Steven Soderbergh estrena su más reciente película llamada Haywire; un film de acción en el que las secuencias de pelea cuerpo a cuerpo, sorprenden por la impresionante técnica de su protagonista, Gina Carano, quien es experta en artes marciales.
Haywire narra la historia de Mallory Kane (Carano), una súper soldado, perteneciente a una agencia privada contratada por el gobierno de los Estados Unidos para encargarse de operaciones secretas internacionales. Kane es traicionada durante una misión y decide vengarse de todos aquellos involucrados en el engaño.
La destreza de Carano en la pelea hacen que las coreografías de las secuencias de lucha sean impresionantemente realistas y al mismo tiempo sorprendentes por las acrobacias que realiza. Sin duda alguna este es el mayor atractivo que tiene Haywire. Del resto, el film no sorprende demasiado.
Técnicamente no está mal hecho. La fotografía y la edición cumplen así como el sonido. La banda sonora, sin embargo, aunque tiene momentos muy acertados, en otros distrae más de lo que aporta. Las actuaciones también son inconsistentes. En algunos casos las interpretaciones son bastante buenas (Carano, Michael Fassbender, Michael Douglas, Channing Tatum), en otros no tienen ni pena ni gloria (Ewan McGregor) y en el caso específico de Antonio Banderas, es casi dolorosa su participación por lo nefasta de su interpretación, siendo un actor tan talentoso y experimentado.
También llega un momento en el que pareciera que no hay otro motivo para hacer esta película que el desplegar coreografías de pelea impresionantes en la gran pantalla. Gina Carano prácticamente le parte la crisma a todos los hombres del film. Cabe destacar que el único personaje femenino en Haywire es el de ella, el resto del elenco es masculino, con la excepción de algunas extras.
Se podría argumentar que Haywire es, de algún modo, una especie de glorificación a la mujer y que tiene entre líneas un discurso feminista en el que una mujer, en un negocio generalmente masculino (y un género cinematográfico tradicionalmente reservado para hombres), no sólo resulta la mejor, sino que derrota a sus compañeros brutal y humillantemente.
Además, Steven Soderbergh quiso usar una verdadera mujer guerrera para interpretar a Mallory Kane. La selección de Gina Carano como protagonista no puede ser asumida como un hecho aleatorio o arbitrario. Soderbergh ya había hecho en el pasado algo similar cuando decidió utilizar a la actriz de cine porno, Sasha Gray, para interpretar a la protagonista de The Girlfriend Experience en 2009, ya que quería que el papel de la dama de compañía o prostituta lujosa Chelsea, fuese interpretada por un ícono sexual del momento.
Pero más allá de utilizar a Carano por su obvia destreza en las artes marciales y ser un ícono del mundo del combate cuerpo a cuerpo, la elección de Soderbergh podría tomarse como una forma de acentuar una postura feminista. De hecho, hay una escena en el film en el que el personaje de Ewan McGregor les advierte a sus compañeros que sería un peligroso error asumir que Mallory Kane es una mujer. Esto podría ser interpretado no sólo como el hecho de que para estos hombres una mujer sería incapaz de lograr todo lo que ella alcanza a realizar (una postura sumamente patriarcal), sino porque la sola existencia de una mujer como ella constituiría un desafío a la supremacía masculina que ellos representan.
Pero usando la teoría expuesta por Kate Wates en el artículo “Babes in Boots: Hollywood’s oxymoronic warrior woman”, se le puede dar otra lectura muy diferente al film y, según esta, la verdad es que Haywire dista mucho de ser una película feminista.
Según Wates, el personaje de la mujer guerrera podría ser prima lejana de la femme fatale de los años cuarenta, y tendría sus antecedentes en los mitos sobre amazonas y el personaje Judith de las creencias judío-cristianas. Estos personajes (las mujeres guerreras) son una construcción de la cultura patriarcal aun cuando irónicamente, en la actualidad están impulsados por el feminismo.
Sus trajes enfatizan la sexualidad y la figura femenina (en el caso del Kane, no siempre es cierto, pero si hay escenas en las que esto aplica). Normalmente son dirigidas o fueron entrenadas por una figura de autoridad masculina ausente (Kane tiene en el personaje de su padre (un militar retirado) su figura de autoridad y al mismo tiempo es quien la cuida con sus consejos). Las mujeres guerreras representan estereotipos masculinos de la feminidad, aun cuando se encuentren disfrazadas de guerreros fuertes.
Así como la creación de Frankenstein, tienen un complejo de inferioridad, pues han sido construidas a imagen y semejanza de su creador-hombre; y es por esto que, también como el monstruo de la novela de Mary Sheley, deben buscar a su creador y vengarse de él. Como diría Kane, ellas revelan menos sobre las mujeres y más sobre los preconceptos y las máscaras de la masculinidad.
En definitiva, dependiendo del cristal con que se mire, Haywire puede ser tomado como un film bastante feminista o una construcción más de la sociedad patriarcal en la que estamos sumergidos. Lo que si es innegable es que Gina Carano le da la golpiza de sus vidas a más de un hombre en esta película, de un modo tan espectacular, que vale la pena verla.