Es poco usual que alguien diga que no le gustan las flores, y es que estas pueden tener múltiples significados o usos: un símbolo de reconocimiento, ese toque de color que hace que una casa luzca más alegre, lo que a veces se entrega por el mero hecho de apreciar a alguien, o lo que se tira en la tumba al momento de despedirnos de alguien. Muchas veces, al hacer cualquiera de estas cosas, la flor de preferencia es la rosa.
En el lado sur del Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico hay un pequeño jardín de estas distinguidas flores. Como una iniciativa del Programa de Servicio Voluntario, allí germinan rosas de todos los colores, formas y tamaños gracias a que un equipo de voluntarios se da a la tarea de cuidarlas con todo el cariño del mundo.
Todas las semanas, este grupo de personas –mayores de 13 años- pone sus rodillas y sus manos a trabajar en la tierra y así hacer germinar rosas miniaturas, Híbridas de té, rojas, amarillas, verdes –sí, verdes-, como muy bien le explicó a Diálogo, el agrónomo y horticultor, Ismael Reyes Soto, quien coordina el jardín y llegó al mismo como voluntario.
La idea de este jardín nació de Olga Quiñones, directora del Programa de Servicio Voluntario, que lleva funcionando desde el año 2000, aunque el jardín de rosas lleva en pie desde hace dos años. Quiñones comentó sobre la importancia del servicio comunitario pues el jardín no es solo de la Universidad, sino de la comunidad puertorriqueña.
Este sábado 30 de abril, de 9:00 a.m. a 3:00 p.m., y por segundo año consecutivo, este grupo de amantes a las flores celebrarán el Festival de Rosas. Sacarán de sus rosas más bonitas y las exhibirán en el Palmetum del Jardín Botánico Sur, para demostrar el resultado de su trabajo y como preámbulo al día de las madres.
En esta actividad libre de costo, habrá música en vivo, venta de libros, rosas y otras amenidades. Además, darán talleres de lo que mejor saben hacer. Se exhorta al público a llevar ramas o ganchos de rosas secas para que ellos puedan seguir haciendo crecer su rosal.