
No hay ‘chavos’ para gasolina y apenas se puede pagar la renta. El Capitolio continúa sudando barrabasadas y en el Gobierno no se sabe ni la hora que es. Pero, no importa… ¡Salga a celebrar que Puerto Rico es el mejor del mundo! ¡Alegría, alegría, alegría… alegría, alegría y placer! No hay duda. El mundo se puede estar cayendo alrededor de la llamada Isla del Encanto, pero si un puertorriqueño triunfa, especialmente en el deporte, se toma un respiro y se celebra la puertorriqueñidad. Y, según conversaciones de Diálogo Digital con varios expertos en el tema de deporte y nación, no hay nada malo con eso. “Es como un oasis en medio del desierto”, explicó Daniel Martínez, psicólogo deportivo y profesor en la Universidad Carlos Albizu de San Juan. “Todos estos logros deportivos en tan corto tiempo sirven para unir al pueblo en momentos en que las cosas no andan bien. De nuevo se ve al deporte como un aliciente y de nuevo sale a flote la identidad puertorriqueña sobre todo lo demás”, sostuvo el doctor.
Todo comenzó con la medalla de plata ganada por el velocista ponceño Javier Culson hace tres semanas en el evento de 400 metros con vallas durante el Campeonato Mundial de Atletismo en Berlín. Con récord de 48.09, Culson entró a la verdadera elite del atletismo mundial dándole a Borinquen la primera medalla en un Campeonato Mundial en su historia. Una semana después, Puerto Rico se agenció la medalla de plata en el Campeonato Premundial de Las Américas celebrado en el coliseo Roberto Clemente de Hato Rey. En el juego final, se perdió ante Brasil por un puntito, pero la plata supo a oro ya que existían muchas dudas sobre un equipo que apenas había tenido oportunidad de entrenar y que no contaría con la presencia de su único jugador en la NBA, el armador de los Mavericks de Dallas, José Juan Barea. Y, tan recién como este pasado sábado, los puertorriqueños hincharon su pecho con las medallas alcanzadas por José Pedraza y McWilliams Arroyo durante el Campeonato Mundial de Boxeo Aficionado en Milán, Italia.
Arroyo derrotó el pasado sábado al mongol Tugstsogt Nyambayar en la final del peso mosca, lo que le valió la primera medalla de oro para Puerto Rico en un Mundial de Boxeo desde que el mítico Wilfredo Gómez obtuvo la suya en 1974. Pedraza, por su parte, ganó la presea plateada en el peso ligero tras perder en la final ante el favorito, el italiano Domenico Valentino. ¡Mami, no cocines, que hoy cenamos fuera! ¡Ganamos en boxeo! “Se ha dicho que el deporte es una dinámica que une al pueblo. Independientemente de las diferencias políticas o religiosas que existan, todo el mundo respalda a sus atletas”, prosiguió Martínez. “Esto es parte de la capacidad de uno, como individuo y como pueblo, responder en un momento en el que hay mucha incertidumbre económica. No es que uno vaya a ignorar tal o cual realidad que se vive, pero por un momento podemos disfrutar de nuestra identidad nacional”, agregó. Claro, nada como cuando Félix ‘Tito’ Trinidad ganaba una pelea, que la ebriedad y los excesos de alegría se bajaban la mañana próxima con una buena caravana desde el aeropuerto Luis Muñoz Marín hasta Caimito. Eso sí, no existe recuerdo inmediato de una tan buena zafra en tan variados deportes a nivel mundial, la cual podría continuar si la selección nacional de béisbol prosigue su paso arrollador en la Copa Mundial federativa de béisbol, donde aplastó a España, 12-2, en el primer partido de la segunda ronda el pasado domingo.
Y que el pueblo sepa que sus atletas llevan a Puerto Rico dentro de su corazón. “Este recibimiento es tremendo, estoy muy contento, bien positivo y feliz porque por fin estoy de vuelta en Puerto Rico”, expresó Arroyo a un rotativo local a su llegada al aeropuerto. “Italia fue increíble, pero cuando hicimos escala en Nueva York, nos fuimos a comer arroz, habichuelas y bistec, con amarillos y aguacate. Me hacía falta, pues estaba comiendo pasta todos los días”, confesó el campeón mundial de boxeo aficionado. Habrá que ver ahora qué sucede, con toda esta alegría deportiva, más con los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010 a la vuelta de la esquina. De Culson se esperan aún mayores cosas; es recomendable que vaya comprando las taquillas para verlo en vivo el año entrante en la Sultana del Oeste. No se sorprenda si lo ve en el podio de medallas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El equipo nacional siempre mantiene en suspenso al fanático aunque en la mayoría de las ocasiones quedan bien. Con el Campeonato Mundial en Turquía el año entrante faltará conocer cómo la integración de Barea afecta la química alcanzada por el dirigente Manolo Cintrón. Obviamente, los apostadores van casi seguros de que Barea será el abanderado en su natal Mayagüez, lo que augura un verdadero espectáculo durante la justa regional más antigua del mundo. Y, como todos saben, en el 2011 viene nuevamente el drama del Torneo Preolímpico en búsqueda del pase a las Olimpiadas de Londres. En cuanto al boxeo, disfrute por ahora este momento y enfóquese, amigo fanático, en olvidar que estos jóvenes posiblemente no llegarán a las Olimpiadas de Londres. Tanto Arroyo como Pedraza señalaron que lo pensarán mucho para seguir como aficionados después de Mayagüez 2010, pues las tentaciones del boxeo profesional son muchas. Hasta ahora, el presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR), David Bernier, se ha mostrado bastante diligente con mantener contentos a sus atletas, así que veremos qué se saca de la manga. “Por algo han sucedido tantos logros corriditos, algo se está haciendo bien, así que confiemos en que esto siga así”, comentó en un suspiro de positivismo el emérito Secretario General de FIBA América y una de las más importantes figuras de la historia del olimpismo puertorriqueño, Jenaro ‘Tuto’ Marchand. Marchand, como buen hombre de baloncesto, considera el triunfo de Puerto Rico sobre los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 como el máximo logro deportivo de la nación.
De más está decir que anda de pláceme con esta nueva zafra de triunfos, más si se considera que le ha dado toda una vida a defender la identidad puertorriqueña en los deportes. Pregúntele si es verdad que los triunfos en el deporte lo que hacen es enajenar al pueblo de las barrabasadas que suda el Capitolio o la carencia de G.P.S. del Gobierno y prepárese para defenderse. “No es que uno se olvide de los pillos que están aquí o acá o de lo ‘chavao’ que está el País, pero uno no puede resignarse a ser infeliz, no hay porqué evadir estos momentos gratos”, dijo. “Además, el pueblo que se deje de sentir orgulloso de los logros de los suyos muere por definición”, puntualizó.