El exceso de confianza a nivel mundial al no dar por sentado que el COVID-19 llegaría a lugares inimaginables es uno de los detonantes más significativos que provocaron el escenario actual, explicó el Dr. Erick Suárez Pérez, catedrático de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
En entrevista con DIÁLOGO, Suárez Pérez dijo que las estadísticas confirman que en Puerto Rico, una vez se flexibilizaron las medidas del primer “lockdown” los casos aumentaron precisamente por el exceso de confianza.
“La gente lo tomó liviano y no siguieron las recomendaciones de seguridad como el uso de mascarilla, distanciamiento social y el lavado de manos. La gente descuidó la prevención’’, opinó.
Indicó que hay un serio problema con las personas asintomáticas. “Yo pienso que esa confianza de no tener síntomas ha sido clave para el contagio”.
El catedrádito dijo que las medidas de reabrir la economía se implementaron a “destiempo porque había que tener un balance entre la exposición y el séctor económico”.
Por otra parte, dijo que el RCM sometió una propuesta al Departamento de Salud (DS) a los fines de realizar un estudio para identificar los patrones y estilos de vida de los ciudadanos contagiados con este virus.
El galeno explicó que se impactarán zonas específicas, y el grupo de los jóvenes que podrían estar en alto riesgo.
Investigación con Universidad en Escocia
De otro lado, Suárez Pérez es parte de la investigación global “Coronagenes”, dirigido por la Universidad de Edimburgo en Escocia, que tiene como fin identificar los genes claves que participan en la respuesta del cuerpo a la infección del COVID–19, a base de pruebas de ADN.
“Los resultados de los populares kits de pruebas genéticas caseras podrían ayudar a los científicos a aclarar porqué algunas personas que contraen el coronavirus no presentan síntomas, mientras que otras se enferman gravemente. El objetivo de la investigación es identificar los genes que influyen en el riesgo de desarrollar el COVID-19 y los que afectan a la gravedad de la enfermedad, comparando los síntomas de los voluntarios – o la falta de ellos – con su ADN”, detalló.
Los participantes en el estudio completarán cuestionarios en línea sobre su salud, estilo de vida y cualquier síntoma que hayan experimentado, como fiebre o tos persistente.
“La actualización de la encuesta antes, durante, y después de una infección ayudará a los científicos a detectar cualquier patrón que pueda indicar cómo progresa el virus”, especificó el investigador.
Puntualizó que comprender el efecto que tienen los genes en la susceptibilidad al COVID-19 podría ayudar a los esfuerzos para hacer frente a la pandemia, y combatir futuros brotes de la enfermedad.