Inolvidable cierre del Puerto Rico Heineken Jazz Fest

La edición del Puerto Rico Heineken Jazz Fest de este año contó con la participación del pianista Michel Camilo, los trompetistas Julito Alvarado y Arturo Sandoval, el percusionista Giovanni Hidalgo, el bajista Abraham Laboriel, los saxofonistas David Sánchez y Edmar Colon y los bateristas Dafnis Prieto y Antonio Sánchez.(Racheliz Medina)

30 de marzo de 2015 Por Especial para Diálogo Música

Por: Racheliz Medina

Michel Camilo, Arturo Sandoval, Giovanni Hidalgo, Willliam Cepeda y otras leyendas del género del jazz estuvieron en un mismo escenario para recordar la última noche del festival de jazz más prestigioso de la Isla, el Puerto Rico Heineken Jazz Fest (PRHJF).

El evento, auspiciado por la cerveza europea Heineken, se celebró en el Anfiteatro Tito Puente del Parque Luis Muñoz Marín el pasado fin de semana, siendo ayer domingo 29 el día donde más asistencia hubo. A diferencia del jueves, viernes y sábado, el Anfiteatro estuvo lleno de gente. Había personas que si no encontraban asiento, permanecían de pie, determinados a disfrutar de la última noche de la actividad.

El concierto lo comenzó la agrupación de Eddie Palmieri Afro-Caribbean Jazz Septet. El pianista comenzó con el tema “Life” que escribió para su esposa cuando se encontraba enferma. El tema tuvo un tono nostálgico y comunicaba tristeza, lo cual impactó por la manera que Palmieri utilizó el lenguaje de la música. Siguió con “Vanilla Extract” donde el músico invito a la audiencia a aplaudir al ritmo de la canción. Palmieri confesó, al finalizar esa pieza musical para seguir con su repertorio, “que el tambor es el pulso de mi vida”. Sus otros temas fueron Bolero Dos, La Libertad y Comparsa. La audiencia se despidió del grupo con un standing ovation.

El cuarteto de Giovanni Tommaso Consonanti continuó con diferentes interpretaciones de Teatro Studio, SOS, Orizzonte, Euphoria, Profumo de Di Donna y el famoso tema de “La Dolce Vita”. Su participación en escenario fue espléndida y refrescante alejándose del jazz latino para interpretar un jazz soulful y sentimental. El músico que se distinguió fue el saxofonista Mattia Gigalini quien manejó el saxofón como lo más precioso de este mundo, que hasta parecía que el aire de sus pulmones era infinto. El deleite de sus solos lo logró sin imperfecciones. También hubo un standing ovation de parte del público al cuarteto italiano terminar su presentación.

Después, representantes de Berklee College of Music estuvieron en el escenario para otorgarle a Luis Álvarez, director del PRHJF, el premio “George Wein Impresario Award” por su logro de mantener el festival del Puerto Rico Heineken Jazz Fest durante 25 años y convertirlo en un lugar donde los músicos pueden manifestar sus logros a través de los años. Álvarez agradeció al grupo de Méndez & Co., al equipo de producción y al público, al cual se le dedicó el vigésimo quinto aniversario del evento.

Con muchas ansias, la audiencia esperaba el gran final. El animador Braulio Castillo, salió a presentar los músicos del acto final “PRHJF 25 Anniversary All-Star Presentation” y al pianista Michel Camilo, a los trompetistas Julito Alvarado y Arturo Sandoval, al percusionista Giovanni Hidalgo, al bajista Abraham Laboriel, a los saxofonistas David Sánchez y Edmar Colon y los bateristas Dafnis Prieto y Antonio Sánchez, quienes se acomodaron en el escenario causando gritos eufóricos de la audiencia que esperaba ansiosa deleitarse con las interpretaciones del cuerpo de músicos. Tocaron los temas de “Night In Tunisia”, “Puerto Rico”, “Caravan y Caracol” con William Cepeda, finalizando con el reconocido tema, “Manteca”.

Tantos prodigios de la música en el escenario llevaron casi al delirio a los presentes, mientras se escuchaban los solos de cada uno de ellos permitiendo al espectador disfrutar de música original y divertida.

Fue un final genial y difícil de olvidar con “Manteca”, para cuya interpretación trombones, saxofones, congas, batería, piano y bajos se unieron para el cierre más espectacular del festival. Finalmente, fuegos artificiales desplegando hermosos colores aparecieron en el cielo oscuro mientras los músicos se despedían, dándole un toque mágico al cierre de un fin de semana protagonizado por el amor al jazz.

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