CARACAS (Reuters) – Líderes izquierdistas sudamericanos celebraron en Caracas el bicentenario de la gesta de la independencia de Venezuela junto al presidente Hugo Chávez, un espaldarazo para el mandatario socialista en momentos en que enfrenta una severa caída de su popularidad. Chávez, junto a los líderes de la ALBA y la presidenta argentina, Cristina Fernández, se dio un baño de masas en una maratónica jornada que empezó con un homenaje al héroe de la independencia Simón Bolívar en el Panteón Nacional y cerró con una breve cumbre presidencial sin acuerdos. La presencia de todos los líderes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) -integrada por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Venezuela- contrastó con la ausencia de Colombia, Panamá y Perú, tres países también liberados por Bolívar pero que ahora mantienen roces ideológicos con Chávez. Caracas congeló relaciones diplomáticas y comerciales con Bogotá el año pasado por ampliar la cooperación militar con Washington, una situación que podría agravarse si el candidato oficialista, Juan Manuel Santos, quien lidera los sondeos, gana las presidenciales colombianas en mayo. “(Santos) es una amenaza para todos nosotros”, declaró el líder venezolano tras leer fragmentos de una entrevista concedida por el ex ministro de defensa y mano derecha del presidente Álvaro Uribe a un medio local colombiano y que consideró una clara amenaza. “Amenazas. Esa gente habla así porque se sienten apoyados por los yanquis”, agregó. Horas antes, miles de soldados venezolanos y unidades de países aliados, como Libia y Cuba, desfilaron bajo el lema “Independencia y revolución” unidos a las polémicas milicias civiles, lo que analistas ven como una muestra de fuerza en momentos de alta tensión política interna y externa. El mandatario venezolano, flanqueado por su hija mayor Rosa Virginia y el presidente cubano, Raúl Castro, aprovechó la parada militar para mostrar algunas de sus recientes adquisiciones militares, como jets chinos de entrenamiento K-8, helicópteros MI-35 y fusiles rusos de asalto Kalashnikov. “Civiles y militares unidos, el pueblo y su fuerza armada, garantizando la independencia venezolana, la independencia de la patria. Más nunca Venezuela será colonia yanqui, ni colonia de nadie”, expresó Chávez en uno de sus discursos, vestido con traje militar y boina roja, para luego llamar al “pueblo en armas” a defender la patria. CHÁVEZ, EL HEREDERO DE FIDEL Chávez asegura que su “revolución socialista y antiimperialista” está inspirada en los ideales de Bolívar, cuyo nombre e imagen se han hecho omnipresentes en el país petrolero y que junto con Jesucristo y el líder cubano Fidel Castro son las tres figuras más admiradas por el mandatario. “(Chávez) es hoy la persona que más preocupa al imperio, por su capacidad de influir en las masas y por los inmensos recursos naturales (…) y la persona a la que con todo rigor golpean y tratan de restar autoridad”, escribió Fidel Castro en un artículo publicado el lunes, refrendando que Chávez es su heredero como el enemigo número 1 de Washington en la región. El militar retirado, que saltó a la fama por su fallido de golpe de Estado en 1992, insistió en que el país necesita una segunda y definitiva independencia del capitalismo mundial encarnado por Estados Unidos, y presenta su ecléctico “socialismo del siglo XXI” como único medio para lograrlo. Sin embargo, tras 11 años de mandato, Venezuela es uno de los países más caros y peligrosos del continente y la popularidad del “Comandante-Presidente” ha caído por debajo del 50 por ciento por primera vez desde el 2003, en medio de una prolongada crisis eléctrica y la recesión económica. Pese al descenso, analistas consideran que el carismático presidente cuenta con apoyo y recursos suficientes para renovar su mayoría en los comicios legislativos de septiembre, para lo que está reimpulsando sus populares programas sociales de alimentación, salud y educación para los más pobres. Mientras, sus críticos claman que Chávez traicionó el legado del “Libertador” y denuncian que todos los festejos están orientados a alimentar el ego del “caudillo militar”, quien los ha derrotado en todas salvo una elección desde 1998. “(Su tendencia es) imponer un orden político en el cual sólo exista un actor, el Estado, resumido en la voluntad de una persona, en contra de los intereses de la sociedad, apropiado de los medios de producción y con pleno dominio de los medios de la libertad de expresión y de la educación”, expresaron los mayores partidos de oposición en un comunicado conjunto. Estos debilitados partidos, con un liderazgo atomizado, forcejean ahora para lograr un acuerdo de unidad y conformar un bloque que pueda plantar cara a la colosal maquinaria electoral del chavismo, que ha dominado cinco años la Asamblea Nacional porque la oposición no se presentó a los anteriores comicios. Ahora agitan la recesión económica, la corrupción y el autoritarismo como argumento para ganar votos entre la mayoría pobre que suele respaldar a Chávez, asegurando que busca implantar un Estado comunista al estilo cubano que más de un 80 por ciento de los venezolanos rechaza en los sondeos. Al igual que la cercanía con Cuba, también lamentan las alianzas con países que consideran poco democráticos, como Rusia, China, Bielorrusia e Irán, con quien Chávez ha firmado multimillonarios acuerdos energéticos e industriales.
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