La libreta y el bolígrafo se han quedado cortos. El profesional de las comunicaciones necesita hoy mucho más que estos dos elementos fundantes del oficio. Ahora la grabadora y la cámara fotográfica digital, la computadora portátil con acceso a internet y el dominio pleno de la tecnología resultan indispensables en el campo. Un profesional multifacético, eficiente, que maneje contenidos rápido y responsablemente, ése debe ser el norte del comunicador del nuevo milenio. Ésa precisamente, es una de las reflexiones que se desprende de la conferencia que ofreció la semana pasada el experto en comunicaciones Dr. Ibrahim Saleh, quien llegó recientemente al País proveniente de la American University de El Cairo, Egipto; gracias en parte a la aportación del fondo de becas Fulbright. La ponencia, forma parte del ciclo de conferencias denominado: El rol de las comunicaciones en el cambio social y la acción política, organizado por la Universidad Metropolitana (UMET) del Sistema Universitario Ana G. Méndez. Durante alrededor de una hora, Saleh, con su inglés matizado por un acento egipcio, disertó frente a un grupo nutrido de profesores y profesionales de la comunicación sobre uno de los temas que más separa a estos dos grupos. Se trata pues, del inacabable debate con relación al académico que permanece en la universidad y al periodista que se mantiene en la calle. Saleh, habiendo ejercido en ambos espectros le apuesta a los cruces entre estos dos mundos. A esto, se le añade la brecha generacional que existe entre profesores con una formación clásica en periodismo, donde la especialización por áreas (fotoperiodismo, prensa escrita, radio, etc.) era la norma, a una en la que se deben dominar los diversos medios a través de los cuales puede tener salida el contenido. “Creo que se trata de un problema de los profesores y los periodistas. Incluso es un problema de cualquier persona, porque en el momento en que alguien siente que no tiene nada más que aprender eso se convierte en un impedimento para el desarrollo de cualquier empresa. Es ahí donde la brecha se agranda y se bloquea la posibilidad de acceder a mayor conocimiento, algo que es importantísimo en el periodismo donde diariamente se trabaja con información muy diversa y por la que se debe ser responsable”, expresó Saleh en entrevista con Universia Puerto Rico.
La salida fácil a los debates que generan las nuevas formas de hacer periodismo sería dejar caer sobre el comunicador toda la responsabilidad por aquello que se considere periodismo irresponsable. Sin embargo, Saleh señala, sin ser condescendiente, que es necesario entender cómo se está trabajando. Sobre todo, cuando la incursión del internet en la sociedad de la información provoca que diariamente los periodistas se enfrenten a una apabullante cantidad de información que debe ser digerida, procesada y condensada. Además de tener en cuenta que los medios más poderosos son empresas lucrativas que responden a determinados intereses, ya sean económicos, políticos o incluso religiosos. “Ese es uno de los dilemas de mayor reto con los medios en general. El que una persona ejerza todas las funciones puede comprometer la calidad de la información, porque es muy difícil ser un experto en todo. Entonces el periodista está en una encrucijada porque no le queda más remedio que desarrollar todas las destrezas porque ese es el tipo de periodismo que pide el mercado laboral y eso puede ser a expensas de las normas básicas de credibilidad, atribución y verificación de fuentes y precisión”, opina Saleh, cuya tesis al respecto se resume en que a su juicio se debe apreciar ambos aspectos del debate y hasta cierto punto aceptar -aunque no necesariamente sea positivo- que esos procesos se dan de esa manera. Por ejemplo, se gana inmediatez y se resta profundidad. Un resultado que con otros géneros periodísticos como el reportaje podría atenderse. “Hay una marginalización de lo que entendíamos antes como ética mediática… Hablamos de periodismo objetivo pero la palabra objetividad en sí misma merece ser cuestionada… Sí, se compromete la calidad del contenido pero como en todo hay algunos buenos y otros malos. Hay que discernir”, enfatiza. Otras reflexiones importantes fueron la redefinición del concepto de noticia suscitado por los nuevos medios de comunicación y la proliferación de periodistas independientes y cómo han cambiando las estructuras organizativas de las empresas de medios. “Cada vez hay más prensa en la calle que con mucha libertad trabaja sus contenidos y los vende o los publica independientemente”; dijo. Del mismo modo, el académico utilizó, entre otros, el ejemplo de la cobertura mediática de temas como la poligamia para ejemplificar el conflicto que representa atender cuestiones sociales sin un pleno dominio de los contextos históricos y culturales. Asunto que genera toda una serie de nuevos debates éticos, como sucedió con la incursión de las fotografías alteradas digitalmente (fotomontajes) para tergiversar información. En el periodismo como en todo, la herramienta que facilita, del mismo modo puede complicar. Para ver el artículo en su original vaya a www.universia.pr El Dr. Saleh ofrecerá conferencias hasta el 5 de febrero. Para detalles puede comunicarse a la UMET, al (787) 766-1717.