Los eventos atmosféricos de gran magnitud, tal como lo fue el huracán María, provocan cierres masivos de establecimientos comerciales y una lenta recuperación en los negocios. Así sucedió en el estado de Luisiana, tras el huracán Katrina en 2005. Diez años después, aún no se había restablecido la misma cantidad de negocios con los que contaba al momento en que el fenómeno azotó las costas de Nueva Orleans, según el profesor de Finanzas de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, Manuel Lobato.
El economista presentó estos datos durante el foro “Recuperación económica tras desastres naturales: experiencias internacionales y Puerto Rico”, que se realizó en el Anfiteatro 3 de la Facultad de Estudios Generales del recinto riopedrense, para explicar cómo podrían verse afectados a largo plazo los negocios en el país por los daños ocasionados por el huracán María.
En el 2005, la ciudad de Nueva Orleans tenía alrededor de 31,000 establecimientos empresariales. Luego del paso del huracán Katrina, el 29 de agosto del 2005, hubo un cierre masivo y una “enorme mortandad” de negocios entre septiembre y diciembre de ese año, según Lobato.
Durante el próximo año, de unos 31,000 negocios bajó a 28,000 establecimientos, o una disminución de un 10%.
Sin embargo, hubo un aumento en el número de establecimientos nuevos en el año 2006, que surgieron por la necesidad de empleo o por oportunidades empresariales.
“Hay mucha gente con necesidad y que pierden el empleo y no encuentran otra alternativa que crear su propio negocio”, dijo Lobato.
A pesar del aumento en el “nivel de nacimiento” de negocios, Nueva Orleans no logró recuperar la cantidad de establecimientos que tenía en el año del paso del huracán Katrina. Para el 2015, no se había llegado a los 31,000 negocios.
“Por mucho que haya turbulencia, cierre y apertura de establecimientos, el efecto es de largo plazo”, indicó Lobato.
Los establecimientos creados en el 2003 y 2004 tuvieron una tasa de supervivencia por debajo del promedio, justo después del huracán Katrina y en los siguientes tres años. Los establecimientos creados en el mismo año del huracán se vieron afectados, pero la tasa de supervivencia en los siguientes dos años volvió a “estar dentro del parámetro normal de la línea”, explicó el economista.
“El efecto de la tasa de supervivencia de los establecimientos se concentra a corto plazo”, comentó.
La situación de Puerto Rico parece ser más compleja que la de Nueva Orleans, pues a diferencia de esta ciudad la isla enfrentó antes del huracán una caída significativa en la tasa de supervivencia de los establecimientos debido a la crisis económica que data desde el 2005. Cuando llegó el temporal, los establecimientos habían logrado alcanzar casi la misma tasa de supervivencia en que estaban antes de la crisis económica, según Lovato.
Luego del paso del huracán María, “¿Cómo se verán afectados los negocios por la nueva caída?, ¿se generó algún tipo de resiliencia por parte de aquellos que de alguna forma superaron la crisis?, ¿podrán superar esto?”, se cuestionó el profesor. Lamentó que aún no haya respuestas a estas preguntas por la limitación de datos estadísticos sobre el efecto del huracán en los comercios.
La realidad de los puertorriqueños que emigraron
Por otra parte, el profesor de economía del recinto riopedrense José Laborde informó que 90,000 puertorriqueños emigraron a Estados Unidos en el 2016.
De esos 90,000, el 42% vivía bajo el nivel de pobreza federal; el 71% tenía un diploma de superior o menos; el 10% está desempleado; el 48% recibían SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program, mejor conocido en Puerto Rico como el PAN); y un 38% tenía el plan Medicaid.
La edad promedio de los puertorriqueños emigrantes fue de 30 años y el ingreso promedio anual de $25,530. Además, alrededor de 24,000 niños emigraron a Estados Unidos en 2016.
“El mudarse a los Estados Unidos no es tan bonito como uno lo piensa”, expresó el economista Laborde.
Para el 2016, más de cinco millones de puertorriqueños vivían en los Estados Unidos, de los cuales el 23% vivía bajo el nivel de pobreza y un 9% estaba desempleado.