Si algo dejó claro la Primera cumbre de la industria televisiva puertorriqueña: buscando soluciones, organizada y llevada a cabo hoy en la Universidad del Sagrado Corazón (USC) con la participación de productores, directores, artistas, publicistas y académicos, es la necesidad de transformar viejas fórmulas estéticas, de fortalecer los esfuerzos de venta y distribución fuera del país y de emprender con optimismo la reinvención de nuestra televisión en la era digital. Ante la realidad de un espacio mediático contemporáneo sumamente complejo, debido al tránsito a la sociedad de la información y la irrupción de Internet como vía a la información y el entretenimiento, la asignatura de elevar los valores de producción y la calidad ante audiencias cada día más exigentes no puede ser pospuesta, según se discutió en el evento realizado en uno de los estudios televisivos de la USC.
“Aquí no tenemos industria de televisión. Sí se consume, pero no producimos. En ese sentido sólo tenemos un ‘negocio’. Hemos perdido 55 años (desde la llegada de la TV a la isla) y aun no tenemos una industria televisiva. Para eso necesitamos fortalecer la producción, las ventas y la distribución”, sentenció Rickin Sánchez, presidente y gerente general del Canal 52 Vídeo Max, uno de los panelistas invitados. El gestor televisivo, muy recordado por sus programas de lucha libre en la década del setenta, recomendó más esfuerzos concertados de cara a la producción de contenidos para el público latinoamericano residente en Estados Unidos, tal y como han hecho –con mucho éxito- Televisa (México) o Univisión. “Claro, para llegar a ese mercado debemos contar con más apoyo de las agencias de publicidad, que deben entender que ahora mismo de cada dólar que se produce aquí sólo nos quedamos con diez centavos”.
La situación se complica por la tendencia a la baja de la inversión en producción televisiva nacional y en en la pauta publicitaria para la misma, según explicó Mercedes Negrón, vicepresidenta de Foote, Cone & Belding. Uno de los datos brindado por la ejecutiva resultó demoledor: hemos pasado de una inversión de 245 millones en el año 2004 a una proyección de 155 para el año en curso. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las transformaciones relacionadas con la irrupción de las nuevas tecnologías y la Internet como vehículos de entretenimiento están produciendo también una mutación en el gusto del público, en las formas de producción y en los criterios para pautar de la industria publicitaria, aspectos que, según Negrón, se deben tomar en cuenta a la hora de evaluar una ruta a seguir. En ese contexto no es casual que la actividad haya comenzado con un vídeo de la profesora y cineasta Sonia Fritz, que expuso algunos de los puntos a debatir y el concepto de las casas productoras boutique (formada por creadores multifacéticos que controlan las nuevas tecnologías y son afines al lenguaje de Internet) como una salida interesante de costos menores y gran potencial estético. Pero sobre todo, afín a las sensibilidades de los nuevos públicos, los nativos digitales muy relacionados con la telefonía móvil, las computadoras y el ciberespacio.
Pero los destellos de la era digital no nublan el entendimiento del cineasta, guionista y productor, Jacobo Morales. “Es importante que la tecnología esté a nuestro servicio, no a la inversa”, expresó para reiterar la necesidad de crear las condiciones para la realización de producciones que reflejen nuestra identidad cultural sin renunciar a la posibilidad de circulación por los canales de todo el mundo, tal y como lo hacen otros países soberanos. Entretanto, insistió en que la creación de sistemas de venta y distribución son fundamentales para el despegue definitivo de la televisión puertorriqueña. La primera “cumbre televisiva”’, organizada en el contexto del debate público en torno a la reciente cancelación de varios programas producidos aquí y ante la llegada de la televisión digital, también puso sobre la mesa la pérdida de puestos de trabajo por parte de técnicos y otros empleados en antaño imprescindibles. Angel Báez, secretario ejecutivo de la UPAGRA, sindicato que agrupa a los técnicos y periodistas de Univisión Puerto Rico, Wapa Televisión y Telemundo, entre otros, manifestó que los cambios en las tecnologías han colocado a muchos trabajadores ante una encrucijada: aprender las nuevas modalidades o quedarse sin trabajo. Destacó la responsabilidad de las empresas de la comunicación, que a su juicio deben adiestrar a los trabajadores en el manejo de los nuevos instrumentos. Así, ellos también podrán aceptar los “retos y oportunidades”de la televisión puertorriqueña del futuro. [El autor es actor, periodista y profesor de la Escuela de Comunicación de la UPR]