Para Jamilette Quiñones Pérez jugar baloncesto es una tradición familiar. Su padre y todos sus hermanos lo practican, y ella por se fémina no podía quedarse atrás. Así que desde los tres años ha roto estereotipos y como muchas otras atletas, se ha consagrado como una proeza del deporte universitario.
“Yo me pasaba de cancha en cancha con mis hermanos desde los tres años. No fue difícil jugar, en mi familia todos lo hacían. Los estereotipos culturales sobre quienes deben jugar baloncesto siempre van a estar, pero la gente debe entender que hombres y mujeres pueden ser igual de buenos en esto”, comentó la estudiante, quien ha sido reconocida como una de los valores del año de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI).
A través de sus diecinueve años de vida, ha ganado nueve premios MVP (Most Valuable Player) en distintas ligas y torneos, pero su más renombrado logro es haber alcanzado por dos ocasiones consecutivas el campeonato de baloncesto de las Justas de la LAI, esto junto al equipo de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón (UPRB).
Quiñones Pérez afirma que sus logros son un resultado de grandes sacrificios y perseverancia. Mientras recordaba, relató a Diálogo sus comienzos y sobre como siempre se destacó entre jugadoras de mayor edad.
“Cuando tenía cuatro años, comencé a jugar en categorías de 5 a 6 años. Luego en la escuela elemental jugué con adolescentes de séptimo y octavo grado. Cuando pequeña fui novata del año y he ganado nueve premios MVP”, destacó.
Su trayectoria deportiva no se ha visto alejada de las dificultades. Quiñones Pérez ha sufrido dos lesiones, en la espalda baja y en una rodilla. Esta situación en conjunto con la constante separación de su familia, quienes residen en el municipio de Yauco, representan los mayores retos en la carrera de la atleta.
“Mi mayor reto fue dejar a mi familia en Yauco y venir a vivir sola para alcanzar mi sueño. He perdido muchos momentos importantes por esta pasión”, agregó.
Es por esto que en miras de transmitir su pasión por el baloncesto, la joven ingresó al programa de Educación Física Adaptada de la UPRB. Le interesa impactar a la comunidad de personas con impedimentos, población que según ella tiene todo el potencial para desarrollarse no tan solo en el deporte, sino también en todos los ámbitos de la vida.
“Me interesé mucho por esta profesión porque pienso que se debe luchar más para brindarle a estas personas mayores oportunidades y derechos. Yo nunca uso la palabra impedimentos, quiero hacerles creer que sí pueden y que no hay límites”