“Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.” Miguel Hernández Los maestros de la institución académica Nuestra Escuela, los trabajadores sociales y la administración se reunieron ayer con sus estudiantes para recoger el sentir de los jóvenes respecto a la masacre ocurrida el pasado 30 de septiembre, a las 4:00pm en la cancha del sector El Ceiba de Loíza. Estos jóvenes consternados repondieron que están cansados de la criminalidad y que lo que más anhelan es un mundo mejor donde puedan vivir en paz. “Queremos un mundo mejor, basta de matanza y violencia porque esto que vivimos no es vida y menos aun un mundo de felicidad”, expresó la estudiante Maryorie Fuentes Ayala. Estas expresiones se dan a raíz de la masacre del pasado 30 de septiembre cuando justo después de una práctica de baloncesto, llegaron unos individuos y balearon a tres jóvenes entre 15 y 17 años (Joel, Luis O’Neill y Jonathan). Luego fueron donde un hombre identificado como Víctor Parilla Lasén, de 34 años y también lo asesinaron. Al escuchar sobre este incidente, los alumnos de Nuestra Escuela accedieron a reflexionar sobre el tema con sus maestros, aunque estaban un poco airados y desesperanzados. Algunos hasta con coraje, se expresaron de manera pesimista sobre lo que está pasando, fueron hirientes, confundieron las miradas, se molestaron, salían y entraban, no estaban tranquilos algunos; otros permanecían callados.
Por su parte, algunos estudiantes se cuestionaban: “¿para qué hacer algo si se van a seguir matando?” “Si no hay remedio.” “Si se lo buscaron.” “Vete y dile en la cara que paren. Anda dile que paren.” “Esto es la guerra.” Aunque los jóvenes mostraron rabia ante la situación, los maestros coincidieron en que “nuestro jóvenes son admirables, porque todavía permiten, todavía nos permiten a nosotros, que les hemos heredado una realidad tan reprochable, que le demos esperanza, que le hablemos de paz, que le hablemos de que unidos, no importa la dificultad vamos a lograr cambiar todo ese mundo de violencia”. Con la idea de crear conciencia en los ciudadanos, los estudiantes realizaron carteles promoviendo el amor, la paz y la no violencia y aceptaron salir a la calle y poner las pancartas afuera para que el pueblo las viera. Además, hicieron un círculo de oración cogidos todos de la manos para hacer un clamor a través de la lectura de un pasaje bíblico.