A nadie debe sorprenderle esto que relataremos a continuación. Después de todo, es sencillo entender la necesidad de documentar las cosas que pasan en el mundo en tiempos en los que las injusticias parecen ser la orden del día.
Y cuando este derecho de transparencia informativa es cohibido, ya sea por el Estado Islámico, el Cartel de Medellín, la mafia japonesa Yakuza o la Policía de la Ciudad de Nueva York, es virtud que se reporte.
En esta ocasión, veamos lo que le pasó a Antonio Andrés Rodríguez Von Rabenau, arrestado el martes 24 de noviembre en Times Square. Antonio documentaba una de las multitudinarias protestas que se han llevado a cabo alrededor de Estados Unidos luego de que se hiciera pública en la noche del lunes 23 la decisión de un Gran Jurado de Misuri de dejar libre al policía caucásico Darren Wilson, quien asesinó a quemarropa al joven negro Michael Brown. Allí iba Antonio, celular en mano tras agotársele la batería de su cámara, cuando vino la Policía de la Ciudad de Nueva York y se lo llevó, no sin antes obsequiarle un par de frases llenas de epítetos, entre ellas esa clásica estadounidense conocida como “Move it, @sshole!”.
No, no es el primer periodista que arrestan en protestas por Ferguson; el primer periodista puertorriqueño, eso sí es. En el caso particular de Antonio el fotoperiodismo corre profundo en sus venas. Sus padres, Ana Francesca Von Rabenau y Willín Rodríguez, son pilares de esta disciplina en Puerto Rico y Latinoamérica, con sus compromisos y trabajos plasmados durante años en distintos medios como El Vocero, Claridad, The San Juan Star y El Mundo, entre otros. Su hermana Paloma Esperanza también da pasos en el periodismo gráfico y la fotografía artística. Usted quizás ha visto por ahí a Antonio, cuando retrataba la huelga de la ‘Iupi’ para Claridad o trabajaba con el Puerto Rico Daily Sun.
Arriba, la Policía trata de evitar que la multitud se meta a protestar en el Túnel Lincoln. Abajo, empleados de una pizzería observan las manifestaciones. /Fotos por Andrés Antonio Rodríguez Von Rabenau
Es decir, el fotoperiodismo es algo que le apasiona y hasta bien le sale. En Nueva York, capital del planeta, se ha curado en salud. Por su cuenta y sin cobrar un chavo, Antonio ha cubierto las marchas en oposición al genocidio palestino en Gaza, las manifestaciones en contra de la gentrificación en la calle Moore, las protestas por los desparecidos en Ayotzinapa y el movimiento Occuppy Wall Street hace dos años. Su trabajo puede ser visto en su cuenta de Tumblr.
Ahora bien, ¿qué fue lo que le pasó? Lo arrestaron por estar grabando y tomando fotos, eso ya está establecido, no sorprende tanto. Hay cosas más raras. De alguna manera, mientras lo arrestaban, Antonio se las ingenió para seguir grabando desde su celular. Para colmo, hizo un corto documental de poco más de ocho minutos en el que relata detalladamente lo que sucedió y, claro está, da su punto de vista sobre lo que sucede en Ferguson, posiblemente la noticia doméstica del momento ahora mismo en Estados Unidos.
Diálogo se comunicó con Antonio y a continuación le presentamos nuestra conversación, junto al trabajo audiovisual que realizó y varias fotos que nos proporcionó. Aquí va otro chin de Ferguson desde Nueva York y vía Puerto Rico. Mejor que lo explique Antonio.
Diálogo: Hola, Antonio. ¿Quién tú eres? ¿Estudias o estudiaste? ¿Trabajas en qué? ¿Tienes experiencia de trabajo en Puerto Rico?
Antonio: Me llamo Antonio Andrés William, sí, tres nombres espetados pero tremendos. Tengo 27 años y me críe en el Santurce de los noventa. Soy hijo de una institución periodística. Mis padres ambos son fotoperiodistas y mi hermana una excelente fotógrafa. Ellos son testigos de más de treinta años de periodismo en Puerto Rico. Comencé a estudiar Comunicaciones en la Universidad de Sagrado Corazón pero en 2006 fui víctima del crimen, tropecé con alguien y recibí una paliza de un corillo que me dejó una cicatriz arriba del labio. Esto me llevó a tomar un nuevo rumbo en la vida. Inicié una fascinación por el fenómeno del crimen. Así tanto fue que transferí mis créditos a la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Me gradué Magna Cum Laude en 2012 de Justicia Criminal. Actualmente, trabajo de fotógrafo y videógrafo freelancer en la Ciudad de Nueva York. En relación a si tengo experiencia de trabajo en Puerto Rico, sí, fui de esos que tenían que trabajar pa’ estudiar. Cursé por un sinnúmero de trabajos muy interesantes. Mi último fue en el club de tenis en la urbanización San Francisco. Pero mi pasión siempre fue coger calle y documentar. A veces no llegaba a abrir las puertas del club a tiempo por estar comiendo pepper spray en la Barbosa mientras retrataba la huelga de la UPR. Me publicaban mucho en el Daily Sun.
