Incertidumbre, desasosiego y tristeza fueron algunos de los sentimientos experimentados por los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico de Humacao (UPRH) cuando se enteraron de las condiciones en que había quedado su centro educativo luego del paso del Huracán María el 20 de septiembre de 2017.
Tras más de un mes de interrupción del semestre académico, el lunes 30 de octubre regresaron a las aulas y laboratorios que albergan sus cursos. El estado de varios edificios no era apto para la operación de un centro docente e investigación. La administración universitaria tuvo que recurrir a la instalación de carpas como salones de clases temporeros.
A su vez, muchos estudiantes reanudaron el semestre cargando las emociones generadas como resultado de lo que habían perdido, tanto en el aspecto humano, como en plano material.
Sin embargo, la solidaridad afloró y la comunidad universitaria adoptó la misión de regresar con fuerza en aras de salvar la única UPR en la región este del país.
Tal fue el caso de la estudiante-atleta Karilys Aguayo, quien a pesar de los daños causados a las instalaciones deportivas de su recinto, nunca dudó de la importancia de continuar entrenando y prepararse para el próximo torneo de baloncesto de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI).
“A nosotros los atletas, al principio pensábamos en que no teníamos remedio. Prácticamente, como ya saben, el recinto fue uno de los más afectados en Puerto Rico, obviamente porque estamos en el área este. Nosotros pensábamos que no había remedio. Prácticamente el complejo (deportivo) estaba destruido en su totalidad, pero pudimos recibir ayuda de otros compañeros de afuera”, expresó Aguayo, quien es estudiante de Comunicación y además funge como capitana del equipo de baloncesto femenino en la institución.
Para materializar la continuidad de entrenamientos de atletas, instituciones vecinas como el Colegio San Antonio Abad de Humacao y el Municipio de Las Piedras prestaron sus instalaciones deportivas para beneficio de las Búhas y Búhos.
A un año del poderoso ciclón, Aguayo no olvida los retos enfrentados en los meses posteriores a su paso por Puerto Rico. Sin embargo, la joven declara que la comunidad de atletas en su universidad mira al futuro con optimismo, de cara al inicio de la nueva temporada de la LAI.
“Siendo portavoz de todos los atletas, estamos preparados para las competencias. Ahora mismo comenzó béisbol y nos sentimos preparados para continuar con las competencias y no creo que haya ahora algún tropiezo para nosotros porque estamos desde que pasó eso con María continuamos entrenando, así tuviéramos o no tuviéramos nuestro complejo deportivo”, añadió la también analista deportiva para la estación Radio Web UPRH.
Para otros estudiantes de la institución, uno de los aspectos más difíciles fue tener que regresar a clases sin aún contar con algunos servicios esenciales. A eso se le sumó la carga emocional y la congoja que resultó por la precarización de las condiciones de salud de familiares durante las semanas posteriores al huracán.
Esa fue la situación del estudiante gurabeño Elwing Díaz, quien perdió a una tía, tras agravársele una condición de salud durante el período en el cual la mayoría de las comunidades en Puerto Rico no contaban con el servicio eléctrico.
“La recuperación fue bastante dura porque lo que nos pasó no fue cualquier cosa. En cuestión de sentimientos, mi tía era paciente de cama y la hija tuvo que venir de emergencia a llevársela a los Estados Unidos debido a que estar tanto tiempo en cama sin luz, el matre se le vació y le ocasionaron muchas úlceras. Se la llevaron a los Estados Unidos, allá duró seis meses y luego de esos seis meses falleció. Actualmente cada vez que paso por mi casa, veo la casa vacía y me da mucho sentimiento y nostalgia”, explicó Díaz, estudiante del bachillerato en Comercio Internacional.
A pesar de las vicisitudes enfrentadas por Díaz y sus colegas estudiantes, haber regresado a la universidad más de un mes después del huracán sirvió de aliciente para quienes necesitaban un poco de esperanza que les ayudara a continuar con el proceso de recuperación.
“En cuestión de universidad, la recuperación fue bastante rápida. Encontré que fueron bastante diligente los administradores. Brindaron muchas ayudas y beneficios para las personas que fueron afectadas en el paso (del huracán)”, mencionó Díaz.
A un año del impacto de uno de los huracanes más devastadores en la historia de Puerto Rico, otros estudiantes reconocen los avances en el proceso de recuperación del recinto humacaeño. No obstante, aún aguardan por la restauración de algunos centros de servicio como la biblioteca.
“Ahora (la universidad), ya se ve más organizada, rehabilitada, pero por lo menos lo que es la biblioteca, eso hace falta para el estudiantado y es necesario que se trabaje ya con eso porque es nuestra área de estudio y es donde nosotros tenemos nuestra área de analizar lo que hemos estado discutiendo con los profesores, también utilizar el área de Internet y la computadora, para impresión”, dijo la estudiante de Comercio Internacional, Katherine Jiménez.
Para Jiménez, la ausencia de una biblioteca universitaria representa un reto, especialmente cuando ocurren episodios de pérdida del servicio eléctrico en su comunidad ubicada en Caguas.
“Uno no sabe a dónde ir”, acotó Jiménez en referencia a no tener espacio de estudio ante la ausencia de una biblioteca en la UPR en Humacao.
El autor es periodista independiente.