver este film en tres dimensiones ya que, a diferencia de Avatar y de igual modo que en la Alicia de Tim Burton, el formato 3D se realizó en la post producción y no durante la filmación, por lo que esta tecnología es más un guiño que un recurso narrativo audiovisual. Hay momentos en los que nisiquiera se aprecia la profundidad de este formato y en otros, se siente superpuesto y molesta. Resulta más rentable ver la versión en dos dimensiones y ahorrarse los tres dólares extra. Clash of the Titans es una maravillosa opción cinematográfica si lo que se busca es una buena histora de aventura fantástica de proporciones mitoloógicas. Si le llama la atención la idea de apreciar a dioses, semidioses, mortales y criaturas fantásticas en combates espectaculares, definitivamente debe ir a ver esta película.