Uno de los nombramientos más esperados del nuevo gobierno era el de la persona que encaminará el Departamento de Educación (DE) por los próximos cuatro años. Julia Keleher fue la designada por el primer ejecutivo Ricardo Rosselló, y de ser confirmada por el Senado tendrá el reto no solo de dirigir una de las agencias más burocráticas del país, sino también el de ocupar una silla en la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
No obstante, en entrevista con Diálogo, Keleher aseguró que no asumirá posturas respecto a temas relacionados con el primer centro docente del país hasta que se reúna con su Junta de Gobierno y entienda claramente cuál es su perspectiva sobre la institución.
Al igual que ha expresado con relación a temas del DE, Keleher indicó que está abierta a escuchar la opinión de diversos sectores antes de tomar decisiones que impacten a la UPR. Es por esto que la doctorada en liderazgo educativo rechazó hacer comentarios con relación a la posibilidad de una matrícula ajustada a los ingresos de los estudiantes o al posible del cierre de recintos. “Esas decisiones las voy a hacer en colaboración con la gente”, puntualizó.
Sin embargo, expresó que es necesario evaluar cómo se pueden maximizar los servicios del Sistema UPR y de sus unidades. Un ejemplo, dijo, sería auscultar cuán viable sería la consolidación de los programas de preparación de maestros con el fin de que sean más especializados y eficientes.
“Hay que pensar en las consecuencias de la toma de decisiones a corto y a largo plazo y asegurarnos de que lo que estamos haciendo de verdad nos lleva a donde queremos estar en un plazo de cinco años”, explicó.
Por otra parte, respecto a la disminución de $127 millones en contratos entre la UPR y el DE que se dio el pasado cuatrienio, la experta en manejo de proyectos y grants sostuvo que, aunque fue bajo la pasada administración, esto se puede explicar partiendo de que posiblemente hubo un cambio en las necesidades de la agencia.
“No es cuestión de cuánto dinero voy a asignar para la universidad, sino de cuáles son las necesidades del sistema de educación pública, qué es lo que nos puede ofrecer la universidad y qué es lo que vamos a diseñar, y el costo se verá a través de ese proceso”, señaló.
Keleher aseguró, sin titubear, que sí favorece una mayor participación entre la UPR y el DE, siempre y cuando esto beneficie al sistema de educación pública.
Prioriza los programas de preparación de maestros
Algo que dejó claro la designada funcionaria es que, de entrada, tiene especial interés en los programas universitarios de preparación de maestros, por lo que advirtió que promoverá cambios en estos.
Para Keleher, debe haber una interrelación entre los programas de educación y lo que se hace en el salón de clases de las escuelas públicas. Es propio señalar que, al momento, los estándares y competencias del DE están alineados con el currículo y los principios que deben seguir y completar los estudiantes de pedagogía del Recinto de Río Piedras de la UPR.
“[Los estándares] están alineados, pero la totalidad de lo que es ser maestro del Departamento de Educación no llega al salón de clases del estudiante que está en un programa de educación en la universidad”, sostuvo.
Según la experta, el problema puede deberse al hecho de que los universitarios conozcan los estándares no les asegura que una vez lleguen a ser maestros se desempeñará bien en el salón de clases, porque para ello se necesita también la práctica.
Por tal razón, dijo que de ser necesario, promovería cambios en el currículo de los programas, mas no precisó cuáles serían.
Aunque la prospectiva miembro de la Junta de Gobierno de la UPR aclaró que es consciente de que “eso no es por firmar y estar de acuerdo”, de ocurrir el cambio de paradigma, requerirá un proceso más complejo.
“El efecto del cambio de administración” en el DE
En lo que al Departamento de Educación se refiere, Keleher puntualizó que la Junta de Control Fiscal (JCF) envió una carta indicando “que el departamento tiene que ajustarse en tamaño porque es demasiado grande”.
Es decir, que se avecinan más cierres de escuelas públicas con el fin, según la profesional, de optimizar los servicios que reciben los estudiantes y asegurar un mejor manejo de los fondos que recibe el departamento
“La comunidad tiene que enfrentar esa realidad, analizar los datos, tomar una decisión y nosotros tenemos que vivir con las consecuencias de esa decisión. Podemos generar efectos positivos [cerrando escuelas], pero también nos va a doler un poco ahora porque la situación que tenemos es un poco difícil”, expresó.
Precisamente, con el fin de maximizar los recursos y materiales que reciben los alumnos, uno de los aspectos que está atendiendo actualmente es el manejo de los fondos y qué sucede una vez el dinero es depositado en las diversas agencias.
Por otra parte, Keleher aseguró que se podrá lograr que el sistema de educación pública del país sea bilingüe en su totalidad al culminar el cuatrienio, de acuerdo con el plan de la Administración Rosselló.
Para ello implementará un plan piloto en ciertas escuelas que, posteriormente, si es exitoso, se llevaría a todo el sistema. Dentro de este se le dará especial énfasis a la capacitación de los maestros, aunque no precisó cómo ni cuándo comenzaría.
Pero esta nueva política de impulsar la enseñanza del inglés contrasta con la actual “Meta Nacional”, que implementó el exsecretario de Educación, Rafael Román, en la que se promueve reforzar el español en todas las demás materias de estudio. Para este fin se proveyó un manual con ejercicios de cada clase alineados con los estándares de español.
Ante el cuestionamiento de Diálogo sobre ese particular, Keleher se limitó a responder que “ese es el efecto del cambio de administración. Tendría que trabajarse para que todo esté cónsono”.
Entretanto, declinó comentar sobre las expresiones que hiciere Rosselló de eliminar la carta circular de perspectiva de género en las escuelas porque eso es un asunto de política pública que no le concierne. “Lo mío es ejecutar lo que es la política pública”, sentenció.
Otro de los temas abordados fue el de las pruebas estandarizadas de Medición y Evaluación para la Transformación Académica (META-PR), que los estudiantes tomarán en abril.
A partir de este año, se supone que el resultado del examen de la materia de español se sume a la evaluación final de los alumnos, según lo establecido por la pasada administración. Y, posteriormente, sucederá lo mismo con las demás materias que mide la prueba.
“La intención era hacer relevante lo que es la prueba, entonces, lo podemos ver como una intención que es buena”, soltó.
No obstante, según Keleher, habrá que evaluar y ajustar esta medida porque es más compleja de lo que parece. Reconoció que hay factores que inciden entre el estudiante y los resultados de la prueba que no han sido tomados en consideración.
Por último, reiteró que “para implementar cambios de verdad yo no puedo ir adelante y dejar a todo el mundo atrás porque voy cambiándolo todo. Debo ir al ritmo la velocidad que me permita el sistema y el recurso humano, que son los maestros”.