“La madurez del hombre es haber vuelto
a encontrar la seriedad con que
jugaba cuando era niño.”
Nietzche, Más allá del bien y del mal.
Cada cual toma su rumbo y emprende su peregrinatio. El seminario se articula mediante un viaje constante, reflexiv, de un sitio a otro en una búsqueda tipo de “per-agrare”, es decir, ir por los campos de nuestro interés (estar entre las cosas, “Inter-esse”, como decía Martin Heidegger), vinculante con el conocimiento mediante la investigación. Cada estudiante va formulando, en su travesía, un objeto de investigación enfrentando rupturas y disloques respecto a su propia mirada. Es un “estar viajando”. Ese es el eje del seminario.
El seminario ESGE 4995, Barbie y GI Joe: la corporeidad de una estética integrista, mediante la semiología, transita reflexivamente por diversas formas de subjetividad en la compleja relación de tramas en la construcción del sí mismo, a partir de la estética integrista que impone un determinado discurso en forma de corporeidad.
Utilizamos esos dos artefactos culturales de gran impacto, Barbie y GI Joe, como agentes catalizadores. Estas figuras no son abordadas como muñecos maléficos de la alineación urdida desde un centro de poder, sino como formas complejas en las cuales transitan estrategias diversas respecto a la construcción de la identidad a diversos niveles, modalidades, textualidades, emplazamientos.
El desarrollo de la reflexión aborda diversos escenarios a partir de elementos básicos en la reflexión semiológica de teóricos como Ferdinand de Saussure, Charles Sanders Peirce, Humberto Eco, Roland Barthes, Julia Kristeva, George Wilhelm Hegel, Jean Baudrillard, Jacques Lacan, entre otros.
Cartel creado por el Grupo de Estudios Semióticos.
Barbie y GI Joe: pre-textos reflexivos
En el seminario, hay que viajar por senderos diacrónicos y sincrónicos en campos como la industria, la mercadotecnia, la pasarela, el modelaje, el cuerpo secuestrado por la mirada normativa (hasta el transtorno dismórfico corporal), la imagen—significantes y contenidos sedimentados—y el espacio, pero con encuentros en el camino con el simbolismo del fuego, el agua, la piedra, y hacer la entrada provisional en escenas del juego que implican la magia, el rito, la ceremonia, el mito. Uno de los órdenes de acción abordados es el juego.
La esfera del juego se configura en escaparse a un dominio de tonalidad libertaria en el cual impera el “como si…”, de manera en que el abandonarse en ese escenario vivencial permite dramatizar relatos del ser-otro-para-sí. Allí se forman narrativas de la identidad. Finalmente no construimos nuestra identidad a partir de las obras de Johann von Goethe, Miguel de Cervantes, Dante Alighieri o Víctor Hugo, sino a partir del juego con artefactos culturales como Barbie y GI Joe.
Ese dominio del juego, como dice Johan Huizinga en su Homo Ludens, es posiblemente uno de los eslabones vinculantes primarios entre la condición cultural y la animal que configuran la existencia humana. Y el juego presupone, necesariamente, el intercambio simbólico. El abandono del cuerpo profano en virtud del cuerpo sacralizado de una corporeidad integrista configura, en sí mismo, la carga de la violencia simbólica anunciada por Pierre Bourdieu.
Esas figuras del espectáculo de la femineidad “encantadora” (el hechizo, el cautiverio, l seducción, la brujería, el conjuro) y la masculinidad “guerrera” (combatiente, luchador, decidido, heroico), que no se limitan a los personajes de Mattel y Hasbro, operan en nuestra reflexión durante el semestre como puntales de un recorrido por formas extensivas a múltiples dominios de la corporeidad. Los integrantes del seminario se internan en la investigación de regiones que se entrelazan con ese ámbito desde diversos ángulos de la corporeidad.
La corporeidad es ese entramado coherente de significaciones que construyen la imagen global de un deber ser corporal. Se trata de un orden, tanto moral como ético y estético.
