El viejo San Juan es posiblemente uno de los íconos visuales de Puerto Rico. Sus calles adoquinadas, las garitas de sus edificaciones fortificadas, las chiringas en el morro, la arquitectura colonial de sus edificios, las puestas de sol en el Paseo la Princesa, sus esculturas y monumentos. Estas imágenes tan hermosas son famosas para todo aquel que ha paseado por la zona y no es de extrañar que sus visitantes, locales y extranjeros, quieran capturar el momento con sus cámaras de fotos.
Pero para la Compañía de Turismo, es necesario pedir permiso con cinco días de anticipación para sacar fotografías en el área de San Juan y Condado. Su director, Mario González Lafuente, dijo a la prensa que "a la Compañía de Turismo le complace que todos los días, miles de personas toman fotografías de áreas turísticas. Dichas fotografías son recuerdos memorables de los atractivos turísticos que ofrece Puerto Rico, muchos de ellos patrimonio de nuestro pueblo”. Según González Lafuente, el permiso sólo lo deben pedir las producciones comerciales y fílmicas, pero según los guardias de seguridad del área, esto se interpreta de forma que se prohibe tomar fotos con cámaras tipo SLR o Single Lens Reflex (aquéllas que tienen lentes externos al cuerpo de la cámara) y con equipo profesional como trípodes y lentes.
Esta prohibición se basa en un reglamento firmado en 1994 por el hoy gobernador Luis Fortuño (que dirigía la Compañía de Turismo en esa época) y en el Código de Desarrollo Económico del Municipio de San Juan. Quizás para aquella época, sólo los fotógrafos profesionales tenían este tipo de cámaras con lentes intercambiables, pero hoy en día, son muchos los equipos fotográficos, accesibles a cualquier aficionado, que tienen lentes intercambiables, externos al cuerpo de la cámara. De igual modo, no hace falta ser un fotógrafo comercial para poseer un trípode.
Por otro lado, ¿por qué un fotógrafo tiene que pedir permiso gubernamental para tomar fotografías en un área pública? Pongamos algunos casos para ilustrar mejor lo absurdo de dicha reglamentación. Un fotógrafo residente del viejo San Juan, no puede capturar con su cámara (una Canon Rebel, pongamos por ejemplo, que es una cámara común que posee lentes intercambiables) un momento específico del vecindario en el que vive. De igual modo, no podrá cumplir con su clase, un joven estudiante de la UPR, a quien en el curso de Introducción a las Ciencias Físicas, se le ha dado la asignación de sacar diariamente, por una semana, una fotografía del cielo nocturno, para lo que necesita utilizar un trípode para que la foto no salga borrosa. De igual modo, un grupo de universitarios que quieren realizar un cortometraje usando una cámara Canon 7D o una Sony NEX 5 (ambas cámaras fotográficas con lentes intercambiables capaces de grabar video en alta definición) y un trípode, deben añadir mayores complicaciones a lo dificultoso que resulta una producción independiente sin presupuesto. O pongamos el caso verídico de una pareja que luego de casarse, quisieron sacarse fotos en la Ventana al Mar, en Condado, pues fue en ese lugar que el novio propuso el matrimonio. Para estas fotos deseaban usar un trípode y una buena cámara para asegurarse de que salieran lo más bien posibles. Lamentablemente los guardias se lo impidieron y por ser fin de semana, no consiguieron ninguna oficina de Gobierno abierta para poder explicar su caso y conseguir un permiso.
Según el Director de la Compañía de Turismo, la petición de permisos "garantiza planificación efectiva, coordinación con las autoridades pertinentes, establecimiento de perímetro y seguridad, entre otros" pero ¿qué coordinación y planificación requiere el que saquemos fotos de un momento espontáneo con nuestra cámara de lentes intercambiables o nuestro trípode?
Además, hay varios testigos que afirman que la reglamentación se aplica arbitrariamente ya que a los locales se les prohibe el uso de las cámaras y equipo fotográfico que no sean una cámara "point and shoot", mientras que a turistas extranjeros no se les impide en lo absoluto, sin importar que tipo de cámara tengan o si utilizan trípodes.
Es precisamente la indignación de estas situaciones lo que ha llevado a varios fotógrafos, videógrafos, estudiantes, activistas y organizaciones a convocar a una actividad de protesta contra esta prohibición el domingo 15 de mayo de 2011, a las 11 de la mañana en la Ventana al Mar en Condado. La idea es retar dicha reglamentación, fotografiando y capturando en video los parques, monumentos y esculturas del área. El Licenciado Alvin Couto de Jesús, abogado y fotógrafo, expresó que "Esta prohibición a todas luces es inconstitucional ya que afecta el derecho de libertad de expresion y se aplica arbitrariamente ya que a los turistas no se les impide el uso de estas cámaras". También agregó que quienes no fuesen fotógrafos, de igual modo pueden asistir a la actividad "vestidos o disfrazados de un personaje para que los retraten". Según Couto de Jesús "Debemos convertir los espacios públicos en puntos de encuentro para reafirmar nuestros derechos".
Quizás es que la gente de la Compañía de Turismo no sabe de fotografía o tal vez quieren tener un monopolio sobre las imágenes de San Juan. Lo cierto del caso es que, para los afectos a la captura de imágenes y momentos por medio de la fotografía y el video, para los que hacen arte por estos medios y para todo aquel que entiende que los espacios públicos son de sus habitantes, esta regulación resulta un sinsentido más de un Gobierno acostumbrado a prohibirle cosas a sus ciudadanos.