Detrás de una barba frondosa color rojo carmesí, José “Pepe” Álvarez, mantiene una compostura admirable ante el reto de su próximo proyecto teatral: LAMAMUTCANDUNGO, que se presentará este fin de semana en la sala Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré.
La barba escarlata es parte del montaje; algo para quizás acordarle la grandiosidad de esta obra basada en La novelabingo de Manuel Ramos Otero. Mientras que sus ojos cristalinos demuestran tranquilidad, su selección de palabras le otorgan una magnitud al evento directamente proporcional a la excentricidad de su vello facial.
“Decidí, de un intento casi suicida, trabajar con una novela tan compleja e imposible. Siempre había leído a Manuel y siempre he querido montarlo. Pero, de repente me topo con La novelabingo, que es su única novela, una que repelen de alguna manera junto al hecho de que digan que es irrepresentable. Como a mí me gustan los retos pues este me llamó la atención”, confesó Álvarez.
Evidentemente, Álvarez tiene la experiencia adecuada para lidiar con un proyecto tan desafiante como LAMAMUTCANDUNGO. En sus comienzos, el puertorriqueño fue uno de los primeros integrantes del grupo de danza, Hincapié, bajo el liderazgo de Petra Bravo. Al mismo tiempo, se daba otro tipo de gusto teatral con Jóvenes del 98 a manos de Maritza Pérez Otero.
Un bachillerato interdisciplinario de la Universidad de Puerto Rico y una maestría en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional de Colombia lo ayudaron a unirse al panorama de arte experimental de Puerto Rico. Allí aprendió de mentoras como Rosa Luisa Márquez, Teresa Hernández y Viveca Vázquez, con quien confiesa que se enamoró (profesionalmente) de un “flechazo luciferino”.
Todo el conocimiento que ha adquirido hasta el momento ha sido clave en la construcción de proyectos como Esto no es un pieza de Viveca Vázquez y LAMAMUTCANDUNGO que oscilan entre géneros teatrales.
“Yo soy un artista de la experiencia, pero aunque trabajo mayormente con teorías y pensamientos de performance, yo soy de teatro…o no sé. La verdad es que estoy muy confundido. Soy un montón de cosas”, indicó en el intento de categorizar su trabajo interdisciplinario.
En busca de un descanso de la acción y el movimiento que privilegia en su trabajo, Álvarez se topó con la segunda edición de La novelabingo que publicó el Instituto de Cultura Puertorriqueña en el 2011. El teatrero ya admiraba el trabajo de Ramos Otero que lo ayudó a devorarse la novela en un día y a alimentar su deseo de montarlo escénicamente.
“Entendía que la única manera que podía dialogar con Manuel era reescribiéndolo en lugar de adaptándolo. Esto es bien importante porque esto no tiene nada que ver con La novelabingo. Esto es una relación antropofágica, seductora y, digamos, erótica que yo estoy teniendo con mi idea de lo que es Manuel. Estoy tratando de comérmelo, metafóricamente, y compartirlo con mis actores”, comentó con relación a LAMAMUTCANDUNGO.
La novelabingo resulta ser un texto queer tanto en contenido como en forma, algo con lo cual Álvarez se identifica. Esta novela de Ramos Otero cuenta la historia de varios personajes que son bolos de bingo dentro de un candungo en donde dialogan con temas desde el patriarcado hasta la creación. La narrativa también le otorga un tipo de participación al lector tal y como presenta Rayuela de Julio Cortázar.
“La novelabingo es amorfa. Es difícil de agarrar. Es difícil de clasificar. Se niega a tener forma y mi trabajo siempre se ha negado a tener forma”, manifestó Álvarez.
De esta manera, el artista polifacético buscó deconstruir las palabras de Ramos Otero y salir a flote con un texto completamente suyo que no revisara el clásico que es La novelabingo. “Manuel tiene un carácter tan potente que yo no podía acercarme a él sino fuese destruyendo su trabajo también,” aclaró.
LAMAMUTCANDUNGO se hizo posible con esta mentalidad decodificadora, apoyada con influencias de Severo Sarduy, Lezama Lima, Rubén Ríos Ávila, Vanessa Droz entre muchos otros colaboradores locales e internacionales.
Los cambios textuales comenzaron desde el mismo título de la pieza. Álvarez no solo prescinde de titular el trabajo La novelabingo, sino que lo nombra LAMAMUTCANDUNGO a diferencia de “el mamutcandungo” que se presenta en la novela de Ramos Otero.
“Yo sentía que el poder en La novelabingo es femenino. No quiere decir que el poder sean de las mujeres pero que el poder tiene un carácter femenino. Ahí empezó la reescritura. Esto no es La novelabingo. Esto es LAMAMUTCANDUNGO, la mía”, mencionó.
El artista descartó montar la obra como un juego de bingo con poetas, tal y como se conceptualizó en un principio. Después de mucha indagación, concluyó con la inclusión de actores como José Eugenio Hernández, Norwill Fragoso, Teresa Hernández, Javier Cardona y Yamil Collazo para poder darle justicia a la palabra de Ramos Otero.
Según Álvarez, su obra mantiene un trato minimalista a pesar de lo temáticamente cargado que es el texto de Ramos Otero. El libro de Ramos entonces se convierte en un pretexto para que se presente un trabajo teatral y audiovisual, pero completamente original.
“Manuel me ayuda a unir distintas generaciones de mariconerías y diferentes generaciones de la experimentación de esa época. Por ahí también hay una gama brutal de una idiosincrasia nacional compleja que tiene que ver con su experimentación con el lenguaje para hacer una metáfora de Puerto Rico”, precisó.
“Con lo que sí Manuel me ayudó en este trabajo es a darle palabra a unas ideas que yo tengo sobre Puerto Rico. A mí me parece bien contundente cómo describe la Isla, y (su visión) está vigente. Era atosigante, en el buen sentido de la palabra, lo que yo sentí al leer la novela. Esto es una versión abstracta de todo esto”, añadió.
Álvarez entiende lo complejo que será el montaje para el público. Él comprende que las personas se tendrán que “ajustar los pantalones” para una obra de esta envergadura. Sin embargo, la atención minuciosa y el respeto que le ha concedido a este trabajo asegurarán un evento teatral inimitable.
Para Álvarez, Ramos Otero es meramente “Manuel”; una inspiración convertido en un amigo para toda la vida. Sin importar las ocurrencias efímeras de LAMAMUTCANDUNGO, la obra unificará a Ramos Otero con un público que en un momento lo olvidó.
LAMAMUTCANDUNGO se presentará en la sala Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré jueves, viernes y sábado a las 8:00 p.m. mientras que el domingo subirá a escena a las 4:00 p.m.
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