Diálogo: ¿Por qué Nueva York? ¿Eres parte del éxodo de la juventud boricua de los pasados años?
Antonio: Yo tengo familia acá, así que la transición pudo ser más tranquila. Éramos un grupo de cuatro en el momento que nos decidimos mudar a la misma vez. Además, la ciudad es la ciudad, si pretendía desarrollarme y moverme con más agilidad, ¿por qué no la ciudad más rápida? Me interesaba mucho esta ciudad por la transportación ya que me permitía explorar y así agilizar oportunidades. Cuando me gradué en el 2012 tomé la decisión de irme casi de inmediato. Fue una decisión difícil pero necesaria. Sí, formo parte de la diáspora contemporánea. La realidad del caso es que me sentía sin desarrollo. Tenía tantas metas pero no me veía construyendo el camino para lograrlas. De cierta manera me desesperé y con la esperanza de que mi logro académico me abalanzara, me monté en el avión. Realmente los cuatro hemos mejorado grandemente en la ciudad. Hay que fajarse, eso sí, pero el desarrollo llega.
Arriba, se forma el corre corre con la Policía. Abajo, la protesta en plena efervescencia. Fotos por Antonio Andrés Rodríguez Von Rabenau
Manifestantes en Ferguson
Diálogo: Brevemente y de forma cronológica, dinos, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Pudieras hablar del proceso legal al que te sometieron? ¿De qué te acusan? ¿Cuánto tiempo estuviste detenido?
Antonio: Ese día estuve documentando el evento desde sus comienzos a las 4:30 de la tarde. La marcha tomó las calles como a las 6:00 de la tarde, en la esquina de la calle 17 y Broadway. Para mí, finalizó en la 46 y la 7ma Avenida. Estuve corriendo toda la marcha. Los manifestantes que dirigían la marcha, cambiaban de calles rápidamente. En una ocasión trataron de tomar acceso del Lincoln Tunnel, pero la policía creó una barricada de oficiales que les impedía el paso. En esta ocasión logré tomar vídeo y foto de la confrontación sin problema. Constantemente me identificaba como periodista verbalmente. Esto alargó el camino y el corre-corre, pero me mantuve al paso correcto. Finalmente, llegan a Time Square a eso de las 7:10-15 de la noche y toman Duffy Square, que está localizado al norte de Time Square.
Luego de varias palabras por parte de los líderes, me percato que en la intersección de la 46 y la 7ma Avenida unos manifestantes bloqueaban la calle. La policía avisó por megáfono que estarían efectuando arrestos ya que los manifestantes estaban obstruyendo el tránsito. La batería de mi cámara se había agotado así que usé mi teléfono celular para continuar grabando los sucesos. Fue después del arresto de los primeros tres manifestantes que se me acercaron miembros de la policía. Lo increíble es que el acercamiento de los oficiales no lo veo en tiempo real sino por mi celular. Mientras me comenzaban a agarrar la mano que agarraba el celular, reaccioné rápido y dirigí el mismo a mi bolsillo. Uno de los oficiales me detiene el brazo pero le dije que lo pusiera en mi bolsillo y así hizo. Repetí que era periodista más de cinco veces antes que comenzaran a intensificar mi arresto. En ese preciso momento los ánimos ya estaban caldeados entre manifestantes y la policía. El oficial que inició mi arresto me viró la muñeca y de seguido el dedo de anillo para causar más dolor.
No podía creer lo que estaba ocurriendo, estaba rodeado por miembros de la prensa neoyorquina, manifestantes y policías y me estaban arrestando a mí, el despeinado con el iPhone. En una el dolor en mi muñeca y brazo fue tanto que pensé que de seguro me rompía el brazo así que halé y logré zafar el brazo. Ahí todo pasó muy rápido. Mientras me apartaban de la multitud logré ver a la policía lanzando golpes y gas pimienta hacia las personas en los alrededores. A paso agilizado, la policía me gritaba, insultaba y acusaba de herir a personas, les contesté que ellos hicieron eso y no yo. Me metieron en una perrera y junto a cinco arrestados más me llevaron a One Police Plaza que es la comandancia de la policía. Allí nos metieron en una celda gigantesca. Lo único que puedo relatar en el momento sobre la celda es que en ella habían escrito a peseta o chavito, lemas ideológicos tales como el de “We are the 99%”, entre otros. Asumí que estuve detenido en la misma celda que vio el movimiento Occupy Wall Street. Luego me trasladaron a “central booking” para “pasar por el proceso”, ya que según la policía resistí al arresto. Salí el próximo día casi a las seis de la tarde. Al final presentaron en mí contra dos cargos de alteración del orden público y un cargo de resistirse al arresto.
