En diciembre de 2015 se registró en Puerto Rico el primer caso de una persona infectada por el virus del zika. Sin embargo, no es hasta marzo del 2016, tres meses después, que el doctor Tom Frieden, director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) muestra interés en el asunto. Para esa fecha viajó a Puerto Rico para recomendarle al gobernador el uso de la aspersión aérea con el insecticida neurotóxico Naled para controlar las poblaciones adultas del mosquito Aedes aegypti (vector de los virus del dengue, el chikungunya y el zika, entre otros).
El plaguicida Naled es altamente tóxico para las personas y para diversos organismos de los ecosistemas. Una exposición de corta duración en los humanos irrita los ojos, la piel y el tracto respiratorio. La sustancia puede afectar el sistema nervioso lo que puede ocasionar convulsiones y depresión respiratoria por la inhibición de la enzima acetilcolinesterasa.
La recomendación del doctor Frieden, como director del CDC, va en contra de nuestra experiencia histórica ya que en el año 1987, durante una epidemia de dengue, se asperjó Naled de forma aérea (contra la misma especie de mosquito) y la estrategia no funcionó según indica el mismo CDC. Sin embargo, los daños colaterales para las especies que no eran el objetivo de la fumigación, como las abejas y las mariposas, fueron devastadores.
El impacto negativo para las mariposas fue de tal magnitud que se tuvieron que importar mariposas de Costa Rica para reemplazar a las que fueron exterminadas por la aspersión. A nuestro entender, la insistencia de la gerencia del CDC en asperjar el veneno Naled en Puerto Rico, responde a unos intereses económicos que desean beneficiar en estos tiempos de elecciones presidenciales en los Estados Unidos. No hay otra explicación plausible para dicha recomendación tan irracional.
Para prevenir situaciones similares en el futuro, el Departamento de Salud de Puerto Rico debe desarrollar un Plan para el Control Integral de Vectores, del cual carecemos en la actualidad. Esa es la estrategia recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misma consiste de los siguientes métodos: la gestión ambiental, el control biológico y el control químico de los insectos.
Gestión ambiental
Se refiere mayormente a la reducción de las fuentes de infección en las viviendas y en las comunidades por iniciativa y gestión de los propios residentes. Esta es la manera más efectiva de prevenir cualquier brote de una enfermedad transmitida por vectores.
Control biológico
- Este tipo de control se basa en la introducción de organismos que depredan o parasitan las poblaciones de las especies de mosquitos o de insectos que se pretende controlar, que compitan con ellas o las reduzcan de algún otro modo.
- En el caso del mosquito Aedes aegypti hay varias especies de peces (como los “guppies”) y los copépodos o pequeños crustáceos de agua dulce que se alimentan de las larvas del mosquito y sirven como excelente control biológico en dicho ambiente.
Por otra parte, en la publicación científica “Infectious Disease News”, del mes de marzo 2016, la OMS favorece que aquellos países que están afectados por el virus del zika, controlen las poblaciones de mosquitos con métodos innovadores y biológicos. Esto se debe a que los métodos actuales para contener una epidemia del virus son limitados. Complica aún más esta situación que el 80% de los pacientes infectados son asintomáticos. Una técnica de control, involucra la liberación masiva de mosquitos machos esterilizados mediante dosis bajas de radiación en el laboratorio.
Otro método de control biológico promisorio es el uso de mosquitos machos, que de forma natural tienen la bacteria Wolbachia, que se encuentra en un 60% de los insectos comunes. Dicha bacteria se transmite de los machos a las hembras durante el apareamiento y previene que los huevos incuben. Sin embargo, la bacteria no infecta a los seres humanos o a otros mamíferos. En países como Australia, Brasil, Indonesia y Vietnam ya se han utilizado mosquitos infectados con Wolbachia para controlar efectivamente las poblaciones de mosquitos vectores.
Control químico
- El uso de productos químicos para tratar los hábitats larvarios del mosquito Aedes aegypti debe siempre considerarse como un método complementario de la gestión ambiental. Se debe limitar su uso solo en aquellos lugares que las larvas no puedan eliminarse o tratarse de ninguna otra manera.
- Esta estrategia es la última opción para el control integral de vectores.
- Todos los plaguicidas son tóxicos de alguna manera, por lo tanto su uso solo se recomienda cuando ya se han agotado las demás estrategias y los resultados no han sido positivos.
Puerto Rico está atravesando por uno de los momentos más difíciles de su historia. Por lo tanto, necesitamos aunar buenas voluntades, conocimientos y esfuerzos dirigidos a mejorar la situación actual. Desde hace más de 50 años la Escuela Graduada de Salud Pública (EGSP) está comprometida con la salud de nuestro país. A esos efectos la EGSP, bajo el liderato del su decano, el doctor Ralph Rivera Gutiérrez, está lista al igual que los compañeros del “Frente Unido Contra la Fumigación Aérea” para colaborar ad honórem con el Departamento de Salud en el desarrollo del “Plan para el Control Integral de Vectores de Puerto Rico” como herramienta imprescindible para proteger nuestra salud pública. Solo falta que la secretaria de Salud, la doctora Ana Rius acepte nuestro ofrecimiento.
Vamos a unir buenas voluntades por un fin mayor que en este caso es el bienestar y la salud de nuestro pueblo. Así se hace patria.
El autor es catedrático y director del Departamento de Salud Ambiental de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.