En una Isla donde aproximadamente el 80% de los habitantes profesan ser fieles seguidores de la fe católica, los no creyentes pueden ser difíciles de identificar. Según las estadísticas más recientes, éstos apenas representan el 2% de la población puertorriqueña. Muchos lamentan su falta de visibilidad como grupo y suelen sentirse excluidos y hasta discriminados.
La organización Humanistas Seculares de Puerto Rico (HUSE) surgió en el 2011 como un incentivo para intentar erradicar estos problemas. Fundada por David W. Ortiz González y Luis Ramos, es una organización sin fines de lucro dedicada a luchar por los derechos de los puertorriqueños no creyentes, hacer valer la separación de la Iglesia y el Estado y promover la razón y el pensamiento crítico.
Ramos encuentra necesario que las personas no creyentes se organicen para combatir contra los ataques hacia los derechos humanos por parte de la religión. “Quise hacer una organización atea porque la religión le trae muchas consecuencias a la sociedad. Por ejemplo, si decides no tener hijos, no puede haber una ley que prohíba usar condones o pastillas, pero las ha habido. Después que tú no le hagas daño a otras personas, no se te puede limitar la libertad de hacer lo que tú quieras”.
El objetivo principal de los Humanistas Seculares de Puerto Rico es conseguir que se respeten las leyes que garantizan la separación de la Iglesia y el Estado. Uno de los medios mediante los que promueven esta causa es la protesta anual “Dios le debe a Hacienda”. El 15 de abril de cada año, se reúnen frente al Departamento de Hacienda para exigir que se les cobren impuestos a las Iglesias.
El grupo también lucha contra el discrimen de personas por cuestiones religiosas. Un ejemplo es el del policía Alvin Marrero, quien contactó a los Humanistas Seculares luego de que se sintiera marginado en su trabajo por no acceder a participar en un círculo de oración. La abogada y miembra de los Humanistas Mariana Nogales se comunicó con la Unión Americana de Libertades Civiles de Puerto Rico (ACLU, por sus siglas en inglés) y llevaron el caso a las cortes. Según Ramos, en Puerto Rico no se acepta la diversidad de opinión ni de pensamiento. “El problema es que aquí hay una religión prominente. Ahora mismo estamos tratando de que otros policías salgan y declaren públicamente que no son creyentes”, expresó.
La organización también está presente en otras luchas por la igualdad. Sus miembros han participado en protestas contra la pena de muerte y los derechos de la comunidad LGBTT. “Nuestra vice presidenta Thalía Nazario está activa en organizaciones que velan por los derechos de la mujer y nos representó ante la Cámara en una deposición en contra del discrimen en el empleo por orientación sexual”, dijo Ramos.
Por su parte, Mariana Nogales ha sido activista en contra de la pena de muerte desde el 2007 y es miembro del Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico. “Nosotros (los Humanistas Seculares) organizamos actividades en contra de la pena de muerte desde una perspectiva secular, porque esa campaña a veces tiene un componente religioso bien fuerte”, declaró.
Nogales también enfatizó que es importante prevenir que la religión influya en la toma de decisiones de un país. Según la abogada, hay que promover una educación masiva sobre los deberes del estado. “El estado laico garantiza el derecho de tener o no tener religión de todas las personas. Para ser efectivo, tiene que legislar al margen de cualquier consideración religiosa”.
“Cuando uno plantea estos temas de primera intención, puede parecer un asunto antipático, pero cuando las personas se educan más sobre la separación de Iglesia y Estado y la prohibición del establecimiento de religión, se dan cuenta de la importancia de que existan estas protecciones, que son tanto para no creyentes como para creyentes”, añadió.