Estudiantes y profesores de la Universidad de Puerto Rico (UPR) vieron con recelo la intención de la administración de transformar el calendario académico al adoptar un sistema de trimestres y cuatrimestres en diez de las 11 unidades, que sería efectivo tan pronto como en agosto de este año.
“El error más grande que se puede cometer es implantar este sistema sin consultarlo con los especialistas. Esto es un cambio de mayores proporciones con efectos sobre diversos sectores de la comunidad universitaria. Por ejemplo, aunque no aumenta el total de horas contacto [en los cursos], sí aumenta las horas contacto por semana, lo que supone una intensidad de estudios mucho mayor para los estudiantes”, afirmó José Rivera Caraballo, presidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), en entrevista con este medio.
De acuerdo con un bosquejo que presentó el presidente interino de la UPR, Darrel Hillman Barrera, a la Junta Universitaria (JU) el pasado miércoles, los programas subgraduados serían organizados en cuatrimestres –tres sesiones regulares y una de verano–, mientras que los programas graduados se repartirían en tres sesiones a lo largo del año.
La lógica detrás de la propuesta es que los estudiantes puedan culminar sus grados más rápido, al tiempo que la universidad recibe una inyección de recaudos nuevos al agregar un periodo de matrícula al año académico.
“Acelerar los grados es positivo en cualquier liga pero creo que habría otras maneras de lograr ese objetivo. Ese asunto se podría atender aumentando la oferta en los programas académicos, reduciendo la cantidad de créditos requeridos para conferir los grados en algunos programas y realizando un avalúo de los programas para asegurar que los currículos cumplen con los estándares que exigen las industrias y el mercado laboral para evitar que se tornen obsoletos”, opinó Marcus Ramos Cintrón, presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto Universitario de Mayagüez.
“El intento, básicamente, es cobrar una sesión más al año, lo que obviamente le pone más presión al estudiante al tener que invertir más recursos en un mismo periodo. Lo que hace esta movida es que transfiere la deficiencia presupuestaria al estudiantado”, agregó Ramos Cintrón.
Según la propuesta de presidencia, si a la transformación del calendario se le suma un aumento de $15 al costo del crédito subgraduado, la UPR vería un incremento en sus recaudos de al menos $23.9 millones, una vez se toma en cuenta el diferencial salarial que en principio requeriría el aumento en la carga de los profesores.
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— Diálogo UPR (@DialogoUPR) 22 de febrero de 2018
En la reunión extraordinaria que celebró la JU el miércoles, Hillman Barrera estableció que la UPR deberá realizar ajustes –entre recortes e ingresos– de $91.3 millones para el año fiscal 2019.
“Todo esto se debería trabajar a través de diálogos laterales y considerando a todos los sectores que se verían afectados. Grupos estudiantiles y de profesores han traído propuestas a la mesa pero no han sido realmente escuchados [por la administración]. Un diálogo más lateral sería la alternativa”, dijo por su parte la portavoz del colectivo Docentes Sin Plaza, Nicole Vélez.
La académica subrayó que la transición al modelo trimestral representaría otro golpe a los profesores que trabajan por contrato, como parte de lo que catalogó como el esfuerzo de hacer una “universidad más pequeña”.
“Ya han venido acortando los contratos; son menos los contratos ‘full-time’ que están otorgando. También le están quitando descargas académicas a los profesores con plaza, lo que obviamente significa menos espacios para docentes sin plaza. Con estas medidas se compromete la calidad académica al restarle tiempo necesario a materias que requieren de mayor espacio para un verdadero aprovechamiento”, expresó Vélez.
El modelo trimestral expuesto por Hillman Barrera asemejaría el calendario académico de todas las unidades –con la excepción del Recinto de Ciencias Médicas– al que ya se utiliza en la UPR Carolina.
En este campus, la carga académica docente completa consiste de 33 créditos anuales, por lo que los profesores típicamente asumen una carga de 12 créditos en dos de los cuatrimestres y nueve en otro. Para los estudiantes, la carga completa es de 36 créditos anuales, o 12 créditos por sesión regular.
“Yo he sido profesor en la UPR Carolina toda mi carrera, y puedo decir que el éxito o no [del modelo trimestral] depende de cómo se implemente. Aquí lo inaceptable sería que a los profesores no les concedieran el diferencial salarial correspondiente, y es que ya se venía hablando de aumentar la carga a 15 créditos por semestre sin realizar un ajuste salarial”, manifestó Rivera Caballero, de la APPU.
“Los docentes hemos sido el sector de empleados que más ha sufrido por las políticas de recortes, que van desde la falta de recursos hasta las limitaciones que significa una mayor carga laboral. El costo de vida sigue aumentando y los salarios se han seguido haciendo más pequeños”, añadió el académico.
En tanto, el presidente del CGE del Recinto de Río Piedras, Neftalí Sánchez, destacó que los cambios amenazan con alterar los enfoques académicos, particularmente en las unidades que priorizan las labores investigativas.
“Hay que ver qué elementos cobrarán mayor importancia en esta discusión, y analizar cómo todos los cambios se podrían operacionalizar en Río Piedras y el resto del sistema. En el caso de Río Piedras, el recinto tiene un fuerte carácter investigativo que debe considerarse al momento de organizar los periodos académicos”, dijo el líder estudiantil.
“Sabemos que la Junta de Control Fiscal a través del gobierno está poniendo mucha presión a la universidad, pero lo fiscal no puede ir por encima de lo académico. Este tipo de decisiones no se pueden tomar arbitrariamente, no es un tema con el que se pueda improvisar. El cambio no se puede hacer simplemente porque nos están obligando a buscar dinero. Ya la Middle States [Commision on Higher Education] advirtió el año pasado de los peligros de estar improvisando sin tomar en cuenta los efectos de eso sobre los programas”, argumentó Rivera Caballero, mencionando que el nivel de calidad de calidad académica de la UPR debe preservarse y fomentarse a toda costa.
La propuesta presentada por Hillman Barrera, se estima sea incluida en el Plan Fiscal que la UPR debe presentar a la Junta de Control Fiscal en o antes del 9 de marzo de 2018.