DETROIT- General Motors Corp se presentará en bancarrota este lunes según funcionarios estadounidenses, empujando a la centenaria automotriz -otrora considerada símbolo del poder económico y dinamismo de Estados Unidos- a una nueva e incierta era como propiedad del Gobierno. La presentación planeada, confirmada por funcionarios del Gobierno, será la tercera más grande en la historia de Estados Unidos y la mayor entre las manufactureras estadounidenses. La decisión de colocar a GM en una bancarrota rápida, y suministrar $30.000 millones de dólares adicionales en fondos de contribuyentes para reestructurar la compañía para que pueda competir mejor con las automotrices asiáticas es una gran apuesta del gobierno de Barack Obama. Pero el Gobierno tiene muy pocas opciones en un momento en que la tasa de desempleo está aumentando, dado que GM emplea a 92.000 personas en Estados Unidos y es indirectamente responsable de 500.000 jubilados. El plan para GM, según lo detallado por funcionarios estadounidenses, es llevar a cabo un proceso de venta rápido que permitiría que una compañía mucho más pequeña emerja tras la protección judicial dentro de 60 a 90 días. La presentación en una corte federal en Manhattan es esperada para antes de la apertura de los mercados estadounidenses y corona tres décadas de largo declive para la automotriz de Detroit que terminaron con una crisis rotunda luego de que la debilidad de la economía global, los altos precios del petróleo y las restricciones al crédito contrajeron sus ventas y cerraron sus accesos al dinero. “Ahora comienza la parte dura, que es volver competitivas a GM y Chrysler. Si no lo hacen, entonces estaremos haciendo esto otra vez en unos pocos años”, dijo Christopher Richter, analista del sector automotriz de CLSA Asia-Pacific Markets en Tokio. Desde comienzos de año GM se ha mantenido con vida gracias a la financiación del Gobierno estadounidense, mientras un grupo de trabajo diseñado por la Casa Blanca preparaba planes para una amplia reorganización que será encarada con el financiamiento del Gobierno por $50.000 millones de dólares. Preparándose para tomar una participación del 60 por ciento en una GM reorganizada, el gobierno de Obama está apostando a que la automotriz podrá competir con rivales como Toyota Motor Corp luego de reducir su deuda a la mitad y recortar sus costos laborales bajo un nuevo contrato con el Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz (UAW por sus iniciales en inglés). Los gobiernos de Canadá y la provincia de Ontario aceptaron otorgar otros 9.500 millones de dólares a GM en un nuevo aporte a los planes de bancarrota que han estado tomando forma durante semanas, dijeron funcionarios estadounidenses. GM planea cerrar 11 instalaciones en Estados Unidos y suspender otras tres plantas. No ha dado una meta actualizada de recortes de empleo pero antes se había sugerido el despido de 21.000 trabajadores de fábrica entre los 54.000 miembros del UAW que emplea actualmente en Estados Unidos. El UAW tendrá una participación del 17,5 por ciento en la “nueva GM”. El Gobierno de Canadá se quedará con un 12 por ciento y los tenedores de bonos de GM obtendrán un 10 por ciento. Funcionarios involucrados en la planificación del proceso de GM dijeron que la Casa Blanca era un “inversor reacio” en la automotriz, pero que tenía que evitar una liquidación que los analistas dicen costaría decenas de miles de puestos de trabajo mientras la economía se comtrae por la recesión. “Queremos una salida rápida y limpia, tanto ocmo las condiciones lo permitan”, dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, ante estudiantes en la Peking University en Pekín. “Somos optimistas en que estas firmas (GM y Chrysler) emerjerán sin más asistencia del Gobierno”, agregó. El presidente Obama hablará sobre la industria automotriz poco antes del mediodía de este lunes en Estados Unidos. Poco después dará una conferencia de prensa el presidente ejecutivo de GM, Fritz Henderson. Funcionarios estadounidenses dijeron que no había planes de otorgar más financiamiento para GM e insistieron en que las Tres Grandes de Detroit sobrevivirán. Ford Motor Co no ha buscado asistencia federal de emergencia.