En 17 años de carrera en la NBA, el armador miembro de Salón de la Fama del Baloncesto, Gary Payton, tuvo que lidiar con leyendas que dominaron desde la década de 1980, como Magic Johnson y Larry Bird, hasta astros que brillaron en el nuevo milenio, como Kobe Bryant y el propio LeBron James.
Sin embargo, para Payton, ninguna época compara con el baloncesto que se jugó en la década de 1990, cuando a partir de la grandeza de Michael Jordan la NBA alcanzó los niveles de popularidad que se mantienen hasta hoy día.
“Siempre voy a decir que mi era fue la mejor, porque jugué en ella. Nunca jugué en la era de ahora. Y los muchachos de hoy van a decir que su era es la mejor. Ellos nos vieron jugar a nosotros de la misma forma que yo crecí viendo jugar a Magic Johnson y George Gervin y aún así digo que mi época fue mejor, los de ahora van a decir lo mismo de nosotros”, al tiempo que añadió que el juego de hoy día es mucho más “llamativo”.
“[Stephen] Curry y [Russell] Westbrook, por ejemplo, son anotadores, son escoltas convertidos en armadores, y eso a todo el mundo le encanta. Porque anotan, son espectaculares y entretenidos. Yo era mucho más básico, pero hacía el trabajo. No me tenía que pasar la bola entre las piernas o tirar triples, tenía que trabajar duro y defender a un Michael Jordan, un Mitch Richmond o un Reggie Miller. Si eres de la vieja escuela y sabes de baloncesto, entiendes cómo es que nosotros jugábamos. Éramos unos ‘bullies’”, dijo el exjugador, quien en 2013 fue exaltado al Salón de la Fama en Springfield, Massachusetts.
Payton, quien se encuentra en Puerto Rico con miras a participar esta noche de un compartir con fanáticos durante la transmisión del cuarto juego de la final de la NBA en un local del área metropolitana, recalcó que el dominio exhibido en los primeros tres choques de la serie por los Warriors de Golden State sobre los Cavaliers de Cleveland no debe sorprender.
“Lo más probable será una barrida. Todo depende de lo que Golden State quiera hacer. Si quieren ganar en su casa o si quieren ganar en la carretera. Ya el año pasado lo hicieron como locales, en 2015 de visitantes. Los equipos como Houston y Golden State están muy por encima de los equipos de la Conferencia Este. En un principio dije que Golden State ganaba en cinco juegos, pero ahora puede ser en cuatro”, dijo el excanastero, quien vistió el uniforme de los desaparecidos SuperSonics de Seattle durante las primeras 13 temporadas de su carrera.
Sin embargo, no fue hasta el 2006, fungiendo en un rol de suplente con el Heat de Miami, que Payton saboreó la gloria de un título enebeísta.
¿Habría sido más satisfactorio ganar un campeonato como la figura central del equipo?, le preguntó Diálogo.
“Un campeonato es un campeonato. Anoté un tiro grande en el cuarto juego [de la Serie Final], jugué buena defensa. Si hubiera estado sentado en el banco la historia sería distinta. Todos jugamos nuestro rol. Así que no me molesta [haber ganado un título como jugador complementario]”, indicó Payton, al recordar que en las dos finales previas en que participó tuvo que enfrentar a unos Bulls de Chicago con Jordan en su mejor momento –en 1996– y a unos Pistons de Detroit que desmantelaron a sus Lakers de Los Ángeles, fracturados internamente, en 2004.
Payton sí mencionó que durante su ‘peak’ jamás se le hubiera ocurrido la idea de unirse a alguna otra estrella de la NBA con el propósito de construir un “superequipo”, de la forma en que lo hicieron James al firmar con el Heat junto a Dwyane Wade y Chris Bosh en 2010, o Kevin Durant al unirse a unos Warriors que venían de romper la marca de victorias en temporada regular hace dos años.
“Yo no iba a la casa de Michael Jordan a jugar baloncesto. No iba a casa de Tim Hardaway o Reggie Miller. Jugábamos en contra. En esos tiempos no hablábamos de jugar juntos. Simplemente queríamos derrotarnos mutuamente”, subrayó Payton, que cumplirá 50 años el próximo 23 de julio.
Buena relación con ‘Piculín’
La otrora superestrella asimismo recordó la temporada que jugó junto a José ‘Piculín’ Ortiz en Oregon State University en 1986-1987, en lo que fue el primer año de Payton en el baloncesto colegial y el último del boricua, y aseguró que se ha mantenido en contacto a través de los años con el excentro de la selección nacional.
“Recuerdo que jangueábamos juntos siempre que Puerto Rico jugaba en los torneos clasificatorios a las Olimpiadas”, dijo Payton, quien se colgó el oro con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sídney 2000.
Asimismo, apuntó a las circunstancias para explicar por qué ‘Piculín’ no logró establecerse en el mejor baloncesto del mundo, a pesar del éxito que cosechó internacionalmente y de haber sido seleccionado en la primera ronda en el ‘draft’ de 1987 por el Jazz de Utah.
“Creo que, como le ha pasado a muchos otros, no encontró la mejor situación para él, el equipo correcto y el dirigente correcto”, señaló el exarmador sobre Ortiz, quien vio acción esporádicamente en dos campañas con Utah, en aquel entonces bajo la tutela del polémico Jerry Sloan.
Al momento, Payton forma parte de los esfuerzos para devolver una franquicia de NBA a la ciudad de Seattle, meta que se mostró optimista de poder lograr en los próximos años.
“Lo hemos hablado, tenemos una cancha nueva en Seattle y eso es algo que la NBA reconoce. El comisionado Adam Silver está haciendo un buen trabajo y creo que no va a haber problema”, indicó Payton, aclarando que con toda probabilidad el equipo que se asiente en Seattle sería un equipo de expansión en lugar de un traslado como ocurrió en 2008, cuando los SuperSonics se mudaron a Oklahoma City, en una decisión que los fanáticos de la ciudad aún resienten.