El minidocumental que realizó Andrés Antonio.
Diálogo: Fuiste como fotoperiodista, pero en el vídeo manifiestas parte de tus ideologías y puntos de vista, ¿ves alguna relación o similitud entre situaciones del pueblo africano americano y el pueblo puertorriqueño? ¿Cómo ves a la comunidad boricua en Estados Unidos, al menos en Nueva York, insertada en el debate de Ferguson? Por ejemplo, para ti, ¿qué significa Ferguson?
Antonio: Esta situación se presta para tantas cosas, por eso hice el vídeo. Llevo ya un poco más de dos años en esta ciudad tratando de construir lo mío. Mi propósito inicial en esta manifestación al igual que las otras que he cubierto, es documentar los eventos impactantes de cambio social que están ocurriendo en el ahora. Al igual que los tiempos, el periodismo está cambiando. Mi propósito ahí nunca fue convertirme en parte de la manifestación, al contrario era garantizar que todo lo que allí ocurriera fuera capturado en la historia. En el momento que me arrestan automáticamente me convertí en vivo ejemplo de las desdichas de este sistema. Igual a todos, cargo con mis opiniones personales, las cuales hay veces que presento públicamente en un blog que comencé recientemente. Decidí en el vídeo unirlas. Mis metas de imparcialidad se vieron derrumbadas por el injusto arresto. Creé este vídeo de manera que sea un “blogumentary.” La ironía del asunto me pareció muy peculiar, ya que mientras documentaba a cientos de personas pidiendo por justicia para Michael Brown y su familia, fui arrestado sin causa o incitación alguna.
En relación a la conexión de Puerto Rico y Ferguson, el racismo institucionalizado en Estados Unidos refleja mucho la situación puertorriqueña. De hecho, una de las teorías que fue compartida para la época del movimiento civil era la idea de que el pueblo afroamericano también funcionaba como una especie de colonia dentro de los Estados Unidos. El estatus colonial de Puerto Rico es bien similar al estatus de los afroamericanos y latinos en Estados Unidos. Tener ciudadanía acá no es lo que parece. Las circunstancias sociales que rodean las masas de afroamericanos y latinos usualmente son obstáculos para el progreso de las mismas. Estas circunstancias son establecidas por los gobiernos actuales. Vamos a hablar claro, ¿cómo pasa la comunidad afroamericana de ser esclavos a la población de reos más predominante en las cárceles de los Estados Unidos? En Puerto Rico se puede perder la noción de que nuestro gobierno funciona para un gobierno mayor que es el de los Estados Unidos. Creemos, muchas veces bajo la ilusión del ELA, que tenemos algún tipo de control de nuestro sistema. Pero acá se puede observar claramente que la raíz del problema es el estado racista y los problemas no resueltos de la esclavitud. Los puertorriqueños bajo esta visión racista, caemos igualmente en este estatuto.
“¡No disparen!”, repite una joven. Ese ha sido el grito de guerra de los manifestantes por Ferguson alrededor de Estados Unidos. / Foto por Antonio Andrés Rodríguez Von Rabenau
Diálogo: ¿Cuál es la canción que sale en el vídeo?
Antonio: Se llama Jim Crow y la toca Cletus Got Shot en su álbum UNAMERICAN. La obtuve por ‘creative commons’. La pieza es increíble porque hace mención de los tiempos de Jim Crow, que fueron los tiempos de la segregación que decía que los afroamericanos y los blancos debían ser “iguales pero separados”. Sin embargo, la comunidad afroamericana fue puesta en una posición inferior a la de los blancos. Para mí esta canción simboliza que el afroamericano continúa en una batalla interna y externa.
Diálogo: El carpeteo a los puertorriqueños en Estados Unidos, y precisamente en Nueva York, a veces puede ponerse pesadito, la historia así estipula. ¿Temes represalias por hacer el vídeo?
Antonio: Como puertorriqueño he tenido que combatir el temor desde hace mucho tiempo. Algo que aparenta estar incrustado en nosotros es el miedo. Hay veces que decisiones importantes que podrían cambiar el rumbo de las situaciones a unas más aventajadas, son desviadas o paradas en seco por el miedo. Mi proceso personal para derrotar el miedo fue irme de la Isla hacia el extranjero y combatir en contra de adversidades culturales; inclusive pedirle a un extraño tomarle su retrato ha sido parte de este proceso. El miedo paraliza el progreso de las cosas. Nuestro pueblo ha vivido bajo el miedo por ya demasiado tiempo. Sea el miedo del cambio o el miedo del estanque, sigue siendo miedo. La libertad de expresión es para tod@s y la pongo en práctica sin temor alguno.
La protesta en medio de Times Square. /Foto por Antonio Andrés Rodríguez Von Rabenau
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