El cuarto piso de la Biblioteca Conrado F. Ansejo del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) lleva cerrado cuatro años debido a un accidente ocurrido en octubre de 2013 en el que unos anaqueles colapsaron sobre un estudiante.
Este espacio, que forma parte de la estructura de siete pisos, contiene colecciones y revistas académicas que los estudiantes no han podido usar desde que cerró.
Durante el año académico 2016-2017, se creó un Plan de Acción por parte de las oficinas administrativas —avalado por el exrector Noel Aymat— que buscaba proveer aproximadamente 300 espacios de estudio para los alumnos tras la restauración del lugar. No obstante, este proyecto ha sido detenido en varias ocasiones, explicó a Diálogo la presidenta del Consejo de Estudiantes (CGE) del RCM, Nancy Cardona Cordero.
Durante ese mismo periodo de 2016-2017, los miembros de entonces del CGE sostuvieron reuniones y consultas con el personal relacionado con el proyecto, quienes indicaron que las fases iniciales para reabrir ese espacio comenzarían para el año académico 2017-2018.
“El dinero ya está asignado, el diseño y el plan aprobado. No entendemos porque el proyecto sigue estancado”, cuestionó Cardona Cordero.
También desde finales del segundo semestre del año académico 2016-2017 se espera por el análisis de las colecciones que se encuentran en el cuarto piso de la biblioteca para poder proceder con su mudanza y reorganización a otro lugar.
La presidenta del CGE manifestó que para poder sacar estas colecciones y llevarlas a espacios más seguros se necesita una lista que detalle qué y cuántas colecciones se encuentran en el espacio. Al momento de esta publicación, esa lista no se ha divulgado.
“Un día entramos al cuarto piso y los libros estaban en cajas o en el piso, mojados y con hongo”, dijo la representante estudiantil sobre el estado en que se encuentran los libros y revistas en esa parte clausurada de la biblioteca.
A la espera de presidencia
Luego de que Segundo Rodríguez Quilichini fuera nombrado rector interino del RCM en julio de 2017, miembros del CGE se reunieron con el funcionario el 26 de ese mes, con el interés de recibir apoyo en la continuidad del proyecto de rehabilitación del cuarto piso de la biblioteca. De acuerdo con la presidenta del CGE del RCM, Rodríguez Quilichini se mostró dispuesto a continuar con la propuesta.
Sin embargo, según el rector interino, el proyecto “aún continúa el proceso de evaluación por parte de la Administración Central”.
“No obstante, los estudiantes cuentan con nuestro apoyo y nuestro compromiso de darle el debido seguimiento a este proyecto y buscar una solución para que puedan contar con ese espacio de estudio que necesitan”, declaró por escrito el doctor Rodríguez Quilichini a Diálogo.
El 13 de noviembre del pasado año, el presidente interino Darrel Hillman Barrera envió una misiva a Rodríguez Quilichino en la que expresó su interés de que se realice un proyecto diferente en el que se mantenga la colección en el cuarto piso de la biblioteca.
“Las colecciones se deben preservar [donde están] debido a su valor histórico”, respondió el presidente interino cuando el representante estudiantil graduado Gilberto Domínguez le preguntó sobre este asunto durante una reunión ordinaria de la Junta de Gobierno el 30 de noviembre de 2017.
Hillman Barrera justificó su opinión basándose en el costo de $585,984 que conllevaría el proyecto que ya estaba aprobado, que ya se le había asignado dinero y contaba con el aval de los estudiantes.
“Es necesario enfatizar que al momento de recibir esta carta [de Hillman Barrera a Rodríguez Quilichini] no había un plano de referencia, ni una tabla de comparación de costos entre el proyecto original y lo mencionado por el doctor Hillman”, cita una misiva de la presidenta del CGE, Cardona Cordero, dirigida al presidente de la Junta de Gobierno de la UPR, Walter Alomar.
El 14 de diciembre de 2017 el CGE del RCM reveló que el proyecto solicitado por los bibliotecarios y apoyado por Hillman Barrera resulta en pérdidas de más de 50% de los espacios originales destinados a áreas de estudio y un aumento de más de $160,000 en su costo.
Diálogo visitó las instalaciones de la biblioteca en búsqueda de la opinión de los empleados del espacio, pero los funcionarios abordados por este medio declinaron hacer expresiones. También se le enviaron dos correos electrónicos solicitándole su reacción a la directora de la biblioteca Carmen Santos Corrada, pero no hubo respuestas.
En cualquier caso, la presidenta del CGE reiteró la importancia de contar con más espacio de estudio para los alumnos. Contó que luego del huracán María “los estudiantes vivían aquí. Las clases comenzaron poco después del huracán y casi ninguno tenía luz en sus residencias, así que estudiaban aquí todo el día y toda la noche”.
Otras limitaciones
Los estudiantes del RCM, además de tener un piso de su biblioteca clausurado que le impide tener más espacios para estudio, tampoco cuentan con un estacionamiento designado para todos, manifestó la presidenta del consejo.
El RCM separa unos estacionamientos para los residentes de medicina que se pagan con resoluciones conjuntas. En cambio, para algunos estudiantes existe un sistema de tarjetas.
Al comienzo del año académico se rifaron 180 de estas tarjetas entre las seis escuelas que tiene el RCM con las que el estudiante paga $40 el primer mes y $20 el resto de los meses.
El resto de la matrícula debe pagar diariamente alguno de los dos multipisos que existen y en los cuales su precio ronda, aproximadamente, un dólar por hora.
Según la última versión del plan fiscal revisado, el RCM tiene unos 2,273 estudiantes matriculados al momento.