El maltrato y abandono de animales es un problema vigente en Puerto Rico que parece ir en ascenso. Hace casi dos semanas, dos perros fueron vilmente maltratados con ácido por manos desconocidas, lo que provocó que el veterinario que les atendió tuviera que tomar la difícil decisión de sacrificarles, ya que el líquido corrosivo alcanzaba los huesos de las víctimas.
Mentalidades macabras como esta han aportado a que aumente el número de animales abandonados, el número de muertes en las calles de la isla, pero también que personas con sentido de empatía se movilicen en defensa de ellos.
En mayo de 2013 nació una iniciativa comunitaria con ese fin, Huellitas de Esperanza de Salinas, la cual surgió de parte de 11 profesionales, en su mayoría comerciantes. Estas personas se consideraban rescatistas independientes y decidieron juntarse ante la alarmante cifra de prácticas de eutanasia animal en la Isla y de casos de animales en condiciones deplorables en las calles de Puerto Rico.
Y es que según estadísticas del portal cibernético Advisor, en Puerto Rico hay alrededor de 150,000 perros callejeros; al 97% de ellos se les practica la eutanasia. Inaceptable es la palabra precisa para describir esta situación, según uno de los miembros que componen este grupo.
“Como sociedad no nos podemos permitir cosas como esta. Nuestro propósito es ciertamente ayudar a estas mascotas, pero a su vez concientizar a los ciudadanos y hacerles entender que los animales también merecen respeto”, señaló Héctor Ferrer, actual miembro de la sociedad y quien labora para la Policía de Puerto Rico.
Los miembros de Huellitas de Esperanza de Salinas dedican su tiempo libre a rescatar y cuidar a los animales de las calles.
Esta organización sin fines de lucro y adscrita al gobierno de Puerto Rico, se dedica a rescatar animales de las calles y animales maltratados, en aras de ponerlos en condición óptima y enviarlos saludables a Estados Unidos, mediante contactos en Chicago y Michigan. Mediante estos contactos, la organización investiga a las personas interesadas en adquirir alguno de estos animales para asegurarse de que obtenga un ambiente sano y les obligan a firmar un contrato que los ate a una responsabilidad para con la mascota.
“Al momento de enviar [al animal] tiene que tener todos los certificados y vacunas al día, de manera que podamos cumplir con nuestra labor en su totalidad”, afirmó.
A pesar de que iniciaron la labor comunitaria dentro del municipio salinense, han expandido sus servicios tanto a municipios aledaños como a municipios a lo largo y ancho de la Isla.
La operación de Huellitas
Esta sociedad no posee establecimiento ni estructura, así que cada rescatista asume la responsabilidad de los perros rescatados en el espacio de su hogar.Tampoco reciben aportación monetaria de parte del municipio ni de ninguna entidad, por lo que mediante ventas que ellos mismos realizan consiguen los fondos pertinentes para rehabilitar a los perros y enviarlos fuera de Puerto Rico. Adicional a eso, el dinero se utiliza para costear las jaulas de envío de los perros, así como los permisos y certificados pertinentes. Lamentablemente, cada jaula para cada perro le cuesta a la organización unos $60 o $50, y estas jaulas nunca regresan a ellos.
Sociedad comunitaria apoya el aborto animal
Aunque Huellitas de Esperanza de Salinas no apoya la eutanasia animal, sí cree en el aborto para evitar que se sigan propagando las mascotas sin hogar, por lo que la mascota que rescatan la envían esterilizada al exterior.
“Nos duele mucho tener que tomar una decisión como esa, pero la realidad es que con esa acción prevenimos que futuras mascotas sufran lo que están sufriendo los animales de hoy día”, lamentó el oficial, natural de Salinas.
Pocas veces reciben remuneración de parte de personas en Puerto Rico interesadas en la mascota, en cambio, sí reciben con regularidad donaciones de parte de las personas que las reciben en Estados Unidos. Según Ferrer, estas personas se muestran más que agradecidas con la sociedad y desean compensar por su labor, ya que comprar un perro de alguna raza y relativamente sano en países como Estados Unidos puede llegar hasta $400.
Proceso de envío de mascota
Huellitas de Esperanza de Salinas costea el envío de las mascotas con el dinero recaudado, dependiendo de su peso y el lugar a donde serían trasladadas. Los rescatistas llenan un cheque con la cantidad estipulada por el contacto en Estados Unidos o Canadá. Una vez recibida la mascota fuera de Puerto Rico, en caso de que la persona que adoptó el animal haya hecho una donación a la organización, el contacto en el exterior reembolsa el dinero a la sociedad.
Panda fue adoptado por una pareja recién casada en Chicago.
“Es increíble ver cómo esas personas en el exterior reciben con tanto amor a esas mascotas. Muchas de esas personas las reciben con los brazos abiertos y prometen cuidarles como un hijo, ya que muchas de ellas no pueden tener la dicha de procrear”, destacó Ferrer.
El futuro de Huellitas de Esperanza de Salinas
Además de lograr adquirir un espacio físico para el desarrollo y mejoramiento de la sociedad, la organización de base solidaria ha comenzado a dirigir sus propósitos hacia la creación de un Plan de Esterilización Masiva, que consiste en practicar esta acción en las hembras y luego programarles un código de barra que pueda ser colocado físicamente en las mismas. Con este escáner universal, las personas podrán detectar si las mascotas están o no esterilizadas, y ayudaría a mermar la cantidad de animales abandonados en las calles.