Aunque el gobernador Alejandro García Padilla enfatizó en su Mensaje de Situación de Estado y Presupuesto que la Universidad de Puerto Rico (UPR) no se afectará directamente con los recortes de $1,000 millones pautados para el próximo año fiscal, distintos medios de comunicación reseñaron que los ingresos que recibe la institución como concepto de la fórmula del 9.6% del Fondo General pueden verse reducidos.
Según la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), el presupuesto recomendado para la UPR el próximo año fiscal es de $1.4 mil millones, lo que refleja una disminución de $94 millones en relación al presupuesto asignado a la Universidad el pasado año fiscal.
“Dicha disminución se debe primordialmente a una reducción de $84 millones por conceptos de Otros Ingresos, Préstamos y Emisiones de Bonos, principalmente no relacionados a gastos de funcionamiento, ya que son asociados a mejoras permanentes para la construcción del Centro Comprensivo del Cáncer, entre otras”, lee el documento.
De este presupuesto, unos $881 millones provienen de la fórmula del 9.6% y de otras asignaciones especiales del Estado.
El economista y profesor de la UPR, Recinto de Río Piedras, el doctor Argeo Quiñones, opinó en entrevista con Diálogo que hay una serie de interrogantes sobre el crecimiento económico de Puerto Rico y, por consecuente, los fondos que llegan a la Universidad.
“Aunque la fórmula [del 9.6%] está ahí, puede reducirse o no crecer”, indicó Quiñones, que concuerda con lo estipulado con el presupuesto recomendado para la UPR, ya que la partida de fondos recaudados para el próximo año fiscal puede que no atienda los gastos incrementales del sistema universitario.
Quiñones indicó que el pasado 29 de abril, el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) publicó datos relacionados al periodo fiscal de junio 2012 a marzo 2013, que establecen que Puerto Rico está por debajo en creación de empleos y en actividad económica.
“Aunque algunos consultores entienden que hay señales de estabilización, todavía no hay una señal clara, desde el punto de vista estadístico, de que la economía está en proceso de despegar”, explicó.
Por otra parte, el economista cuestionó cuál será la dependencia de la Universidad con el BGF en cuanto a disponibilidad de líneas de crédito para inversión en infraestructura y otros gastos.
“Ahora empieza el juego entre las ramas Ejecutiva y Legislativa y diversos grupos de la ciudadanía que conducirá a la versión final de presupuesto. Por lo que podemos anticipar que habrá tela para cortar más adelante en lo que respecta al presupuesto de la UPR”, afirmó Quiñones.
Otra interrogante que propone Quiñones es el cobro de deudas por parte de la UPR, asunto que los auditores internos le han señalado a la administración universitaria.
“En el estado financiero del año 2011-2012, esas cuentas por cobrar ascendían a casi $260 millones que le adeudaban otras agencias del gobierno de Puerto Rico a la UPR”, estipuló el economista, aunque añadió que con la reducción de presupuesto de 8%, las agencias pueden tener dificultad en pagarle a la Universidad.
No obstante, Quiñones opinó que la UPR debe insistir en los pagos que se le adeudan. “Si bien muchas de esas cuentas son servicios en el área de educación, salud y otros que la Universidad brinda y que socialmente son muy necesarios, tiene que cobrar por ellos”.
Finalmente, Quiñones concluyó que la reducción del gasto público puede tener consecuencias sobre la actividad económica y ocasionar menos recaudos por parte del Departamento de Hacienda, lo que puede afectar directamente a la UPR.