Por Diana Soto De Jesús -De Diálogo Digital- “Ninguna sociedad puede cerrarse en el lamento, ninguna sociedad puede encerrarse en el ataque”, con estas palabras el presidente de la Universidad del Sagrado Corazón, el doctor José Jaime Rivera, anunció lo que será la “Cumbre de la industria televisiva puertorriqueña: buscando soluciones” a celebrarse en a partir de las nueve de la mañana. Y es que ante el actual panorama de la televisión local son muchas las ganas de lamentar y apuntar dedos acusatorios. El cable, el Internet, los programas enlatados y el personal extranjero, entre otros, son algunos de los múltiples factores mencionados como “culpables” del raquítico estado en el que se encuentra la TV puertorriqueña con la reciente cancelación de tres programas comedia, quedando los (de por sí reducidos) noticiarios y “La Comay” como prácticamente el último bastión de la programación puertorriqueña.
Ante esta situación reconocidas personalidades como el productor Luisito Vigoreaux, la representante Iris Miriam Ruiz, el actor Ángel Vázquez y el cineasta Jacobo Morales se dieron cita para anunciar la cumbre que busca plantear soluciones para dar un futuro más brillante a la TV local.
“La televisión es un negocio” con esta firme declaración, Luisito Vigoreaux quiso aclarar de plano lo que es para él un problema crucial de concepción respecto a la TV boricua. “Esto no es pa’ educar ni pa’ na’, esto es pa’ hacer billete” dijo efusivamente al plantear que si bien es real el que haya una motivación “patriótica” para salvar la TV local no se puede perder de perspectiva que en la TV “todo tiene que ser rentable” y “si no cambiamos la fórmula…van a seguir desapareciendo los programas locales”. Prosiguió entonces a señalar el movimiento obrero como el principal culpable del fracaso de las casas productoras puertorriqueñas: “en Puerto Rico no hay casas productoras por culpa del movimiento obrero…lo que mató a la televisión puertorriqueña fueron los contrato obrero patronales… eso se ha negociado bastante, pero tiene que desaparecer” comentó el productor, quien lleva más de veinte años en el negocio.
“En la mitad de los 70’s los canales de TV funcionaban como brokers”, lo que según explicó quiere decir que un productor iba al canal y compraba tiempo para un programa, luego iba a agencias de publicidad y vendía anuncios para poner dentro del tiempo del programa comprado, y finalmente asumía todos los riesgos y ganancias. Luego cambió a producirle al canal, el cual según Vigoreaux le decía al productor: “tienes $5,000 por hora, con eso prodúceme un programa que me deje ratings”. Por tanto es el canal quien asume el riesgo si no se consiguen suficientes ratings para vender buenos anuncios, y quien asume también la mayor parte de las ganancias debido a la venta de anuncios. A mediados de los noventa “se achicó el mercado” debido al Internet, los celulares y los billboards, entre otras plataformas para vender anuncios según enumeró el también graduado de relaciones públicas. Tomando en cuenta este “achicamiento” y el nuevo funcionamiento de los canales como casas productoras no hace sentido pagar $5,000 por producir un programa local si puedes pagarle $500 a tu filial para reproducir un programa enlatado, según analizara Vigoreaux.
A estas de por sí difíciles circunstancias se une el fenómeno del cable en Puerto Rico que según Pedro Priegue, de Medianet, tiene una penetración en la audiencia de cerca de la mitad de la población del país. “¿Por qué cable ha sido tan exitoso en PR y sin ratings vende $30 millones al año?” se preguntó el empresario ante lo que para él y para Vigoreaux representa un nuevo modelo de hacer televisión. Un modelo donde, según expusiera Vigoraux, “la gente paga por los programas que quiere ver y no se depende de los anuncios” en alusión a canales y paquetes de canales ofrecidos por cable donde estos se especializan en un tipo de programación sea historia, naturaleza, deportes o películas, y la gente paga una mensualidad especial por ese producto. Vigoreaux también señaló que “donde está cable es donde está el bilete: el área metro”, Ante esto el presidente de la USC lanzó una pregunta respecto a la TV local: “entonces, el que puede pagar, ¿lo sigue viendo o migra?”, cuestionamiento que le parece podría abordar la academia a través de estudios sociológicos que ayuden a delimitar mejor la audiencia local y sus patrones. Todo esto llevó al actor Ángel Vázquez, quien ha colaborado en televisión con Vigoreaux múltiples veces, a plantear que hay que “rescatar ese público” y que quizás esa “migración” se puede ver como una posibilidad, como un público cuyos gustos no han sido considerados por la TV local por lo que decidieron buscar algo que sí los satisficiera. “De cierta manera se ha empujado a la TV a crear cierto tipo de programa porque eso es disque lo que el público quiere ver… (pero) se nos está olvidando que hay un público puertorriqueño que emigró hacia el cable”, explicó el actor, “ mucha gente dice pero para qué vamos a defender a la TV puertorriqueña si yo no veo na’ de eso…entonces hay un público que agarrar”. Tomando esto en consideración Jacobo Morales señaló que “en este momento la calidad puede ser lo más comercial”. Vázquez coincidió: “yo creo que es perfectamente compatible el entretenimiento con el contenido”, en alusión a los programas de comedia locales que para muchos son “vulgares” o “de comedia fácil” según los describiera el presidente de la USC; expresiones con las que coincidieron Morales, Vázquez e Iris Miriam Ruiz.
