
Diálogo inició este semestre la publicación de una nueva sección: CONCiencia, un espacio donde se divulgarán contenidos sobre temas relacionados a las ciencias naturales. Comenzamos compartiéndoles una serie de artículos confeccionados por los alumnos de la doctora Carmen Maldonado, del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Los textos, que se publicarán a continuación, se enfocarán particularmente en educar y concientizar al público en general sobre asuntos vinculados a la adicción de drogas. La meta principal de esta actividad educativa fue involucrar al estudiantado en la difusión del conocimiento adquirido en el aula con el fin de alcanzar otros sectores de la población que potencialmente se beneficien de lo investigado.
Existen un sinnúmero de medicamentos, actualmente, que se utilizan solos o en combinación con otros para tratar la ansiedad. Uno de ellos, que se receta comúnmente a personas que padecen de ataques de pánico, es el Klonopin o Clonazepam.
Este medicamento forma parte de una clase de fármacos psicoactivos llamados benzodiacepinas. Las benzodiacepinas sirven como sedantes y son utilizadas para tratar varias condiciones tales como la dependencia al alcohol, la agitación, el pánico y el desorden de ansiedad generalizado (GAD, por sus siglas en inglés).
Actualmente, el uso de esta droga para tratar estas condiciones no presenta problemas a corto plazo, de acuerdo con el artículo “Short- and Long-Term Use of Benzodiazepines in Patients with Generalized Anxiety Disorder: A Review of Guidelines”, publicado el 28 de Julio del 2014. No obstante, los efectos a largo plazo o el mal uso del fármaco incluyen la tendencia a causar o empeorar déficits cognitivos y la ansiedad. Además, el uso continuo de benzodiacepinas está correlacionado con problemas psicomotores y otros vinculados con la memoria a corto plazo.
Todas las benzodiacepinas pueden tener estos efectos a cierto grado, dependiendo de la benzodiacepina que se esté tomando. Las benzodiacepinas trabajan en el cerebro mediante la intensificación de los efectos del ácido gamma-aminobutírico (GABA), un químico cerebral que es calmante natural. El GABA puede ralentizar o detener ciertas señales nerviosas en el cerebro. Esta es la razón por la cual Klonopin y otras benzodiacepinas son conocidas como tranquilizantes, sedantes suaves, o depresores del sistema nervioso central.
Como los efectos sedativos de las benzodiacepinas pueden sentirse bastante rápido, muchos médicos la recetan para tratar los síntomas de ataques de pánico al momento, si son muy extremos. Pero, generalmente, se receta junto con otro tipo de droga que pertenece a la clase de fármacos conocidos como Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina o SSRIs, por sus siglas en inglés.
Los SSRIs son generalmente utilizados para tratar la depresión y la ansiedad. El mecanismo exacto de cómo funciona es desconocido, pero se conoce que aumenta los niveles extracelulares de la serotonina, un químico natural del cerebro, al bloquear su recaptura. Los niveles de serotonina en personas que padecen de depresión y GAD se encuentran en niveles sumamente bajos.
Aunque los SSRIs son una alternativa para ayudar a personas que padecen de desorden de ansiedad generalizado y que frecuentan tener ataques de pánico, este remedio farmacológico tiene un fallo bastante grande y es que podría tomar semanas en aliviar los síntomas que produce esta condición. Es por esto que los médicos recetan inhibidores selectivos como Zoloft (Sertraline HCl) junto con benzodiacepinas como Klonopin.
La farmacoterapia comienza primeramente con el uso de Klonopin o cualquier otro tipo del grupo de las benzodiacepinas, que tienen un efecto inmediato para aliviar los síntomas del desorden de ansiedad generalizado y para tratar los ataques de pánico. Como los SSRIs pueden tomar hasta semanas en comenzar a aliviar los efectos de este tipo de condición, el Klonopin se receta por un corto periodo de tiempo, usualmente el tiempo que tomaría cualquier SSRI en funcionar. El problema viene cuando aún bajo el tratamiento de SSRIs el paciente continúa teniendo ataques de pánico. A estas personas le recetan Klonopin indefinidamente lo que lo coloca en riesgo potencial de abuso de esa sustancia. Un artículo publicado en el 2015: “The Problems of Long-Term Treatment With Benzodiazepines and Related Substances: Prescribing Practice, Epidemiology, and the Treatment of Withdrawal”, nos informa que la droga crea dependencia.
De igual forma, no se recomienda que se recete Klonopin ni cualquier tipo de benzodiacepinas a personas que tienen historial de algún tipo de adicción, ya que es más probable que estas personas desarrollen dependencia hacia la misma más rápido. El artículo “A Case Report of Clonazepam Dependence: Utilization of Therapeutic Drug Monitoring During Withdrawal Period”, publicado recientemente (2016) en la revista Medicine registra algunos casos de sujetos que se encuentran batallando contra la drogodepencia como resultado del uso continuo de las benzodiacepinas.
También, se conoce que las personas pueden desarrollar tolerancia hacia la droga y eventualmente comienzan a necesitar de dosis más altas para aliviar los ataques de pánico, según se registra en los artículos citados anteriormente.
Esto es un problema, ya que al tratar de aliviar un problema como la ansiedad, creamos otro al usar Klonopin a largo plazo, como los síntomas de retirada de la droga, que pueden aumentar la ansiedad, causar que la persona sude excesivamente, irritabilidad, dolores de cabeza entre otros síntomas que vienen por causa de la drogodependencia.
Referencias de artículo Klonopin by Diálogo on Scribd
El autor es alumno de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Este texto constituyó el proyecto final del curso: Bases psicofarmacológicas de la adicción a drogas (BIOL 3576), que dictó la doctora Carmen Maldonado el pasado semestre.