
SANTIAGO – Intelectuales y artistas se pusieron en pie de guerra en la campaña de la coalición de centroizquierda que gobierna Chile, mientras buscan evitar un triunfo de la derecha en un país que aún intenta quitarse los fantasmas de la dictadura de Augusto Pinochet. También el multimillonario opositor de derecha Sebastián Piñera convocó a algunos escritores y figuras del espectáculo para ganar votos en la segunda vuelta de una elección que promete ser reñida, disputando un terreno que tradicionalmente era patrimonio de la izquierda. El mundo de la cultura ha sido un factor importante para el bloque de centroizquierda que asumió el poder en 1990, luego de 17 años de la dictadura del general Pinochet. Frente a los comicios del domingo, a los que Piñera llega con una leve ventaja – con lo que podría convertirse en el primer presidente democrático de derecha en medio siglo – el apoyo del sector artístico e intelectual es una apuesta fuerte de la campaña de Frei, un demócratacristiano que gobernó el país entre 1994 y 2000. Los artistas fueron una figura central en los avisos televisivos y actos de la campaña oficialista, que concluyó el jueves, convocados bajo el lema de “No es lo mismo”, que desafía a las expectativas de analistas y muchos chilenos para quienes nada cambiará con un posible nuevo Gobierno. “Este es un voto más de decir qué es lo que no queremos”, señaló Jorge Coulón, vocalista del grupo folklórico Inti Llimani, quien votó por el candidato socialista Jorge Arrate en la primera vuelta en diciembre, pero ahora apoya la campaña de Frei. “No quiero entrar en una campaña de temor contra la derecha […] pero sí creo que la derecha de este país está muy en deuda con la sociedad chilena”, expresó el músico, quien junto al resto del grupo estuvo exiliado tras el golpe de Estado que derrocó al líder socialista Salvador Allende en 1973. El hecho de que Piñera, cuya fortuna según Forbes asciende a 1.000 millones de dólares, tenga apoyo de personas que trabajaron con la dictadura de Pinochet es un factor que limita la aprobación del candidato entre intelectuales y artistas, ya que reaviva el recuerdo de las violaciones a los derechos humanos y la falta de libertades. El candidato ha señalado que en un eventual Gobierno suyo no habría ningún ministro de la dictadura, pero dejó abierta la puerta a contar con colaboradores que no hubieran cometido delitos o atropellos a los derechos humanos. “La discusión (en torno a la posible presencia de funcionarios de Pinochet en el Gobierno de Piñera) es inaceptable”, comentó el escritor Antonio Skármeta, autor de “El baile de la victoria”, premio Planeta en el 2003. A Skármeta -quien participa en la campaña televisiva de Frei- se suman actores reconocidos en el país y una de las escritoras más exitosas del mundo hispano y sobrina del mandatario derrocado en 1973, Isabel Allende, quien respaldó la labor de la Concertación y a su candidato en una visita reciente a Chile. UNA APUESTA TAMBIEN DE LA DERECHA Mientras la mayoría del ambiente cultural apoya a Frei, hay figuras como el escritor ganador del premio Cervantes Jorge Edwards o el autor Roberto Ampuero, que forman parte del grupo que respalda a Piñera pese a haber estado vinculados a la izquierda en otros momentos de su vida. Tanto Edwards, que fue embajador de Chile en Cuba durante el Gobierno socialista de Salvador Allende a principios de los 70′, como Ampuero, quien estuvo exiliado, acompañaron hace unos días a Piñera en un encuentro con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien también dio su apoyo al candidato de la derecha. “Obviamente son excepciones, estamos hablando de ovejas descarriadas, pero sí significa el levantamiento de un veto que tenía el mundo intelectual con la derecha”, dijo Héctor Soto, abogado, periodista y columnista del diario chileno La Tercera. Según Soto, este fenómeno es acompañado por el carácter atípico del candidato, a quien califica como un político pragmático más que de convicciones ideológicas. Piñera ha manifestado que votó en contra de la permanencia en el poder de Pinochet en un plebiscito clave en 1988, que permitió un retorno pactado a la democracia y en el cual la derecha se manifestó mayoritariamente a favor del ex dictador. Al igual que Frei, se mostró más abierto a temas polémicos en un país que hasta hace poco no permitía el divorcio, como derechos legales para parejas homosexuales o la píldora del día después. Su campaña sorprendió al incluir una pareja gay en la propaganda televisiva. “Creo que la candidatura de Piñera plantea una derecha más liberal, más alejado del costado conservador […] Esta candidatura de la derecha le está disputando a la izquierda en terrenos que le eran propios como la cultura, lo social”, dijo Luciano Cruz-Coke, actor y coordinador de Cultura del empresario.