Cartel creado por el Grupo de Estudios Semióticos.
La corporeidad desde la semiología
¿Por qué la semiología? El ser humano, es humano, por el intercambio simbólico. La acción humana se caracteriza porque se encuentra mediada, según Georg Lukàcs, por la formulación de una distancia de sí en forma de obra, es decir, la enunciación simbólica como retórica conceptual.
Tanto en el plano de la intencionalidad manifiesta, la acción cargada con un designio subjetivamente pretendido, como en el de la acción inadvertida (“lo hacen pero no lo saben”, decía Karl Marx) así como en el de los referentes históricos del accionar, constituidos por lineamientos, segmentos, fragmentos de otras acciones, sedimentaciones en forma de condiciones, entre otros, se formula un constante intercambio semiótico.
Nuestra corporeidad es la primera forma de comunicación con el mundo, o digamos, es una forma de existencia del mundo, pues a la vez es en sí y en el otro como relación. Nuestra realidad corpórea se expresa, como consciencia de sí y de los demás, mediante la corporeidad. Ese ser cuerpo y sentirlo se da, según Françoise Dolto, en el intercambio.
Dentro del intercambio, diversos niveles se entrecruzan formando un tejido: la intimidad como contacto con “sí mismo” pasa por el cuerpo (“descubierto” y “construido”) como lugar que la escenifica; el punto de partida en el que se mediatiza el intercambio; como medio que libera (desata, en un sentido en que no se trata de una forma puramente voluntaria) las señales para el contacto con el mundo en lo que se denomina el “lenguaje corporal”; el reconocimiento del otro mediante el cuerpo; y el escenario formado de entrecruces entre el adentro y el afuera como “momentos” carentes de realidad propia, sin dicho desplazamiento constante.
La corporeidad traslada al cuerpo, desde el indicativo al imperativo, en un movimiento de conciencia en el ámbito simbólico.
Nosotros, seres del lenguaje, de acuerdo a Saussure, nos distingue la formulación simbólica como espacio constitutivo de nuestra supervivencia. Somos seres simbólicos y los procesos de semiosis, el intercambio de significaciones, constituyen un entretejido complejo que nos sostiene en la red de significaciones, que nos ata a nuestro hacer, según Max Weber, como formas de distancia para poder, y desde el poder (en todo sentido) de concebirnos.
Propuestas para analizar la corporeidad.
Como requisito del curso, el pasado 11 de diciembre, el seminario celebró la actividad Búsquedas y miradas en la librería La Tertulia en Río Piedras, con tal de recoger las propuestas de investigación de los estudiantes. Estas fueron:
House Bunnies: Mujeres, Animales, Objetos, de Marimar Rivera Quiñones
Re-Producciones Incomprendidas de Miledis Sánchez Archilla
Batman: La invisibilización del héroe de Emanuel Pagán Colón
La Creación del Yo por medio de la Sociedad de Miguel Maldonado Molina
Tropezando con las grietas del Viejo San Juan de Raúl Reyes Morales
Balance y compostura de Stephanie Pérez Díaz
La urbanización del “sí” o el “no” de Rey Hernández Rodríguez
Mi compañía muda de Kristia Jiménez Pérez
El impacto recóndito de los colores en la sociedad de Robinson De Jesús Romero
Las máscaras y el carácter encubridor del pensamiento mítico de Marta Rivera Rondón
Autorretrato de un toxicómano de David Tait Avagnina
Juguemos a las Escondidas de Suzzette Ortiz Centeno
Estudio Semiótico: Papá Noel, el padre de mis hijos de Daniris Sánchez Príncipe
Divinidad alcanzable de Angélica Oliveras Morales e Ivana Alonso Conté
La “luz que alumbra mi “verdad” de Alexandra Llegus Santiago
El señor T de Alfredo J. López Nieves
Pelo malo o la violencia de un discurso encubierto del racismo de Edgardo Ortiz Flores.