En un conversatorio llevado a cabo durante su más reciente visita a la Isla, el exgobernador Luis Fortuño se comparó favorablemente con Donald Trump. “Porque digo la verdad”.
La “verdad”, según Fortuño, es que en la Isla no se puede invertir en obras toda vez que un par de pelús cualesquiera enseguida montan un campamento de protesta y paralizan la construcción. La “verdad”, según Trump, es un chin más antipática y tiene que ver con la criminalidad inherente a determinados grupos étnicos, por ejemplo.
Hace unos días, en su cuenta de Twitter, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, respondió a un artículo de Prensa Asociada sobre el movimiento Black Lives Matter, alegando que todas las vidas importan. Borró el twit al cabo de un par de horas, luego de que —supongo— alguien en su staff le comentara que su opinión seguramente coincidía con la de Fortuño o la de Trump. Solo que para Trump no todas las vidas importan. Ni la de Fortuño.
En sus “posts” y mini “rants” a través de las redes sociales, el exsecretario de Estado, Kenneth McClintock, a menudo compara la “lucha” por la estadidad en Puerto Rico con la lucha histórica en pro de los derechos civiles de la comunidad afroamericana. Así es como cuando único los líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP) se comparan con negros de cualquier nacionalidad. Aunque en ocasiones citan a Barbosa, o a Mandela. O a Morgan Freeman.
De Fortuño sorprende el carácter chabacano del enunciado. Después de todo, no fue él quien amenazó públicamente con sacar estudiantes a patadas de la universidad. De Yulín sorprende que tanto sus seguidores como sus detractores explicaran el twit alegando que la alcaldesa no sabía de qué trata el movimiento Black Lives Matter, ni que la consigna de americanos blancos, racistas y mordíos es que todas las vidas importan. De McClintock no sorprende nada. Su descaro, quizás.
Llamémosle al descaro racismo y ensayemos una tipología: 1) Fortuño, el blanquitismo del patio y sus ataduras ideológicas con el deep south, las políticas de exclusión y la militarización de las fronteras; 2) Yulín y los límites de la empatía del populismo fashion; 3) MClintock, el síndrome Miley Cyrus y la apropiación de los discursos, registros e imaginarios de grupos históricamente marginados. Habría que sumar más nombres. Y hacer el inventario de manifestaciones. Pero es un buen comienzo.
Ahora sí, ¡sorpresa! Decir que son todos iguales es decir que todos son blancos. Y para terminar, esta lista de frases célebres de Mandela.