Los pronósticos para el 2017 presentan un futuro desalentador con el aumento del desempleo y un mayor número de trabajos precarios, además de una mayor desigualdad social con 1,400 millones de personas en alguna forma de empleo vulnerable.
El desempleo podría afectar a 3,400 millones de trabajadores este año debido al deterioro de las condiciones del mercado laboral en países emergentes, en particular en América Latina y el Caribe, alerta un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Mientras, en los países ricos se pronostica que el desempleo disminuirá, en especial en Europa del norte, del sur y del oeste, así como en Estados Unidos y Canadá, indica el documento World Employment and Social Outlook: Trends 2017 (El empleo en el mundo y perspectiva social: Tendencias 2017).
Uno de cada dos trabajadores tiene un empleo vulnerable
Las 1,400 millones de personas que trabajan en condiciones laborales vulnerables representan un 42% de los empleados en el 2017, alerta el informe divulgado por la OIT el 12 de este mes.
“En los países emergentes casi uno de cada dos trabajadores ocupa un empleo vulnerable, y en los países en desarrollo, más de cuatro de cada cinco trabajadores”, declaró Steven Tobin, economista principal de la OIT y principal autor del informe.
“Estamos frente a un doble desafío: reparar los daños causados por la crisis económica y social mundial y crear empleos de calidad para las decenas de millones de personas que cada año se incorporan al mercado laboral”, observó el director general de la OIT, Guy Ryder.
El crecimiento del producto interno bruto registró en el 2016 su nivel más bajo de los últimos seis años, y muy por debajo de las proyecciones de 2015, indica el documento.
“Los analistas todavía ajustan sus estimaciones a la baja para 2017 y persiste la incertidumbre por la situación de la economía global, por lo que a los especialistas les preocupa que la economía no pueda emplear a un número suficiente de personas y que el crecimiento no genere beneficios inclusivos y compartidos”, añade.
Además, desde el 2009 aumenta en todas las regiones del mundo la proporción de personas activas dispuestas a emigrar en busca de trabajo. La tendencia es más fuerte en América Latina, el Caribe y los países árabes, precisa el informe.
La OIT también señala numerosas desigualdades sociales que crean barreras para el crecimiento y la prosperidad.
En particular, la brecha de género incide en el mercado laboral. Por ejemplo, en África del norte, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de no tener empleo. “La brecha se amplía mucho más en los países árabes”, precisa el documento.
Descontento y malestar
Las varias desigualdades registradas en los distintos sectores de población sugieren, según la OIT, un aumento del riesgo del descontento y el malestar social en todas las regiones.
“El crecimiento económico sigue defraudando y es inferior al esperado, tanto en su nivel como en su grado de inclusión. Esto dibuja un cuadro inquietante para la economía mundial y su capacidad de crear empleos suficientes, mucho menos empleos de calidad”, indicó Ryder.
“La persistencia de un alto nivel de formas de empleo vulnerable, asociada a una evidente falta de progreso en la calidad de los empleos, aún en países donde las cifras agregadas mejoran, es alarmante”, apuntó.
La OIT llamó a la cooperación internacional y a la coordinación de esfuerzos para ofrecer estimulación fiscal e inversiones públicas para impulsar de inmediato la economía global y evitar el aumento previsto de desempleo, el que afectaría a dos millones de personas.
Esa situación profundizaría más la desigualdad, una tendencia ya caracterizada en el informe Una economía para el 99%, divulgado por Oxfam Internacional el 16 de este mes.
En lo que respecta al mercado laboral, la organización alerta que en el mundo “la gente queda rezagada”.
“Sus salarios se estancan, a pesar de que los empresarios se llevan a casa bonos de un millón de dólares. Se recortan sus servicios de salud y educación, mientras las corporaciones y los súper ricos evaden impuestos; se ignoran sus voces, mientras los gobiernos cantan al ritmo de las grandes empresas y de la élite adinerada”, precisó.
¿Por qué se ensancha la gran brecha?
“Los beneficios del crecimiento económico no se distribuyen de forma equitativa en nuestras sociedades”, explicó Anna Ratcliff, responsable de medios y de la campaña Acabemos con la desigualdad extrema, de Oxfam.
“La vasta mayoría de los ingresos generados en los últimos 30 años los acumularon los dueños del capital y los que están en lo alto de la pirámide. Los trabajadores de muchos países vieron el estancamiento de sus salarios y cómo sus sueldos no aumentaron tan rápido como lo hicieron las ganancias de los capitalistas”, observó.
Para maximizar las ganancias de sus accionistas, las grandes corporaciones evaden impuestos, disminuyen los salarios de los trabajadores y lo que pagan a los productores, invierten menos en sus negocios, y gastan miles de millones de dólares en lobbies para que las reglas les jueguen a su favor, explicó Ratcliff.
Esa situación afecta a las pensiones, los derechos laborales y la seguridad laboral en todo el mundo, además de golpear más duro a las mujeres y a los jóvenes, quienes están concentrados en los empleos precarios y tienen sueldos más bajos, puntualizó.
“Si no hacemos frente a la desigualdad, los trabajadores de todo el mundo pagarán el precio con una mayor inseguridad y menores salarios”, alertó.
Los pobres pagan mucho más por una comida caliente que los ricos
Un estudio del Programa Mundial de Alimentos (PMA) reveló que un sencillo tazón de comida es mucho más caro en Malawi que en la ciudad suiza de Davos cuando se compara un ingreso promedio diario.
El análisis forma parte de una nueva iniciativa del PMA llamada Hot Dinner Data (datos de una comida caliente), publicada el 13 de este mes, justo antes de la inauguración el Foro Económico Mundial el 17, la cumbre que reúne a gobernantes, dirigentes políticos y autoridades económicas en Davos.
El estudio “refleja las distorsiones en el poder adquisitivo entre ricos y pobres en su intento por satisfacer sus necesidades básicas”, explicó Arif Husain, jefe de economía del PMA.
Los datos revelan que en los países en desarrollo, la gente llega a pagar 100 veces más que en las naciones ricas por una comida básica. Y en condiciones más extremas, por ejemplo en las regiones en conflicto, el costo puede ser 300 veces mayor.
Si se toma el ejemplo de un tazón de estofado de frijoles, un alimento estándar en muchos países y para muchas culturas, se observa que en Suiza alrededor de 0.87 dólares, lo que representa 0.4% de un ingreso diario promedio.
“Ese monto es 100 veces mayor en Malawi, donde una persona necesita gastar 41% de su ingreso diario para comprar el mismo plato. En India y Nicaragua, habría que pagar entre diez y 15 veces más que en Suiza”, añade.