
La endometriosis es una enfermedad crónica común que usualmente causa dolor pélvico severo o crónico en mujeres de edad reproductiva. Un tratamiento no efectivo contra esta condición puede impactar negativamente la calidad de la vida de las mujeres que la padecen, pues experimentan calambres muy dolorosos durante su periodo menstrual que pueden llegar a incapacitarlas por varios días.
Esta enfermedad se origina en el endometrio, una capa interna del útero. Durante la menstruación el tejido del endometrio se engrosa en preparación para recibir un huevo fertilizado. Si la fertilización no ocurre, dicho tejido sale del útero en forma de menstruación.
La endometriosis ocurre cuando el tejido del endometrio crece fuera del útero. El tejido que se desarrolla fuera de la matriz se conoce como implantes, quistes, nódulos o lesiones. Estos se localizan usualmente en lugares como las trompas de falopio, los ovarios y otros órganos de la cavidad pélvica. Durante la menstruación estas lesiones responden a las hormonas del ciclo menstrual y pueden sangrar. Al no poder salir del cuerpo, ocurre irritación en los tejidos cercanos, creando adherencias o cicatrices.
Estas adherencias pueden tener una serie de complicaciones en la salud reproductiva de la mujer y resultar en un dolor severo que puede intervenir con las actividades de su diario vivir. La severa incomidad que producen puede causarle problemas a la mujer en su trabajo (porque se ven precisadas a ausentarse), su relación de pareja (por el dolor que la condición genera durante el momento del coito) y en su vida social, debido a que por el mismo dolor se ve imposibilitada de participar de muchas actividades.
Esta enfermedad, que hasta el momento es incurable, afecta a cada mujer de manera diferente. Existen dos tipos de endometriosis, la pélvica y la extra pélvica. La endometriosis pélvica es definida como lesiones en las trompas de falopio, ovarios y peritoneo local. Mientras que la endometriosis extra pélvica, se refiere a implantes encontrados en el cuerpo incluyendo, el tracto gastrointestinal, el tracto urinario, el sistema pulmonar, las extremidades, la piel y el sistema nervioso central. Algunas veces se han encontrado implantes de endometrio en otros órganos como la vejiga, la vagina, el cuello uterino y los intestinos.
Síntomas
Aunque las causas precisas de esta enfermedad aún no están claras, la endometriosis posee una serie de síntomas característicos. Estos síntomas pueden variar.
Uno de los síntomas principales de la endometriosis es el dolor pélvico crónico, que puede resultar en debilidad física e implicaciones psicosociales. Un aspecto que se destaca de manera relevante en las investigaciones es la infertilidad provocada por esta condición. Otro serio problema que enfrentan ciertas mujeres con endometriosis es el desarrollo de ansiedad y depresión.
Entre los síntomas más comunes se encuentran los siguientes: dolor (antes y durante los periodos menstruales, pélvico y durante las relaciones sexuales), periodos largos e irregulares, hemorragias, infertilidad, diarrea y otros trastornos intestinales. Sin embargo, existen mujeres que pueden permanecer asintomáticas.
La vida cotidiana de las mujeres que presentan síntomas de endometriosis se trastoca en muchos aspectos. Viven la experiencia de un dolor crónico severo que interrumpe todos los aspectos de su diario vivir. Muchas veces tienen que realizar cambios en sus estilos de vida en las áreas de su actividad rutinaria y nutrición para controlar el dolor y manejar los síntomas. Algunas alternativas incluyen evitar consumir las carnes rojas, la cafeína, el alcohol, las harinas refinadas y el azúcar.
Estadísticas más recientes sobre endometriosis
En Puerto Rico una de cada 20 mujeres tiene endometriosis y se calcula que en la isla hay cerca de cincuenta mil mujeres incluyendo adolescentes que sufren la enfermedad, según estudios realizados en la Escuela de Medicina de Ponce.
A nivel mundial se entiende que la padecen una de cada 10 mujeres, tanto en países desarrollados como subdesarrollados. En Estados Unidos, solamente, se estima que la sufren, más de cinco millones de féminas.
En caso de pacientes que presenten infertilidad, puede ser que una de cada dos mujeres tenga la enfermedad. Si padecen de dolor crónico pélvico, también una de cada dos mujeres tendrá la condición, según ha establecido la literatura científica.
Es importante reconocer que el dolor pélvico severo o crónico durante la menstruación no es normal, si esto ocurre se recomienda consultar a un ginecólogo o ginecológa.
¡Busque ayuda y tendrá una mejor calidad de vida!
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La autora es estudiante de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas. Es educadora en salud en práctica supervisada.