Si bien es cierto que la inversión del gobierno de Puerto Rico a la Universidad de Puerto Rico (UPR) fue de $938 millones en el año 2014, no es objetivo menospreciar tal inversión utilizando como pretexto la emigración de los puertorriqueños y la fuga de talento para decir que entonces no es necesario o no se justifica la partida monetaria de la UPR.
En un País cuya tasa de desempleo sobrepasa el 12 por ciento, la preocupación inicial no debería ser la reducción de la inversión en educación basándose en que no hay plazas suficientes disponibles para los egresados universitarios, sino continuar trabajando para echar la economía de Puerto Rico hacia delante y promover la creación de empleos.
De acuerdo a un reportaje publicado en El Nuevo Día “Inversión que se marcha” , según el Negociado del Censo, más de 50 mil puertorriqueños se fueron de la Isla durante el año 2014. Alguien, aunque no se especifica la fuente ni en qué basa su análisis, estimó que 5 mil personas del total de 50 mil son emigrantes egresados de alguno de los once recintos del sistema UPR. Dice, además, que el impacto podría ser mayor si se toma en cuenta que entre 2005 y 2014 cerca de 383 mil personas han abandonado el País.
Aunque se hace alusión, no se especifican las características de este grupo de personas ni la relación directa con los egresados de la UPR. No se explica cuántos egresados del sistema de educación privado también se convierten en emigrantes, debido principalmente al desempleo y a la diferencia en salarios en el exterior, situaciones de las cuales todos los exalumnos de universidades públicas y privadas somos víctimas.
No se debe perder de perspectiva que las principales universidades privadas de Puerto Rico están registradas como “entidades sin fines lucro”, de modo que quizás el gobierno no hace ninguna inversión en ellas, pero tampoco genera ninguna ganancia más allá de la presunción de que sus egresados aportarán de una forma u otra a la economía del País.
La UPR no sólo prepara a sus estudiantes para ser los mejores dentro de Puerto Rico, sino también para ser competitivos en el exterior. La representación de exalumnos de la UPR fuera del País es una inversión que se traduce en la generación de conocimiento alrededor del mundo y no descarta el regreso de muchos de estos profesionales con experiencias internacionales.
La UPR es sede, además, de innumerables proyectos de investigación científica, subvencionados muchos de ellos con fondos de instituciones federales para los cuales hay que competir, siendo la universidad que más fondos externos para investigación científica ha logrado capturar. No está demás recordar que la UPR es la institución universitaria puertorriqueña con más acreditaciones internacionales por parte de las agencias acreditadoras de educación, lo cual no sólo establece parámetros de estándares educativos, sino que valida los diplomas otorgados y le permite a los estudiantes del sistema UPR ejercer distintas profesiones dentro y fuera de Puerto Rico.
Durante el mes de junio de 2015, alrededor de 9,200 estudiantes fueron graduados de los once recintos del sistema UPR. Los graduados durante el verano de 2014 y 2015, representan el estudiantado que ingresó a la Universidad durante la huelga de 2010 y el año siguiente. A pesar de la leve merma de nuevos ingresos durante ese periodo, la UPR continúa siendo la institución universitaria con más estudiantes graduados en Puerto Rico.
A partir del año 2011, el número de estudiantes de nuevo ingreso ha ido en aumento, superando este año los 14 mil admitidos, lo que demuestra una vez más que la UPR no sólo continúa siendo la mejor y más confiable institución universitaria, sino la preferida por el estudiantado puertorriqueño y sobre todo, la que mayor acceso brinda en términos económicos.
En el reportaje publicado por ENDI también se calcula que el gobierno de Puerto Rico invierte alrededor de $16,350 por cada estudiante de la UPR y asegura que esa cantidad de dinero es suficiente para pagar la matrícula y cuota de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Además, plantea que “esta cantidad da y sobra para pagar los gastos de matrícula más costosos del País, estimados en $11,700 para la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana”. Esta información está fuera de contexto y distorsiona la realidad, porque no presenta la verdad tal cual, haciendo comparaciones desproporcionadas y erróneas respecto a la cantidad de dinero que realmente desembolsan los estudiantes de la UPR en sus pagos de matrícula versus el estudiantado de cualquier universidad privada.
La publicación continúa su teoría enfatizando que desde el año fiscal 2002 hasta el 2014, hubo una reducción de un 15 por ciento en el estudiantado de la UPR. Además, critica el hecho de que la facultad de la UPR se haya mantenido en 5 mil académicos, mientras que la matrícula de instituciones privadas ha aumentado en 52 por ciento durante el mismo periodo y asegura que “ahora, solo el 20% de los graduandos salen de las instituciones del gobierno, que siguen siendo subsidiadas intensamente”.
No es un secreto que el crecimiento de instituciones privadas en Puerto Rico responde a que gran parte del estudiantado del País cualifica para recibir ayudas económicas, subvenciones de las cuales esas mismas instituciones se aprovechan, estableciendo altos costos de matrícula, eliminando la posibilidad de sobrantes para sus estudiantes y obligándolos a buscar otras fuentes de dinero, además de las becas, para poder cubrir otros gastos como lo son transportación, hospedaje y comida. A diferencia de la UPR, el mérito es un asunto de menor importancia en varias instituciones privadas, cuyo fin principal es vender un producto aunque muchas de ellas se hagan llamar “instituciones sin fines de lucro”.
El estudiantado de la UPR no sólo recibe la mejor educación al más bajo costo en el País, también habita un espacio académico donde se respeta el mérito y se labora para mantener estándares de educación competitivos a nivel mundial. Para ello, son indispensables cada uno de los profesoras y profesoras que laboran en el sistema UPR y la inversión de conocimiento en cada uno de sus estudiantes.
Conozco muchos exalumnos de los once recintos del sistema UPR que aún sufriendo las consecuencias de la crisis económica en el País, al igual que muchos otros puertorriqueños, deciden quedarse en la Isla, y me incluyo. Esto para enfrentar los retos venideros con valentía, manteniendo el compromiso social que tenemos con nuestro país. Muchos, inclusive, con estudios de maestría, dejan a un lado la competencia de sueldos en el exterior respecto a los de Puerto Rico, poniendo primero otros fines que denotan más compromiso con la sociedad puertorriqueña que las metas del mercado y el capitalismo. Otros cumplimos con tareas en más de un trabajo, no por el mero hecho de pagar deudas, sino porque deseamos estar aquí, en Puerto Rico, porque hay deseos de construir un mejor país, porque la inversión que se ha hecho en nuestra educación no la definimos en dólares y centavos.