Este comentario de Morales trajo un rayo de esperanza con la que todos coincidieron. “Todavía no es muy tardé, estamos a tiempo para hacer algo” dijo Priegue, a lo que Iris Miriam Ruiz añadió que “esto (una crisis) ha pasado en el teatro, en la industria del cine, y ahora en la televisión, pero es la primera vez que la academia se une (a buscar una solución) y quizás un agente aparte sea lo que finalmente nos una”. “La transformación de la tecnología y la comunicación está permitiendo que por un lado nos lleguen las latas, pero también hay que reconocer que hay millones de hispanos en Estados Unidos y que el español, después del chino, es la segunda lengua más hablado en el mundo y esas oportunidades ¿las podremos capitalizar?” comentó el doctor Rivera. Para Carmen Cadré, presidenta de la Asociación de Relacionistas Públicos de Puerto Rico, la respuesta es afirmativa: “tenemos el talento para desarrollar material para otros países”. Vigoreaux coincidió en que “tenemos que velar el mercado de los hispanos en EEUU”, pero se mostró más reservado respecto a otros países, puesto a que “en el resto del mundo hay leyes que protegen los mercados locales”. Aún así destacó el que “la televisión es el medio que más imagen le da a un producto” por lo que sigue siendo un medio rentable y se mostró sumamente optimista con la llegada de la TV digital. “Lo que va a traer la TV digital es que va a romper el dominio del 2, el 4 y el 11” comentó Vigoreaux. Por un lado, la mera conversión a la TV digital va cambiar los números con lo que tanto son identificados estos canales (varios de los allí presentes entendían que el puertorriqueño funciona mucho por costumbre) y por otro lado, va a hacer más fácil también el que nuevos productores hagan programas ya que “tenemos la suerte de que con lo digital no hay uniones” dijo el productor. Vigoreaux también auguró que de ahora en adelante lo que se van a ver son programas dirigidos a públicos cada vez más específicos, un cambio de modelo al que la nueva TV puertorriqueña se tiene que aferrar si quiere sobrevivir. Citó como ejemplo el caso de los noticiarios. Antes estos proveían una sección de farándula, una sección de análisis y de deportes, además de las noticias, eran muy generales y estaban dirigidos a una demográfica “enorme” de 18 a 45 años. Sin embargo, en la actualidad hay programas de una hora de farándula y programas especializados de análisis político, entre otros, entonces “¿qué les queda a los noticieros a llevar al público? los asesinatos y los problemas de la legislatura” dijo en lo que para él es una explicación de la continua disminución de recursos humanos y económicos disponibles a los noticiarios del país. Incentivó a que en vez se hagan programas de periodismo investigativo o noticias en profundidad como “60 minutes” en cable. “La ayuda del gobierno sabemos que cada día va a ser menos, y tiene que ser menos porque el gobierno no puede subsidiar cosas que son para lucrarse” aseveró Vigoreux, eso sumado a que “cada persona que no está en tu grupo de consumo directo es un botar los chavos” implica para él que los programas cada vez tienen que estar dirigidos a públicos específicos de forma que los anunciantes saquen más valor por su dinero y sientan que vale la pena invertir en anuncios de TV y no se desplacen a otros medios. También destacó la necesidad de incentivar a que se invierta en los medios como se invierte en la construcción u oras áreas de desarrollo económico y a cultivar más el melodrama, ya que es “algo que domina la TV mundial”. Con todas estas posibilidades que florecieron en lo que se supone fuera una simple conferencia de prensa pero terminó siendo a impresión de Jacobo Morales el inicio mismo de la cumbre, el presidente de la USC invitó a que tanto artistas como productores, estudiantes como profesores, se unieran a la cumbre dispuestos a dilucidar las diferencias y dialogar puesto a que “un diálogo es un proceso que sirve cuando tu vienes con la mitad de ti ara escuchar al otro y la mitad de ti con tu opinión”. Pero más allá de todas las posibilidades y directrices para hacer de la TV local un negocio rentable y que por tanto pueda sobrevivir y florecer, Morales puntualizó el que ésta “no debe desentenderse de su compromiso social”. Después de todo, a pesar de todas las revoluciones tecnológicas que ha experimentado el siglo veintiuno en su opinión la televisión sigue siendo nada más y nada menos que “el medio de más penetración cultural”.