Hablar ante una cámara no siempre resulta sencillo para algunos y mucho menos cuando se pregunta desprevenidamente “¿qué es para ti la trata de personas?” Pensé que sería difícil conseguir declaraciones sinceras; no quería que los encuestados pensaran que insultaba su intelecto si no contestaban correctamente, pero ganó su curiosidad y el deseo de debatir entre dos desconocidos sobre un tema tan complejo como la trata humana.
Es muy probable que películas como Taken (2008) o Human Trafficking (2005) hayan logrado presentar esta realidad a un público mayoritario, sin embargo, concebir que una problemática así se dé en nuestro País resulta inverosímil para muchos. Es por esto que nos dimos a la tarea de documentar en vídeo algunas entrevistas que plasmaran los niveles de conocimiento que un sector de puertorriqueños tiene en torno al término trata de personas. El resultado de la muestra probó ser tan heterogénea como el grupo encuestado.
Muchos de los entrevistados no asociaban el término técnico (trata de personas o trata humana) a primera instancia con su significado práctico. Hablaban del “trato humano” hacia con otros, pero semánticamente, no estaban tan lejos. Una vez discutíamos sobre lo que conllevaba la trata de personas, inmediatamente se expresaron en posiciones encontradas.
Uno de los encuestados negaba vehementemente la posibilidad de que el comercio del cuerpo humano pudiese ocurrir en la Isla y señaló que la vigilancia policiaca prevenía este tipo de crimen. Otro, más sarcástico en su postura, entendía lo que conllevaba la trata humana y no descartó que ocurriese en Puerto Rico porque “crimen que no ocurra aquí, no existe”.
Para mi sorpresa, una gran cantidad de los encuestados sí conocían sobre la trata de personas y pudieron ejemplificarlo detalladamente. “Tan cerca como en mi complejo residencial”, contestó una de las entrevistadas. El repudio y disgusto fueron denominadores comunes en las contestaciones. Me percaté que el tema toca una fibra sensible y que de cierto modo, hubo consenso en que tenía que existir más información al alcance y que se tiene que extirpar, ahora, la esclavitud moderna. La violencia no nos ha insensibilizado. El odio no es aceptado. Los frutos de la educación serán siempre la solución viable propuesta por todos para poder erradicar todo aquello que atente contra la dignidad humana y la calidad de vida.