
Países como Costa Rica y Panamá tienen sobre un 30 por ciento de su terreno protegido para conservación; Puerto Rico, sólo un 7 por ciento, un número muy por debajo de la regla general de conservación establecida a nivel mundial. Fernando Lloveras, director ejecutivo del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, manifestó que resulta imperante elevar ese porcentaje al 25 por ciento. “El 7 por ciento de nuestra isla no nos va a dar. No podemos consumir el 93 por ciento de la isla y pretender que vamos a tener el agua que necesitamos, que vamos a tener los materiales que necesitamos, que vamos a tener el alimento que necesitamos”, indicó durante un encuentro con miembros del Overseas Press Club de Puerto Rico. En su 40 aniversario, el principal proyecto del Fideicomiso es impulsar la noción de “gente para la naturaleza, naturaleza para la gente” con el propósito de educar sobre la relación estrecha que existe entre un medioambiente saludable y la calidad de vida a la que las sociedades aspiran. “Necesitamos los servicios que nos da la naturaleza. Si no cuidamos la naturaleza, la naturaleza va a parar de darnos servicios. Tenemos un recurso bien limitado y si no lo cuidamos y no lo protegemos los afectados seremos nosotros”, argumentó. Lloveras explicó que existen cuatro áreas de servicios ecológicos: servicios de apoyo, tales como la calidad y la fertilidad de los suelos, los nutrientes en las aguas; servicios de aprovisionamiento, lo que la naturaleza nos da de agua, comida, materiales y minerales fósiles; servicios de regulación del clima, que previenen y protegen contra desastres naturales y ayudan al control de enfermedades, y servicios culturales, que incluye sus funciones estética, como recurso educativo y como área de recreación. “Estamos hablando de un sinnúmero de servicios que tienen un valor bien grande para nosotros que por alguna razón no están contabilizados, y como no están contabilizados, no los estamos valorando. Tenemos un reto bien grande: nuestros sistemas ecológicos tienen que funcionar para que nos brinden los servicios que necesitamos para tener la calidad de vida que buscamos”, aseguró. El presidente del Fideicomiso sostuvo que en Puerto Rico estos servicios se han visto afectados de diversas maneras. Por ejemplo, en el caso de los suelos, imprescindibles para la agricultura, la creación de una pulgada de terreno toma 500 años y con cada movimiento de terreno es más difícil recuperar ese valor. “La alimentación depende de la agricultura. Los días que tenemos de comida son menos de dos semanas. Es un problema de seguridad y no lo estamos viendo como un problema de seguridad. Estamos en una isla y, en cualquier momento, si estamos desconectados por más de dos semanas… no sé qué iríamos a hacer”, afirmó. En el caso del agua, un 70 por ciento de la calidad de los ríos de Puerto Rico no cumple con los estándares de la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). “Tenemos agua, estamos en un sitio tropical y en realidad no estamos manejando el agua. No tenemos la calidad de las aguas teniendo ese recurso y pudiendo exportarlo”, señaló. Mapa de vida “Cuando escuchamos con mucha frecuencia: ‘tenemos que utilizar más terrenos’, hay que mirar este mapa y darse cuenta cuán impactada ya tenemos la isla”, declaró Lloveras. Se refiere a lo que han denominado el mapa de vida, una herramienta que permite estudiar la condición del territorio y que actualmente evidencia el avance del cemento sobre las áreas verdes en la Isla. Con la ayuda de este mapa, el Fideicomiso apuesta a establecer cuál es el nivel saludable que debe tener la isla de áreas protegidas, de áreas de amortiguamiento y cuáles son las áreas que se pueden impactar. “Este sistema nos permite identificar y medir impactos y predecir los efectos de las decisiones que vamos a tomar. Nos va a ayudar a establecer escenarios de uso de terrenos e identificar áreas que se deben proteger, áreas de alto valor ecológico, y va a establecer mucho mejor comunicación entre los usuarios de terrenos”, aseveró Lloveras. El mapa fue creado con información provista tanto por la organización no gubernamental NatureServe como por las agencias gubernamentales del País; no obstante, esta información a veces no está actualizada, incluso puede estar tan atrasada como cinco o diez años. Por tal razón, el Fideicomiso está recabando la participación de la ciudadanía para asistir a los líderes de grupo en la compilación, análisis y presentación de datos. Para ello han dividido la Isla en cinco regiones según las cuencas hidrográficas, para poder determinar los valores de los servicios de cada área. “Lo que queremos este año es hacer cinco actividades regionales en las que van a estar participando voluntarios recopilando información ecológica, inventariando la calidad del agua, las especies de pájaros, las especies de fauna, los árboles. Cada uno de esos puntos nos van a decir un montón de cosas sobre la calidad de vida en ese espacio. Tenemos que mantener ese sistema vivo, hay que estar actualizando constantemente, y queremos que la ciudadanía nos ayude porque es un trabajo complejo”, arguyó Lloveras. Para Lloveras este programa contribuirá a proyectar que la isla es un organismo viviente y que tiene que verse como tal. “Lo interesante de esta herramienta es que abre el espacio para que la gente participe en generar información y la vuelva dinámica. La gente nos va a ayudar a identificar esos cambios de información. Pero es una herramienta muy poderosa para que la gente se informe de lo que tenemos antes de perderlo porque entonces es la misma comunidad la que empieza a decidir y a impulsar la conservación”, subrayó, por su parte, Jorge Báez, director de Operaciones del Fideicomiso. Lloveras recalcó que en un territorio con una densidad poblacional tan alta como la de Puerto Rico, hay que hacer un uso más inteligente de los terrenos. “La naturaleza es un elemento común que no importa el modelo de desarrollo que adoptemos, no importa la filosofía económica que tengamos, tiene que estar. No es algo que podamos eliminar de ninguno de nuestros modelos de desarrollo económico. Porque no vamos a lograr la calidad de vida que queremos”, sentenció. La primera de las actividades del mapa de vida será el 20 de febrero en la región norte. Para información puede llamar al 787-722-5844 ó al 787-722-5882.