Los libros son muchas veces ese soporte en donde dejar registro de toda aquella exploración que los artistas suelen encarar con la vocación y el talento que los moviliza. La historia y el tiempo olvidan lo que no está escrito. Quizás para que tanto trabajo no quede en vano y como simple bagaje anecdotario, los artistas escriben.
En cuanto al teatro, son muchos los libros que podrían citarse como los más representativos. Aquellos que son material de estudio para dramaturgos y actores. También la materia prima de nuevas investigaciones e interpretaciones que los teóricos del arte no se cansan de realizar.
Para los comediantes que se inician en los caminos de la actuación resulta difícil entrar en el mundo de grandes maestros de la escena que han dedicado su vida a la formulación de lo que consideran las bases del teatro y de una buena interpretación. Los libros de los maestros suelen ser complicados ¿cómo comprender todo aquello cuando el actor es apenas un principiante? Todo resulta tan complejo que quizás solo el devenir del tiempo y de la historia personal harán decantar las explicaciones. Quizás no sea alentador saber que sólo queda la espera y el trascurrir pero no hay otra forma. El inmiscuirse una y otra vez en el mundo de estos pensadores del arte resulta trabajoso, y comprender ese universo de ideas parece muy complejo.
Sin embargo los libros allí están y en la búsqueda eterna del artista, retornará a ellos una y mil veces para “dar con la tecla”, para vislumbrar, para valorar e interpretar en la propia creación.
Ahora bien, si tuviéramos que nombrar cuáles son esos libros apertura de universos probablemente no alcanzarían estas pocas líneas. Sin embargo, no hay dudas en la inclusión de algunos, quizás los más representativos por ser aquellos libros que aportaron una nueva mirada del trabajo actoral. Uno de ellos es la emblemática obra del director teatral polaco, Jerzy Grotowski, Hacia un teatro pobre. En este estudio, este director -que ha dedicado su vida al estudio del actor y a trabajar con ellos en lo que el mismo Grotowski llamó “laboratorios teatrales”-, rompe con la concepción de que el teatro se sustenta gracias a su artificio, entendido como el conjunto de elementos que apoyan al texto dramático (los actores, la escenografía, las luces, el sonido y la música). Para Grotowski la esencia está en la actuación, ni siquiera en el texto dramático.
Es el actor quien sustenta la obra y es a su vez, elemento esencial para que exista teatro. Hacia un teatro pobre ofrece los principios básicos para el teatro. Postula una serie de ejercicios necesarios en la búsqueda de la verdad escénica, una verdad que es física, porque el acento de la actuación está puesto en el cuerpo. Entre muchas cuestiones que examina, Grotowski determina la necesidad de la “santidad” en el teatro.
Con esto quiere decir, que el actor debe ser capaz de construir su propio lenguaje psicoanalítico de sonidos y gestos de la misma manera en que un gran poeta crea su lenguaje de palabras. De acuerdo con esto, este estado solo puede alcanzarse mediante la disciplina. El actor es un ser dedicado pura y exclusivamente al teatro. De allí también que sus alumnos y discípulos hayan consagrado años a la experimentación de las técnicas de su maestro, sin tener otra preocupación.
Las jornadas de trabajo en el laboratorio actoral llegaban a durar casi todo el día. Incluso en proceso de investigación, producción y puesta en escena de una obra de teatro podía durar años. Por ello, las producciones artísticas de este grupo son escasas a lo largo del tiempo. La tarea máxima era desdeñar el trabajo del actor para culminar con su originalidad.
Muchos artistas han sido influenciados por el legado de Jerzy Grotowski. Su estudio ha sido revalorizado a lo largo del tiempo y hasta el día de hoy sigue siendo material para construir nuevas interpretaciones. Algunos de ellos, han reformulado los postulados del director polaco, otros no han podido despegarse de sus concepciones artísticas entendiéndolas incluso como el máximo escalafón en el estudio del teatro.e
Fuente Revista Alrededores