El verano pasado se enteró de que la Universidad de Puerto Rico en Carolina le entregaría un Doctorado Honoris Causa y reaccionó conmovida y feliz. “En mi carrera he recibido muchos aplausos y reconocimientos pero el Doctorado Honoris Causa es un premio cumbre en otra fase de mi vida y es lo máximo”, comenta la soprano puertorriqueña Margarita Castro-Alberty a Diálogo Digital. Tras una larga y exitosa carrera, la diva del “Bel Canto” -como se conoce también a la ópera- comenzó a dictar cátedra de canto en la Facultad de Humanidades en el Recinto de Río Piedras donde organizó el grupo Jóvenes Universitarios de la Ópera (JUDLO) para aquellos estudiantes que se inspiran y aman la ópera más allá de la formalidad del estudio académico. “En el 2004 hicieron su primera ópera en el Centro de Bellas Artes con Serva Padrona y la Aventura de Don Giovanni y luego las presentaron en distintos recintos del sistema universitario UPR”, dijo Castro-Alberty quien reside en Isla Verde junto a su esposo el cónsul francés Marc Passerieu dit Jean-Bernard. Para el semestre próximo estarán presentando “La Médium de Menotti” y visitaron el pueblo de Loíza, para conocer de cerca como trabajan las mediums espiritistas, tema central de la ópera. Castro-Alberty deploró que el Decanato de Asuntos Académicos se niegue a reconocer a JUDLO como una entidad universitaria lo que no les permite disfrutar de ciertos beneficios como asignaciones de fondos de la universidad y exención de matrícula para los integrantes del grupo. No obstante, se siente muy orgullosa de los logros obtenidos por sus alumnos, tales como reconocimientos en Estados Unidos e incluso para algunos de ellos continuar sus estudios en Viena. “Estas experiencias (la cátedra y el JUDLO) me han llenado el vacío del teatro donde eres tu representando un personaje, dando al público todo lo que eres. Lamentablemente tuve que abandonar el canto por motivos de salud, y a pesar de que me hace mucha falta el aplauso y que al escuchar la música de las óperas que he cantado me elevo porque la ópera es un sentimiento que te hace convertirte y vivir el personaje intensamente. En esos momentos me sobrecoge la nostalgia y para salir de ese trance me convenzo de que lo que he hecho es mudarme de un sitio a otro y aquello que no puedo hacer me llena de alegría y mucha satisfacción cuando veo a mis estudiantes hacerlo”, aseguró. La profesora disfruta lo que hace para sus estudiantes y agradece a todos los que forjaron la profesional de la ópera que ha sido. “De la misma manera que tantos profesionales del canto me brindaron a mi todos sus conocimientos y experiencias para que yo alcanzara el éxito, de esa misma forma quiero darme a mis estudiantes para que ellos lo puedan lograr y superarse”, dijo. Partiendo de este punto, Castro-Alberty hace planes para traer a Daniel Ferro, maestro de canto en Julliard, la prestigiosa escuela de Nueva York para que brinde clases magistrales a sus estudiantes. Igualmente anhela fundar una Escuela de Perfeccionamiento en la que estudiantes de ópera puedan comenzar a pulirse en el campo profesional y estén en posición de presentarse en las grandes salas de ópera del mundo. De esta manera el joven cantante de ópera tendrá un lugar donde cantar y obtener el pleno dominio de este exquisito arte.