Todas las casas son ojos que resplandecen y acechan… Miguel Hernández La casa: la Sultana del Oeste. Los ojos: los de un público ávido. El resplandor: las interpretaciones en declamación y canción. El acecho: el recuerdo. Cientos de personas se congregaron en la histórica casa del arte de Mayagüez, el Teatro Yagüez, para presenciar un homenaje en verso y melodía al poeta español Miguel Hernández. El evento artístico, protagonizado por el declamador David Ortiz Angleró y el cantante Danny Rivera, marcó el inicio de la jornada del Año Hernandiano y formó parte de la serie Travesía del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). “Bienvenidos al lanzamiento del centenario del poeta Miguel Hernández. Esta celebración que inicia hoy se llevará a cabo a lo largo de un año en el que se realizarán diversas actividades educativas y culminará en Orihuela, España con la presentación oficial del homenaje de Puerto Rico al poeta en octubre de 2010, fecha oficial de su centenario”, dijo la doctora Luz Nereida Pérez, directora del Comité del Año Hernandiano. A juicio de la escritora y crítica literaria, este homenaje tiene como fin difundir la obra y vida del autor, también conocido como el poeta pastor.
“Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en el pueblo de Orihuela localizado en la comunidad valenciana de España, y murió en la cárcel de Alicante de la misma comunidad el 28 de marzo de 1942. Este singular ser humano no alcanzó cumplir los 32 años de vida. Sin embargo, éstos fueron suficientes para amar intensamente y procrear dos hijos, participar en la Guerra Civil española y para legar a la literatura española y mundial, una obra poética de carácter universal”, sostuvo Pérez, cuya tesis doctoral de la Universidad de Nueva York estudió la obra del poeta orilano. Sube el telón El homenaje inició con la voz potente e inconfundible del recitador mayagüezano David Ortiz Angleró. “Les voy a contar una historia de amor fraternal. Bienaventurado el que puede contar una historia. Bienaventurado de quién se puede contar una historia. La que voy a contarles es la de dos amigos que aún después de la muerte encuentran un rinconcito para profesarse sus respetos y profundos afectos”, dijo previo a iniciar la declamación de una selección de poemas de Hernández. Le siguió un interludio musical que evocaba añoranza. Se trató del inicio de la pieza La sombra de una huella del maestro Amaury Veray, que armonizó y complementó idóneamente con la voz del veterano locutor durante esa parte del programa. Luego, Ortiz Angleró leyó Hasta después de siempre compañeros Miguel Hernández y Ramón Sijé, una narración histórica de la vida de estos amigos inseparables sazonada por la prosa del poeta español. Acto seguido, declamó 18 poemas de Hernández, entre ellos, El rayo que no cesa, Mis ojos, Todas las casas son ojos, Elegía a Ramón Sijé y Fue una alegría de una sola vez. El acompañamiento musical fue dirigido y arreglado por Carlos Cruz. Participaron además, Ana María Hernández, en la flauta y el pícolo; Laura Cintrón, en la viola y el violín; y Alberto Rodríguez, en la guitarra. Hernández en canción La segunda parte del homenaje inició con la interpretación musical de Chabela Rodríguez. Ataviada con vestimenta blanca y con sus pies descalzos, la cantante vocalizó tres poemas de Hernández: Una querencia tengo por tu acento, Ausencia en todo veo y El sol, la rosa y el niño. Estuvo acompañada del guitarrista Pavel Urquiza y en la percusión por Oscar “Lolo” Figueroa. El tributo continuó con la participación del trovador Eduardo Villanueva Serrano. Los ritmos autóctonos enardecieron los ánimos de la audiencia. Al son de la trova interpretó el poema Rosario, dinamitera. Luego, compartió dos composiciones de su autoría que hacían referencia a la vida y obra del poeta orilano. A través de su métrica, Villanueva Serrano presentó a Danny Rivera, quien apareció en escena con una túnica color marfil en actitud de agradecimiento al público. “Me siento muy orgulloso hoy y quiero pedir disculpas a aquellos que en algún momento la música que haya puesto a estos poemas, no lleguen al lugar donde se encuentre la poesía del gran Miguel Hernández. Pero, allá en Guavate, pensé muchas cosas, pensaba en la música, me vi preso, también volví a la cárcel, me sentí en el encierro, en un encierro libre, pero encierro”, expresó el cantautor, quien musicalizó los poemas de Hernández a propósito de la jornada hernandiana. Admitió que conoció al poeta desde la música de Joan Manuel Serrat, que luego, según expresó “se escapó y se fue a otros mundos”. “Espero que algún día se pueda cantar, otra vez a Miguel Hernández luego de Danny Rivera, sería un honor, un privilegio”. Después de conversar con el público y con su único estilo interpretó los poemas Boca, El silbo del dale, El silbo de la llaga perfecta, El Nazareno y Cantar. La dirección musical estuvo a cargo de Ricky Martínez. Asimismo, participaron los músicos Wiso Vélez, Carlos “Pachito” Vega y Lolo Figueroa. El espectáculo concluyó con la vocalización de la poesía Carta. En ese momento Chabela, Villanueva y Ortiz Angleró acompañaron a Danny en el escenario. El emocionante final integró la declamación con la canción, el público se unió cual armonioso coro. Todos cantaron: Aunque mi desdichado en la tierra… Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré. Y así le rindieron homenaje a Miguel. Para acceder al texto original puede visitar: http://www.uprm.edu/news/articles/as2009161.html
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