
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtió que unos 10 millones de personas sufrirán un empeoramiento de la crisis alimentaria y nutricional que afecta a Níger, Senegal, Burkina Faso, Malí, Mauritania, Chad, Camerún y Nigeria.
Entres estos, más de un millón de niños menores de cinco años de edad que se encuentran amenazados de desnutrición y hambre en esos ocho países de la región del Sahel. La actual situación en el Sahel puede conducir a una grave crisis humanitaria con la llegada de la primavera, advirtió la secretaria general adjunta de la ONU Catherine Bragg.
“Estamos muy preocupados por millones de personas que serán afectadas por una combinación de sequía, pobreza y altos precios de los granos, lo cual se complica con la degradación ambiental y el subdesarrollo crónico, subrayó.
Bragg aseguró que “para muchos la crisis ya empezó” y entre los afectados hay más de un millón de niños menores de cinco años de edad.
Según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), ese peligro avanza en Chad, Burkina Faso, Mauritania, Malí, Níger, Nigeria, Camerún y el norte de Senegal. Un desastre múltiple se cierne sobre unos 1.5 millones de infantes del Sahel que padecen desnutrición y que deberán ser atendidos en centros de alimentación en los próximos seis meses, dijo el director regional de UNICEF de la ONU David Gressly.
Gressly lamentó que los recursos necesarios para ese trabajo no alcanzan los niveles requeridos y reveló que UNICEF sólo ha recibido 24 de los 119 millones de dólares solicitados en su llamamiento de emergencia para 2012.
Por otro lado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que unos cinco millones de yemenitas están amenazados por el hambre y otra cantidad similar corre el peligro de caer en esa situación.
Una encuesta realizada a finales del año pasado demostró que la inseguridad alimentaria alcanzó niveles alarmantes en Yemen y representa un riesgo para la cuarta parte de la población.
El estudio advirtió que esa crisis empeora por el aumento de los precios de los alimentos y los conflictos internos, y que un 22% de la población tiene dificultades para conseguir comida, casi el doble de lo registrado hace dos años.
Además, reveló una alarmante situación en materia de nutrición infantil, con niveles de 28% de desnutridos en la provincia de Al Hudeidah, muy por encima de los 15 puntos considerados como una emergencia por la Organización Mundial de la Salud.
Aún más, más de 76 mil personas fueron desplazadas por conflictos tribales y falta de alimentos en el sur sudanés, informaron colaboradores del PMA.
El PLAN, como se denomina la organización de auxilio adjunta al PMA, denunció en febrero los ataques a la tribu Lou Nuer, radicada en Likuangole, y obligada a migrar hacia Pibor, estado de Jonglei, en busca de alimentos. Los asaltantes quemaron todas las casas y robaron o asesinaron todo el ganado e incluso llevaron consigo a los más robustos y jóvenes hombres. Desde el inicio de 2012 la ONU alertó sobre la existencia de más de 300 mil desplazados en Sudán del Sur, por diversas causas, pero más por los conflictos bélicos con su vecino del norte.
Las contradicciones con Sudán por derechos y dividendos del petróleo tras la división del país, colocan a la flamante nación en una complicada situación de eventual guerra, a juicio de ONU.
El 8 de febrero, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) alertó sobre la elevada inseguridad alimentaria en Sudán del Sur, con amenazas de hambruna para millones de personas. Según el estudio, la cifra de personas en situación de inseguridad alimentaria pasó de 3.3 millones en 2011 a 4.7 millones este año. De ellos, cerca de un millón sufren de inseguridad alimentaria grave, en comparación con 900 mil del pasado año. Si continúa la situación de conflicto y el desplazamiento de la población y los precios siguen subiendo, los organismos internacionales estimaron que el número de personas en esa condición podría duplicarse.
"Se trata de una crisis que se avecina con rapidez y que el mundo no puede permitirse ignorar", recalcó Chris Nikoi, director del PMA en Sudán del Sur.
Ayuda urgente para el Sahel
La catástrofe humanitaria es una secuela de la grave sequía de 2011 que disparó los precios de los alimentos en la región. En Níger el precio del maíz aumentó 37% con respecto a 2010, y el del sorgo, 50% comparado con el precio de 2009. Según varios expertos, el aumento de precios de los alimentos se debe en gran parte a la especulación financiera con bienes agropecuarios.
También inciden la mayor demanda de economías emergentes, el aumento de la población y el auge del uso del maíz y los aceites vegetales en la producción de etanol y biocombustibles.
Para la organización británica OXFAM, esos componentes de la realidad socioeconómica en el Sahel constituyen una combinación letal que podría dar paso a una situación de emergencia humanitaria en gran escala “teniendo en cuenta que en la región ya se registran tasas de malnutrición de entre el 10 y el 15%”.
Más de la mitad de los damnificados en el Sahel son de Níger, a donde viajaron la subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios Valerie Amos y la administradora del Programa para el Desarrollo Helen Clark para reunirse con el presidente nigerino Mahamadou Issoufu y el primer ministro Brigi Rafini.
“Más de tres cuartas partes de la población requerida de esa asistencia están en zonas agrícolas y pluviales", afirma el estudio del PMA en colaboración con la Comisaría de la Seguridad Alimentaria de Mauritania.
El informe estima que la situación, que afecta más en el sudeste y este del país, se debe a que en 2011 hubo una temporada de lluvias deficitarias y mal repartidas en tiempo y espacio. Los gobiernos de Malí, Mauritania, Burkina Faso, Níger y Chad ya declararon la emergencia, solicitaron asistencia internacional y decretaron varias medidas como la venta de cereales a precios subsidiados y la distribución de semillas y suministros.
OXFAM solicitó a la comunidad internacional 37 millones de dólares para ayudar a los más afectados, y suministrarles agua y alimentos, así como asistencia higiénica y sanitaria. Sin embargo, la ONU estima que se necesita mucho más.
“La experiencia nos enseñó en el Cuerno Africano que la alerta temprana tiene que estar seguida de la acción temprana, sentenció Bragg.
En ese sentido, anunció que los recursos del plan estratégico regional de la ONU para el Sahel tiene que ser incrementados hasta 724 millones de dólares.
Fuente Bolprees