El encuentro quizás no fue el más risueño. Luego del último adiós a Tony –como le llamaban a su padre– Hermes Croatto se arrinconó en aquel espacio donde alguna vez su progenitor le escribió cartas de amor a su tierra adoptiva.
Ese estudio musical donde se gestó tanto júbilo se habría convertido en un rincón sombrío que Hermes –en aquel momento con 23 años– habría de utilizar para rebobinar la cinta de recuerdos que compartió con su padre. Pero más importante aún, el lugar habría de convertirse en el inicio de un recorrido –guitarra en mano– hacia un amorío con su identidad.
“La guitarra nunca me llamó la atención. Fue cuando papi falleció, enterramos el cuerpo de papi y cuando llegué a casa, dentro de toda esa locura, me meto en el estudio de él y ahí estaba su guitarra y desde ese día no la he soltado”, cuenta el menor de la prole de Tony.
Y es que, a pesar de que su padre fue sinónimo de música y cultura desde la década del ’70, nunca sintió presión de inmiscuirse en ese ambiente. El deseo por mantener vivo el legado de su padre lo llevó a querer documentar historias que ocurren tras bastidores y que –al igual que su Tony Croatto– simbolizan el amor al país y a la cultura.
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“Quiero de verdad aportar a mi país a través de lo que hago. Genuinamente es lo que quiero hacer”, cuenta Croatto. (Paola Vargas/Diálogo)
“Soy un simple puertorriqueño que lo que quiere es aportar a nuestra identidad, quiero aportar a lo que somos y quiero apostar al amor”, dice.
Son esas historias las que Hermes pretende reanimar con su música. “A veces nuestra historia es un tabú tan grande, por nuestra naturaleza de colonia que no nos la dicen. Y si las dicen, lo hacen un poco retorcida…Trato de buscar la verdad dentro de esas historias”, relata.
Sin embargo, el músico –ahora con 36 años y con su propio proyecto musical– tiene bien claro que no busca ser su papá. Reconoce, no obstante, que las comparaciones son inevitables.
“Yo no pretendo ser él jamás en la vida. Porque eso no hay manera de repetirlo”, asegura el músico, que al hablar de su padre no es otra cosa que como hablar de un superhéroe.
Le despreocupa, además, el pulseo para establecer su propio nombre como artista.
“El mismo trabajo de uno se encarga de eso [de establecer su propio nombre]”, explica. “Todo tiene una continuidad y un relevo… Mientras vayamos evolucionando a otras cosas, una cosa se va a diferenciar de la otra, naturalmente”.
Precisamente, con su música, Croatto busca exprimir la esencia del folclor puertorriqueño y fundirlo con matices contemporáneos. El artista confiesa que sus melodías son una apuesta a acercar a las generaciones jóvenes a la música folclórica.
“Nosotros no necesariamente vemos a nuestro folclor como a una base para crear otro tipo de música. Quizás porque lo vemos anticuado, lo vemos aburrido”, nos narra Hermes.
Listo para levantar el telón
El próximo 9 y 10 de junio –en el Teatro Tapia– será la primera vez que se presente en concierto y espera que el público salga del auditorio empapado en cultura e historias.
Entre risas, el cantante asegura que las veladas no serán “una aburridísima clase de historia”. En cambio, espera contar pedazos de nuestro rompecabezas histórico. Eso incluye relatos de su padre y lo que pretendió comunicar por medio de melodías.
“Este concierto lo va a marcar todo. Es esencial para que también lo demás coja su vuelo”, sostiene. El músico indicó que en el concierto interpretará temas de su autoría y temas de su padre, pero con arreglos propios.
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En su concierto interpretará temas de su autoría y temas de su padre, pero con arreglos propios. (Paola Vargas/Diálogo)
Una estampa que Hermes desearía ver en su concierto es la confabulación entre padres y madres con sus hijos e hijas para disfrutar la música. Espera que dos generaciones se encuentren en la música.
Y en esa confabulación, con toda probabilidad, Hermes recordará los encuentros que tuvo con su padre. Para aprender la historia de una manera entretenida y hasta para escuchar de vez en cuando a Bob Marley.
Quizás por eso Hermes no ha soltado la guitarra. De esta manera, su padre lo acompaña en cada rasgueo de las cuerdas y cada vez que se irgue para cantar. Esa cinta nostálgica ahora la utiliza para formar su propio legado. Y así –sin lugar a dudas– también mantiene vivo el de su padre.
No te pierdas el medley que nos obsequió el cantante y guitarrista en nuestra redacción, como parte de las sesiones en vivo de “Diálogo en el mic”: