
MINSK, Bielorrusia – Al menos siete candidatos electorales y cientos de manifestantes de la oposición estaban detenidos, luego que la policía reprimió una protesta en contra de la reelección del presidente Alexander Lukashenko.
Después de un mitin nocturno en el centro de Minsk que involucró a la policía y a cientos de manifestantes, la comisión central electoral declaró temprano el lunes que Lukashenko, en el poder desde 1994, había obtenido un 80 por ciento de los votos.
Partidos de oposición dijeron que seguidores del gobernante de 56 años habían manipulado su reelección durante el conteo de votos, al igual que en el 2006.
En un comunicado oficial, el Ministerio del Interior justificó sus acciones diciendo que los manifestantes habían intentado tomar el control del principal edificio del Gobierno.
Todos los ojos están puestos ahora en la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europea (OSCE), cuyos monitores enviados a la ex nación soviética calificaron las elecciones como "fraudulentas" y condenaron la dura represión contra los líderes y manifestantes de la oposición.
"Estas elecciones no dieron a Bielorrusia el nuevo comienzo que necesitaba", dijo Tony Lloyd, jefe de la misión de observadores a corto plazo enviada por la OSCE al país después del anuncio de que Lukashenko tendrá un cuarto mandato.
La evaluación de la OSCE sobre los comicios es clave para una posible ayuda financiera de la Unión Europea al país de 10 millones de habitantes.
El reporte del organismo indicó que aunque la jornada electoral fue evaluada positivamente en general, "el proceso se deterioró significativamente durante el conteo de votos". Indicó que más de la mitad de los conteos monitoreados fueron evaluados como "malos o muy malos".
"El pueblo de Bielorrusia merecía algo mejor", expresó Lloyd. "Y en particular, ahora espero que el Gobierno se responsabilice por los arrestos de candidatos presidenciales, periodistas y activistas de derechos humanos", aseveró.
En tanto, la jefa de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, criticó la violenta represión de las manifestaciones y pidió a las autoridades que liberaran a los detenidos, haciendo eco de comentarios similares hechos por Polonia y Alemania.
Sin embargo, una misión paralela de observadores de los Estados Independientes de la Mancomunidad liderados por Rusia señaló que los comicios fueron justos.
El domingo por la noche un máximo de 10,000 personas marcharon a través de una Minsk cubierta de nieve gritando "¡Fuera!" y "Larga vida a Bielorrusia", junto a otros eslóganes contra Lukashenko, en unos de los desafíos más significativos al Gobierno de mano dura que ya lleva 16 años.